Yuyos y fórmulas magistrales, otras opciones para paliar la crisis

domingo 24 de marzo de 2019 | 5:00hs.
Yuyos y fórmulas magistrales, otras opciones para paliar la crisis
Yuyos y fórmulas magistrales, otras opciones para paliar la crisis
La fuerte escalada inflacionaria que se produjo en los últimos años reluce su faceta más oscura cuando involucra algo esencial para toda persona: la salud. Es que, a consecuencia de la suba de precios y la crisis económica que atraviesa el país, los medicamentos dejaron de ser una necesidad para convertirse en un lujo.
Según un informe del Centro de Economía Política de Argentina (Cepa), entre mayo de 2015 y febrero de este año los remedios subieron un 257 por ciento en promedio. En algunos casos, la cifra es mayor y superó el 500 por ciento por medicación.
A ello hay que sumar que los medicamentos en febrero subieron un 3,7 por ciento.
Los nuevos precios hacen que los pacientes, en muchos casos, opten por fármacos más baratos. En casos particulares, deriva en la interrupción de los tratamientos o acudir a medicina natural.
Desde el Colegio de Farmacéuticos de Misiones detallan que en los últimos meses los pacientes buscan alternativas más económicas, ante los notorios incrementos de costos que sufrieron los medicamentos, aunque “hay medicamentos que lamentablemente no se pueden suplir porque son necesarios para la continuidad de un tratamiento”, señaló Patricio Schiavo, presidente del Colegio que nuclea a los farmacéuticos en la provincia.

Precio alto, consumo bajo
A raíz de los precios cada vez más altos, el consumo de los medicamentos experimentó una merma en los últimos meses.
Según indicó Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, “la baja en el consumo de medicamentos está entre el 50 y 56 por ciento en los últimos meses”.
La caída en la adquisición de remedios debe analizarse de acuerdo a múltiples lecturas, explica Semino. El especialista comentó que en nuestro país hay una sobrefacturación en el precio final del medicamento que, en comparación con otros países de la región, como Chile y Brasil, se abona un sobreprecio por encima del 100 por ciento en la mayoría de los casos.
A ello “se le tiene que sumar que los medicamentos durante el 2018 estuvieron por encima de la inflación, de más de un 50 por ciento en muy pocos meses”, contextualizó Semino.
“Ramón Carrillo decía que el primer medicamento es el alimento. Nosotros tenemos un montón de alimentos que pueden ayudar muchísimo a la salud, pero casualmente son los más costosos. Por ejemplo, la sal común sale 15 pesos y la de bajo contenido en sodio sale 150. Un jubilado con pocos ingresos no va a priorizar la salud, sino lo que le dé el bolsillo”, detalló.

Fármacos en migración
Los precios elevados obligan a un reajuste en la economía familiar. Una de las aristas que sufre los recortes presupuestarios es la salud.
Para lograr un ahorro en los gastos mensuales en el hogar, las opciones migran hacia lo más económico. En este sentido, la medicación de tipo genérica es la que menor costo produce.
“La gente dejó de comprar medicamentos y pasó a los genéricos; los pacientes me piden que anote el nombre de la droga en la prescripción ya que esos salen menos de la mitad”, comentó Fernanda Torres, presidenta de la Asociación de Médicos de Misiones (Ammi).
 Químicamente no existen diferencias. Lo distinto radica en que los genéricos carecen de publicidad en los grandes medios de comunicación y, en algunos casos, no se venden con las cajas o nombre del medicamento.
“En algunos casos, los genéricos no tienen el protector gástrico y como no tienen publicidad, el producto tiene un menor impacto de conocimiento en la gente”, explicó Torres.
En este sentido, Semino planteó que “desde 2005 tenemos una ley de genéricos que hoy por hoy no se ha reglamentado y que terminó siendo más enunciativa que otra cosa”, sentenció.
Asimismo, el defensor de la Tercera Edad fue contundente: “Se apela a cualquier cosa, con algo que no está reglamentado y controlado, por ende, no es fiable en términos de cuál va a ser su valor terapéutico".
Las implicancias de disminuir la inversión en salud tendrá sus impactos en el futuro. “A largo plazo, llevará a un problema mucho mayor que dejaría que esos pacientes queden expuestos a tener un ACV o infarto”, detalló Torres.
La merma en las ventas y la interrupción en los tratamientos generó, en muchos casos, la búsqueda de alternativas menos costosas.
Una de las opciones está ligada a las fórmulas magistrales, que consiste en la elaboración de medicamentos elaborados en pequeños laboratorios a cargo de un farmacéutico.
El procedimiento está en las facultades que tiene ese profesional y los precios son menores.
“Los dermatólogos y los nutricionistas, por ejemplo, hacen fórmulas magistrales que están avaladas y dentro de la lista de los permitidos, tienen laboratorios y hacen jarabes como ambay o con la cangorosa”, precisó Torres.
En el caso de este rubro, según indicó la médica clínica, los dermatólogos utilizan productos como la citronela, que está estudiada y científicamente se conocen los efectos beneficiosos para la salud.
En este contexto, Semino lanzó una advertencia: “Ante la necesidad aparecen alternativas pseudoterapéuticas de dudosa procedencia y aparecen como medicamentos muy utilizados por la población”.
Por ello, el especialista aclara que hay que tener cuidado con aquellos productos que uno consume, a los efectos de lograr una mejor situación en la salud de cada uno.

