Un negocio que nació en Alem y que llegó a otros países

martes 21 de enero de 2020 | 6:00hs.
Desde la fundación de Leandro N. Alem, gran parte de sus pobladores se dedicó a emprender. En los últimos años, Matías Sebely se convirtió en uno de los referentes del emprendedurismo. Es que en 2015 comenzó con la idea de elaborar alimentos nutritivos, en base a productos regionales que puedan durar en sus envases y ser distribuidos a diferentes partes del país y del mundo.
De esta manera, descubrió el proceso de liofilización, que lo llevó a ser premiado por la Organización de la Naciones Unidas (ONU) por ser una empresa emergente que transformó la realidad social y brindó soluciones alimenticias a bajo costo y con inmejorables posibilidades de almacenar por más de 20 años sin perder ningún nutriente.
‘De la finca’ nació en una pequeña huerta del patio de su casa, donde cultivó lechugas y achicorias con el sistema de hidroponia, tras un contacto con un productor mexicano, quien le brindó más detalles sobre el cultivo sobre el agua.
Para ello, realizó capacitaciones en Brasil junto a su esposa, Viviana Stevens. Y el éxito de la idea también cautivó a sus hijas, que participan de la actividad.
“No damos abasto, somos uno de los pioneros en este sistema que nos garantiza tener una verdura fresca y sana a lo que le sumamos una buena presentación”, explicó Sebely, y agregó que los productos llegaron a provincias como Buenos Aires, Santa Cruz, Mendoza y Corrientes. Y próximamente, arribarán al mercado cordobés.

Alimentos para el mundo
La industria de Sebely creció en los últimos años y ya cuenta con diversos equipos de liofilización, una tecnología que permite extraer toda el agua a un alimento y transformarlo en una porción seca, que permite ser envasado durante 20 años, sin perder ningún componente nutritivo.
La liofilización es un proceso que se produce en un lapso de unas 24 horas, en el que se genera un efecto de vacío. Luego, reduce la temperatura a 40 grados bajo cero y lentamente el agua se va desprendiendo y comienza a pegarse a las paredes de estos equipos.
En el último tramo, se reposa en las bandejas que se colocan en su interior únicamente el alimento sin hidratación para su posterior envasado.
Además, el emprendimiento amplió los productos e incluyó porciones de porotos con cerdo, puré de mandioca con cerdo y snacks de mandioca frita.
La iniciativa llegó a diversas góndolas del mundo y derivó en reconocimientos nacionales e internacionales, como el premio Naves, que lo llevó hasta a Israel en 2018.