Valiosa contribución a la historia de las misiones guaraníticas

lunes 24 de septiembre de 2018 | 6:00hs.
Archivum, prestigiosa publicación de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina, incluyó en su último número bianual un trabajo de la doctora María Angélica Amable
Archivum, prestigiosa publicación de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina, incluyó en su último número bianual un trabajo de la doctora María Angélica Amable

Por Javier Arguindegui sociedad@elterritorio.com.ar

Siempre resulta ser inspirador, meritorio y prestigiante para un historiador (para sí y para su pueblo) el lograr instalar un artículo suyo de investigación en una publicación específica de la disciplina, de relevante circulación académica nacional e internacional.
Es el caso de Las antiguas misiones de guaraníes en el proceso de revolución e independencia, de la doctora María Angélica Amable, que se difunde a través de la revista Archivum, de la Junta de Historia Eclesiástica (JEHE), en su último número bianual.
Su estilo ameno no atenta con la profundidad temática merced al dominio en la materia que posee la autora y por la abundante documentación citada, lo que permite también al lego adentrarse en la vera historia de Misiones abarcándola en un “todo panorámico” en el que entenderá mejor el “vínculo de las partes”.
Letras comparte fragmentos extraídos del referido trabajo en los que se destacan luminosos enfoques, un verdadero manantial de novedades de nuestro pasado.
La Junta de Historia Eclesiástica (1942) tiene por misión fundamental el estudio y la difusión de la historia la Iglesia Católica en Argentina y América. Desde 1943 publica la revista Archivum, otrora dirigida por el historiador Guillermo Furlong.

La ambigüedad de Mbororé
“Después de la expulsión de los jesuitas se produce la lenta y constante desarticulación de las reducciones de guaraníes. El sistema administrativo se modificó varias veces y no siempre de manera acertada, porque se crearon diversos cargos cuyas funciones se superponían. La población fue disminuyendo sensiblemente a la par que la economía se deterioraba. Al cabo de tres décadas las antiguas Misiones quedaban reducidas a pequeñas y débiles agrupaciones humanas. Estos pueblos misioneros adhirieron inmediatamente al proceso revolucionario iniciado en 1810, lo que significó un grave riesgo porque esta provincia quedó entre dos focos contrarrevolucionarios: la intendencia de Paraguay y Montevideo. Durante la década que siguió el proceso independentista se desarrolló en el terreno de la guerra. Misiones fue un escenario de esa guerra y sus pobladores participaron activamente en ella. Esta participación fue muy importante por el ejército bien constituido que tenían desde la época jesuítica (Mbororé, 1641). El proceso de independencia, con las guerras por la conformación de los nuevos estados y las disensiones internas, afectó profundamente a esta debilitada sociedad misionera y a su integridad territorial... Mbororé significó también el surgimiento del ejército como institución permanente y esto modificó y afectó la organización reduccional y aceleró su disolución... En 1768 los jesuitas fueron expulsados. Las reducciones cambiaron de autoridades y modificaron algunos aspectos de su organización; estos cambios, sumados a las epidemias, hicieron decaer la vida de los pueblos. En esta situación se encontraban en mayo de 1810... El ejército guaraní prestó importantes servicios a las autoridades españolas y es larga la lista de acciones bélicas para las que fue convocado en el transcurso de un siglo, hasta la expulsión de los jesuitas… Todas estas acciones tienen la desgraciada consecuencia de los muertos en batalla, e indirectamente las largas permanencias fuera de las reducciones comprometen la economía y el crecimiento de los pueblos. Por eso, la victoria de Mbororé está cargada de ambigüedad”.

Firmantes en 1810
“El Cabildo Abierto o Junta General de Candelaria se reunió el 8 de julio de 1810 en la sala capitular del cabildo de Candelaria, con la asistencia del Subdelegado Departamental Francisco Martínez de Lobato, autoridades departamentales, caciques y representantes de los cabildos de… Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio Miní, Corpus, Trinidad, Jesús e Itapúa. El acto comenzó con la lectura del oficio enviado por el Gobernador Rocamora que contenía la Circular del 27 de mayo enviada por la Junta Provisional Gubernativa de Buenos Aires, primero en castellano y luego en idioma guaraní… Enfrente se hallaba reunido el pueblo de Candelaria que escuchó la lectura del documento, y, consultado sobre el mismo, también respondió que reconocía a la Junta instalada en Buenos Aires. Se celebró la Misa de gracias, se cantó el Tedeum, y, finalmente, firmaron el acta los representantes de los pueblos y las autoridades; todo acompañado con repiques de campanas y salvas de camareta (mortero usado en las fiestas para disparar bombas). Los firmantes del acta fueron: Francisco de Lobato, José Núñez, Manuel Hidalgo, Bartolomé Coronil, Rafael D. de los Ríos, Luis Chivé, Francisco Cambiró, José Pancia, Fructuoso Bera Potí, Benedicto Yué, Valeriano Mbacay, Crisanto Chiyú, Mariano Arendá, Francisco Taberacuá, Ignacio Abañerú, Fulgencio Yaparí, Pedro Yarupá, Gregorio Cariyú, Juan Yrarobí, Fabián Aruarí, José Ñandubay, José Añengará, Eusebio Guirápepó, Antonio Morales y Domingo Pereyra”.

La Cruz y su decisión
“El gobierno de Corrientes avanzó sobre el despoblado y desorganizado territorio de las Misiones, y el 19 de abril de 1830 firmó un pacto con los delegados de La Cruz, que en su artículo 1º establecía: Los individuos que componen el resto de las Misiones Occidentales residentes en las ruinas del antiguo pueblo de La Cruz, en uso de su libertad y deseando formar parte de la provincia correntina, se someten a la autoridad que emana de las leyes que rigen en la provincia de Corrientes. Resaltamos que menciona que allí residía el resto de población misionera. En efecto, La Cruz, a pesar de los problemas y conflictos, del incendio y de la destrucción (1817) nunca se despobló totalmente, aunque el número de sus habitantes disminuyó muchísimo. Fue uno de los sitios que concentró lo que quedaba de la población misionera dispersa a causa de las guerras. Después del pacto comienza un repoblamiento de La Cruz y su reconstrucción. El Gobernador de Corrientes P. Cabral dispuso la reorganización del pueblo, haciendo construir en primer lugar una iglesia. Designó al Padre Pedro Landalda, párroco de Yaguareté Corá, para ejercer su ministerio”.


Perfil

María Angélica Amable
Profesora y licenciada en Historia. Doctora en Ciencia Política. Da clases en los seminarios diocesanos de Posadas y de Santo Tomé. Se desempeñó en nivel medio y universitario, fue docente y rectora del Instituto Montoya. Coordinó el Centro de Investigaciones Históricas (1991-2011). Actualmente es miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones. La presente investigación puede consultarse completa en el Museo Regional Cambas, en el Parque Paraguayo.