El problema de la automedicación
La falta de un diagnóstico preciso por incurrencia a un especialista deriva en la automedicación por parte del paciente.
“En Argentina tenemos un problema, que es el exceso de la automedicación, de las ‘polifarmacias’, que se da mucho en el adulto mayor que acumula los fármacos que carecen de un valor terapéutico o que potencian patologías secundarias que, en algunas situaciones, son más importantes que las patologías de base”, comunicó Eugenio Semino.
A ello se le debe sumar que el paciente sólo acude a la secretaria de los médicos para acceder a las recetas médicas con los remedios que el mismo paciente solicita, indicó Semino.
“Sin el control y el seguimiento, el paciente suma más remedios porque en algún momento le hizo bien que tomase durante 45 días, y así se suma una cadena que se extiende por varios días, pero no lleva a una mejoría definitiva por parte del paciente”, dijo.
Torres, por su lado, antes de la atención al paciente, evalúa el estado de situación y comunica el panorama.
“Siempre depende del contexto económico del paciente, de dar cuenta si puede afrontar los costos del tratamiento en sí, porque es él el que participará activamente en su tratamiento y se busca eso. Tiene que haber un compromiso mutuo”, indicó.

¿Santo remedio?
Para alivianar los costos que demanda un tratamiento médico, en el caso de las enfermedades crónicas, las opciones migran hacia la medicina de tipo natural.
Los “yuyos”, como se los conoce coloquialmente, son de consumo frecuente para paliar dolencias de menor intensidad, como el dolor de panza o cabeza.
El Territorio hizo un relevamiento en el Mercado Modelo La Placita e indagó en la venta de remedios de origen natural.
“En los últimos meses, muchas personas vinieron a comprar yuyos porque vendemos a un precio más barato”, comentó un vendedor.
“Lo que más se vende ahora es la cola de caballo, para dolores más leves. Si no, la manzanilla, el boldo, el caa-heé (stevia), salvia, la yerba Curupí y el ñandypa también son muy vendidos”, enumeró Marta, vendedora de larga trayectoria en La Placita.
Otros vendedores manifiestan que en los últimos meses “la gente se acerca más y compra yuyos”.
Los comerciantes del Mercado Modelo aducen que los aumentos en los medicamentos son un causantes de la suba de las ventas de productos de carácter natural, pero para remediar dolencias menores, como el empacho o molestias en la garganta. 

257%

Para arriba.
Es la cifra de aumento que tuvieron los medicamentos entre 2015 y este año, según un informe de Cepa. En febrero pasado, los remedios subieron un 3,7%.

56%

Menos.
Es la merma de consumo de fármacos que se registró en 2018. La suba de precios fue mayor que los índices de inflación y superó el 50% de incremento en todo el país.