Un sueño sudamericano

martes 19 de marzo de 2019 | 5:00hs.
Luciano actúa de lateral izquierdo; siempre fue titular en los amistosos.
Luciano actúa de lateral izquierdo; siempre fue titular en los amistosos.
Gilberto Pérez

Por Gilberto Pérez gperez@elterritorio.com.ar

A Luciano Vera lo desbordan los sentimientos. Mantiene el tono mesurado al hablar, pero confía que cada vez que se refiere a este momento con la selección se le eriza la piel. Inconsciente desde el inicio de su estadía en Buenos Aires y consciente con un par de años en la espalda, ahora dimensiona el sacrificio que le llevó estar en este lugar, en el que saborea como integrante del plantel de la selección argentina que competirá en el Sudamericano sub 17 en Perú.
Sin embargo, tiene los pies sobre la tierra, más en este momento dulce. Supo aguantar un año en Capital Federal con apenas 14 años -junto a su hermano mellizo Lucas- y también aprender a manejarse solo de golpe. Fue cuando apenas llegaron a River -casi sin proponéserlo- donde ocurrió el click. Debían viajar para presentarse en el club millonario y necesitaban el dinero para los pasajes: “(en Wanda) salíamos a vender rifas, empanadas, pollos”, recuerda. Así vivieron un año en un departamento que quedaba arriba de un restaurante que les sirvió de mucho, porque “con mi hermano hacíamos tartas para el restaurante, nos acostábamos tipo 3 y a las 6 estábamos arriba. También llevaba de Wanda piedras preciosas y las vendía”, repasa ahora más suelto. “Aprendimos a lavar, cocinar... Llorábamos con mi hermano y extrañábamos. Ahora nos recompuso Dios”, precisa.
Después del primer año juntos, su hermano Lucas se fue a Chacarita, un golpe inesperado que lo llevó a plantarse ante River. Necesitaba que el club le dé la pensión, aunque todo estaba supeditado al futuro de su mellizo. “Tenía decidido volver si mi hermano no se quedaba en Chaca. Es lo más importante que tengo en la vida”, exclama. De a poco las cosas se acomodaron. Se fue a vivir a la pensión del Millonario, Lucas fichó en Chacarita y la chance de la selección juvenil fue concreta. Así, el gran gusto se dio a fines de 2017 cuando se coronó campeón con el sub 15 después de una final épica ante Brasil. Luego llegaron las sucesivas convocatorias al sub 17, que desembocaron en este regalo: ser parte de la lista para el Sudamericano. “Todavía no caigo”, aclara. Muchas veces estoy solo y pienso: ‘Mirá dónde estoy’, subraya el joven de 17 años que se desempeña en la sexta división de River.
Por lo pronto, acompaña sus sueños con su otra pasión: el canto. En sus ratos libres se anima a entonar con sus compañeros de River o en la selección. Es más, lo comparte en las redes sociales. “Siempre soñé con ser cantante si no soy futbolista” y comparte una anécdota: “En la gira por México (el año pasado) fuimos a cenar y llegaron de sorpresa Los Mariachis. Como me conocen, me dijeron y fui a cantar El Rey -tema que masificó Luis Miguel-”.
En Perú no estará solo. Tendrá el apoyo de mamá Lucy -Negrita para los allegados-, mientras que papá Sergio y sus hermanos Carolina y Lucas alentarán desde Argentina. “Agradezco a la gente de mi pueblo, que me apoyó siempre, y a mi familia”, resalta Luciano, quien no se apura por lo que viene: “Vivo el presente. Lo que viene es con perseverancia y paciencia”.


Entre el presente, la fe y las enseñanzas

El presente: “Estoy muy feliz y orgulloso de poder vestir una vez más la camiseta de la selección, es un gran paso poder ir a un Sudamericano, es mi segundo sudamericano y siempre tenía fe pero a la vez nervios y ansiedad”

El torneo: “Nos tocó un grupo complicado, pero es un gran paso para medirnos, cómo estamos preparados, vamos a dar todo por la camiseta, y todos tenemos el mismo objetivo de clasificar al mundial, y no tengo ninguna duda de que así va a ser porque estamos todos unidos”. Debutan el viernes con Uruguay, pero todos los rivales “son difíciles”.

La titularidad: “Voy a tratar de dejar todo de mi parte para ganarme el lugar y seguir peleándola. Jugué siempre de titular en los amistosos, pero pienso en hoy”.

Con mucha fe: “Sí, soy muy aferrado a Dios y se dio desde que era chico; son valores familiares con los cuales me siento identificado”.

Enseñanzas: “Me ayuda” que (Diego Placente) esté en el cuerpo técnico. “Juego en el puesto que él jugaba (lateral izquierdo). Sabe muchas cosas, me ayuda en mi crecimiento. Me dice que pase al ataque y sea fuerte en la marca”.