Vende un menú diario a 50 pesos “porque la crisis afectó a todos”

martes 22 de enero de 2019 | 6:00hs.
Eugenia comienza a cocinar todos los días a las 5.30.
Eugenia comienza a cocinar todos los días a las 5.30.
Eugenia Larrosa Cáceres montó el año pasado un pequeño almacén -ubicado en ruta 213 y Las Américas- con la ayuda de sus hijos. Sin embargo, al tiempo se dio cuenta de que necesitaba hacer algo más para llegar a fin de mes.
Fue entonces cuando comenzó a elaborar y vender tortas fritas gigantes a un valor de 20 pesos, que se volvieron furor en el barrio. En aquel momento El Territorio dio a conocer su historia y hoy, casi cuatro meses después de aquella publicación, el panorama cambió por completo.
Con el sudor del esfuerzo y mucha dedicación, hoy Eugenia tiene un emprendimiento gastronómico y realiza un servicio de viandas al mediodía que vale 50 pesos y llega a vender hasta cien menús por día, entre los clientes fijos y los que van de paso. En este sentido, dialogó con este matutino: “Yo creo mucho en Dios y él me dijo que el negocio iba a crecer por el boca en boca y así está yendo, creció mi venta de una manera impresionante”.
Comienza muy temprano, cerca de las 5.30 y para las siete ya pone la olla al fuego, ya que algunos de sus comensales comienzan a llegar a las antes de las 12. Además, prepara sándwiches y empanadas que, según dijo, “así como saco se llevan todo”. En cuanto al menú diario, va desde estofados con pasta o arroz hasta costillitas al horno.
Otra de las iniciativas que tuvo fue poner una mesita dentro del local y otra un poco más grande afuera, para aquellos que no tienen tiempo de volver a sus casas a almorzar o simplemente se sienten a gusto en su mesa.
“Acá cerca hay una construcción y vienen entre ocho y diez obreros a comer, yo les pongo una mesita acá y quedan satisfechos por el precio. Yo no gano mucho, la cantidad me deja un poco de plata. Mi local es chiquito pero nace del corazón ofrecer un menú a 50 pesos porque la crisis afectó a todos”, expresó.
Además comentó que tiene muchos clientes que van desde el centro específicamente a buscar su comida, ya que además de precio ofrece calidad. “El menú de la señora realmente es una exquisitez”, comentó un comensal.
Además del crecimiento en el rubro gastronómico, Eugenia logró obtener elementos esenciales, sobre todo teniendo en cuenta que su cocina es muy pequeña y da directamente al salón de ventas. Por eso como prioridad se pudo comprar un extractor. “Ahora la gente entra y no hay tanto olor a frito… pero todavía me faltan algunas cosas”, explicó.
Desde esta perspectiva confesó que más adelante le gustaría mudarse a un negocio más grande y comprar un exhibidor para mantener la comida caliente, con el fin de que la gente se sirva lo que quiera tipo buffet. Con la tranquilidad y la convicción que la caracteriza, concluyó: “Yo se que todo eso va a llegar, tengo fe en Dios y así como empecé voy creciendo y estoy muy contenta”.