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Uno de los asesinos de ‘la mamá de Azara’ goza de salidas transitorias

martes 11 de septiembre de 2018 | 6:00hs.
El martes 7 de octubre de 2003, ambos fueron condenados.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

Marcelo Fabián Owczarczyn (40) aparece fresco en la memoria de los pobladores más antiguos de la tranquila localidad de Azara.
En el año 2001, junto a Juan Eduardo Bruno (37), asesinó a Rosa Wroblevski de Duarte, quien tenía 74 años y disfrutaba su etapa de jubilada después de haber trabajado durante muchos años en el Registro de las Personas del pueblo, ganándose el mote de ‘la mamá de Azara’ por la gran cantidad de recién nacidos que inscribió.
Fue atacada por la noche, estrangulada y golpeada por los hombres que en ese momento eran pareja. Robaron su dinero, algunas joyas sin mucho valor económico y se escaparon hacia Mar del Plata, donde fueron capturados semanas después por la Policía.
En octubre de 2003, el Tribunal Penal Uno de Posadas los condenó a prisión perpetua al hallarlos culpables del delito de homicidio doblemente calificado por la alevosía y para ocultar otro ilícito. La misma judicatura resolvió concederle la libertad condicional.
El beneficio excarcelatorio que data de hace algunos meses tiene el objetivo de favorecer su inserción en la sociedad, teniendo en cuenta que lleva más de quince años de encierro por haber matado a la anciana que, se supo después, era amiga de su abuela.
Las fuentes penitenciarias informaron a El Territorio que la buena conducta de Owczarczyn en la Unidad Penal II de Oberá fue fundamental en la decisión de los jueces. Le dieron la posibilidad de salir dos veces por mes del penal, es decir, 24 horas cada quince días, al menos hasta que avance en su período de prueba.
Le impusieron para ello una serie de condiciones que está cumpliendo a rajatabla, debiendo regresar por su propia cuenta hasta su lugar de reclusión. Su fecha posible para obtener la libertad condicional sería recién a principios del año 2022.

Asesinato y fuga
El debate oral que condenó a Owczarczyn y Bruno concitó la atención de toda la provincia, pero sobre todo de los pobladores de Azara, que lloraron por mucho tiempo la muerte de doña Rosa.
Los jueces Ángel Dejesús Cardozo, Martín Errecaborde y Demetria González de Cantero (jubilada) fallaron en consonancia con la ex fiscal Liliana Picazo, quien expuso en su alegato la alevosía con la que mataron a la anciana para que no los denunciara por el robo de los ahorros que guardaba.
No hubo testigos, pero con el aporte de los vecinos del pueblo y una serie de pericias, se pudo reconstruir que, previo al crimen, Wroblevski había viajado hasta un banco de Apóstoles para cobrar su jubilación. Ese dinero -consideró la fiscal- es lo que fueron a robar los condenados, por lo que pidió la pena más alta.
Picazo sostuvo que los jóvenes atacaron a la anciana en la cocina y llevaron el cuerpo hasta el dormitorio. Prueba de ello fueron las lesiones que los forenses hallaron en los brazos, sumadas a los golpes en la cabeza y marcas de ahorcamiento alrededor del cuello. Dijo que Owczarczyn fue clave porque la víctima lo conocía y eso facilitó el ingreso a la casa.
Más allá de eso, puso en relieve un detalle que para ella mostraba su sangre fría. Contó que, antes de escapar hacia Mar del Plata con el dinero robado a la anciana, fue hasta la comisaría del pueblo y habló con el jefe de guardia, a quien le manifestó su preocupación por lo que pasó, ya que su abuela se iba a quedar sola.
Varios testigos dijeron que un día antes del homicidio los imputados no tenían dinero y estaban haciendo dedo en la ruta para que alguien los llevara desde Apóstoles hasta Azara. Un día después los vieron esperando un colectivo para viajar hacia Posadas y vender las joyas robadas.
En ese sentido, un día antes de abordar el micro que los llevaría a Mar del Plata, viajaron en remís y el conductor vio que la billetera de uno de ellos estaba llena de billetes.

Penas menores
Lilian Belloni, defensora de Owczarczyn, afirmó que la intención del joven fue robar y no matar, por lo que pidió que fuera condenado por el delito de homicidio en ocasión de robo, en tanto que la defensora de Bruno, Ana Amiel, también desligó del homicidio a su cliente, ya que según su punto de vista no había pruebas concretas que lo vinculara.
Previo al fallo condenatorio, sólo Owczarczyn ensayó un pedido de disculpas y reiteró que nada tuvo que ver en el homicidio porque sólo había ido a robar. La psiquiatra que lo analizó, Norma Lapuente, lo describió como un manipulador superficial, que hace uso de forma constante la seducción para relacionarse con los demás.


Pilares de la condena

Premeditación: en el debate oral se concluyó que la pareja actuó con premeditación. Uno de ellos llevó una pañoleta de grandes dimensiones, con la que estrangularon a la anciana.
Alevosía: para los jueces, Owczarczyn sujetó a Rosa del cuello, en tanto que Bruno la inmovilizó. Luego la arrastraron hasta la pieza, donde a la mañana sus parientes la encontraron.

Una fuga en su historial

La decisión judicial causó sorpresa porque Owczarczyn tiene en su historial criminal una fuga de la Seccional Tercera de Posadas -poco antes de ser condenado-, que suma como antecedente, pero no fue calificado como riesgoso por los magistrados que ahora autorizaron su egreso.
Fue a mediados de julio del año 2003. Junto a Cristian Veidoski, Alfredo Krutkli y César Castillo, limaron las rejas del calabozo que compartían, supuestamente bajo la coordinación del último que era policía y trabajó bastante tiempo en esa dependencia, hasta que mató a cuchilladas a su pareja que en ese momento estaba embarazada.
Owczarczyn incluso dejó una carta dirigida a los policías y la Justicia, donde explicó que tomó la decisión de irse “porque no se respetan mis derechos”. Se quejó porque su causa no avanzaba lo suficientemente rápido y, en ese contexto, aprovechó para reiterar: “Soy inocente”.
Los evadidos limaron dos barrotes de la parte inferior de la puerta reja que da al patio interno y los doblaron hacia los costados. Antes de escapar, volvieron a colocar los hierros en su posición normal para que nadie notara la fuga.
Los uniformados que estaban de guardia no escucharon cuando el grupo colocó una vieja puerta de chapa sobre un muro de casi tres metros de alto. Dicha abertura les sirvió de rampa para saltar hacia el patio posterior, donde se acumulaban los autos chocados. La fuga se concretó.

Matrimonio igualitario

Owczarczyn fue protagonista del primer matrimonio igualitario en el contexto carcelario del país. Sucedió en julio de 2012 en la Unidad Penal II de Oberá.
Su pareja está en libertad. Se trata de una travesti que es maestra particular en la localidad de San Martín, egresada de la carrera de Técnico en Administración de Empresas y Ciencias Políticas.
Se conocieron hace varios años, cuando ella estudiaba y el marido trabajaba en Oberá. Luego él fue detenido y se separaron, pero “pasó un tiempo y como nos queremos tanto empecé a visitarlo en el penal. Así renació la relación y ahora decidimos casarnos”, señaló ella previo al enlace que repercutió en cientos de medios de comunicación.
La maestra indicó que “Marcelo fue una persona que me cambió muchísimo la vida, tanto como yo se la cambie a él. Me dice que tiene más ganas de salir y reinsertarse en la sociedad. Será difícil pero consideró que somos jóvenes y tenemos capacidad para luchar y salir adelante”.
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