Una herramienta de inclusión

sábado 26 de septiembre de 2020 | 7:40hs.
Una herramienta de inclusión
Una herramienta de inclusión
El rugby trajo oportunidades en Eldorado desde la llegada del proyecto ‘Tacleando Muros’. Hoy se cumplen cuatro años desde aquel 26 de septiembre de 2016, cuando el misionero Mariano Hernando y un grupo de entusiastas decidieron implementar el deporte como herramienta de cambio en la Unidad Penal III.

Los trabajos voluntarios le dieron la oportunidad de modificar la filosofía de vida a los internos y les permitió proyectar un futuro que parecía perdido. Así nacieron Los Toros, el primer equipo misionero de rugby conformado por presidiarios.

La ‘Fundación Espartanos’ también tuvo que ver con este largo proceso que proyecta una expansión del rugby a las cárceles misioneras, con una meta clara de reinserción en la sociedad.

Actualmente Hernando está al frente de la coordinación del programa en Eldorado y, en diálogo con Más (100.7), se permitió mirar hacia atrás y recordar el largo camino transitado.

“En principio arrancamos llevando el rugby para personas que estaban privadas de su libertad con el objetivo de que tengan algo para hacer y para tratar de erradicar un poco la violencia del penal por medio de la práctica sistemática de este deporte. Con el rugby se adquieren valores y se respetan las reglas, eso ayuda mucho”, inició Hernando.

“Si miramos para atrás los objetivos cambiaron bastante. Tenemos cada vez más gente, tanto dentro del penal jugando al rugby, como afuera ayudándonos. El balance, entonces, es largo para hacer, pero está lleno de cosas positivas”, agregó.

Desde cero
Mariano nació en Eldorado y desde niño practicó el deporte de la ovalada en Carayá. A los 18 años pasó a Centro de Cazadores cuando se mudó a Posadas para estudiar la carrera de comunicación social.

Después decidió cambiar de aire y se fue a estudiar profesorado de educación física en La Plata, donde jugó en equipos como San Luis y Universidad Católica.

“Allá me llamaban mucho la atención los programas de ayuda deportiva. El rugby le daba ciertas herramientas a los internos para tratar de erradicar la violencia y así tener un mejor pasar mientras cumplían su condena”, dijo.

“Indagué si realmente funcionaba y cuando volví a Misiones me tocó presentar un trabajo de campo para arrancar desde cero. Estudié en una universidad pública de buen nivel y me dieron ganas de devolverle algo a la comunidad”.

“Escribí un proyecto de 14 páginas y se lo presenté a una trabajadora social del Servicio Penitenciario quien lo acercó al poder judicial...antes de aprobarlo había dudas respecto al rugby, dudas de si era un deporte violento. Pero no lo es, tiene sus reglas y ese respeto le quita el grado de violencia”, agregó.

Primeros contactos
“Me habían separado 14 internos en la Unidad Penal que ya estaban próximos a recuperar su libertad. Les dije que íbamos a implementar el deporte, ellos estaban duros, cerrados...no creían en lo que iban a hacer. Recuerdo que hicimos una ronda para empezar y no querían tocarse ni mirarse a la cara, la cárcel es un lugar de mucha confrontación, pero cuando rompimos un poco el hielo ellos se soltaron de a poco”, relató Hernando. “Nadie conocía el rugby, jugaban descalzos. Pedí  por personas más jóvenes y de allí surgieron el capitán y sub capitán de Los Toros”.

“Jamás tuvieron un incidente, ni fueron sancionados. Lo que pudimos lograr es que el que realmente tome decisiones dentro de la cárcel, sea el que más estudia, más entrena, más trabaja y que esté comprometido con el proyecto. Se ganan ese lugar por elección democrática de los 70 jugadores, quienes componen el proyecto”, aseguró.

Cuentas claras
Respecto a los cambios en estos cuatro años, Hernando fue claro, y con ejemplos: “Hay cambios de diferentes maneras y de diferentes personas. En Misiones tenemos aproximadamente 1.800 personas privadas de su libertad, en Eldorado son 350. El índice del último censo indica que el 50 por ciento es analfabeto...entonces hay personas que aprenden a leer y escribir gracias al rugby, porque pueden acceder a la escuela. Hay otras que lograron acceder a la universidad. Otras que dejaron de tomar pastillas (entre 50 y 60 por día), dejaron la droga y otras que dejaron de pelear para resolver sus problemas mediante el uso de la palabra”.

“Hace dos meses elegimos al capitán y es una persona muy introvertida. Siete años estuvo en una celda sin hablar con nadie y fue elegido por más de 30 personas, con todo lo que eso implica. Él es escultor, talla vírgenes para mandar a todos los penales del país. También hizo dos bancos para la sala de espera del hospital que vamos a entregar el martes que viene. Hay muchas historias”, se aventuró.

“Antes habían jugadores que solamente pensaban en drogarse y pasar esa noche...hoy están pensando en el futuro. Hay personas que salieron y están trabajando en empresas nacionales. Hay gente que eligió el rugby como estilo de vida y se entrenan cuatro veces por semana para proyectar su futuro en base al deporte”.

“Cada historia es muy particular, dependiendo del contexto. Utilizamos la enseñanza del rugby como una cuestión política, eso implica tomar una posición de quienes queremos ser, y ellos tienen que tomar esa decisión”.

“Los internos van a salir y quiero que salgan con una vida más sana, capacitados para seguir con sus vidas en el mañana. Sabemos que es la pata más difícil que tenemos, porque necesitamos el apoyo empresarial para conseguir trabajos”.

“Es muy difícil expandirnos sin la ayuda de todas las partes. Estamos convencidos de que el trabajo funciona, pero no alcanza sólo con eso. Hay buena predisposición de la Urumi para que esto crezca en Misiones, aunque hay que ponerle mucho pulmón”, cerró.