La misionera Silvina Krawczyk, hermana de la única tripulante mujer del submarino ARA San Juan, es una de las cuatro familiares de los navegantes que participaron como veedores en la búsqueda, quienes partieron el 7 de septiembre desde el puerto de Comodoro Rivadavia en el buque Seabed Constructor. Los cuatro enviados fueron con el objetivo de verificar todo el proceso de navegación.
Luego de la confirmación de la aparición del submarino, desaparecido junto a sus 44 tripulantes desde el 15 de noviembre de 2017, los familiares expresaron sus diferentes reacciones al enterarse de la noticia.
A través de su cuenta de Twitter, Silvina Krawczyk escribió: “ARA San Juan, tu mayor valor estratégico era mantenerte oculto, Ocean Infinity te encontró”.
“Esperamos los informes para saber qué realmente pasó”, expresó a El Territorio Roberto Krawczyk, hermano de Eliana, la única mujer de los 44 tripulantes del submarino.
Los hermanos de Eliana, unidos en el dolor pero sobre todo en el desafío de la búsqueda de verdad y paz para el seno familiar. 

Días previos
El jueves, justo un año después de que el submarino perdió contacto con los radares mientras navegaba en aguas del Atlántico Sur, se realizó un homenaje en la ciudad de Mar del Plata a los 44 tripulantes que iban a bordo.
En este contexto y teniendo en cuenta que la empresa estadounidense Ocean Infinity aún se encontraba realizando la búsqueda de la nave, Roberto Krawczyk dialogó con Radioactiva 100.7: “Mi familia está prácticamente en pedazos, mi papá está muy enfermo (...) Estamos todos muy golpeados, consternados y esperando que en algún momento esto se aclare, por el bien de todos y sacarnos de una vez la duda de qué es lo que le pasó realmente al submarino y por consiguiente que aparezcan los responsables”.
Estas fueron las palabras Roberto, un día antes del  hallazgo del ARA San Juan.
En cuanto a la empresa Ocean Infinity, dijo que “es lo último en tecnología para este tipo de operativos”. 
Si bien aún no se tienen certezas sobre qué es lo que le sucedió al submarino, Krawczyk sostuvo que no cree que lo hayan hundido, como se dijo en varias oportunidades, sino que “el percance fue por medios propios, no hubo nada exterior que lo haya hecho perecer”. 
Por otra parte, reconoció el hundimiento como una pérdida nacional en términos generales: “Aparte de que perdí una hermana (...), se perdió el único submarino operativo que teníamos”.
Reiteró que debe aparecer un responsable de la tragedia.
En cuanto a su hermana, Eliana, la recordó como “una persona íntegra y una súper mujer”.
“Me acuerdo cuando estábamos todos juntos los seis hermanos, ella siempre fue la estrellita de la casa, nuestro tesoro. Se fue a Mar del Plata con un bolso, a perseguir un sueño... Es un orgullo para mí y para todos los misioneros, porque no sé cuánto tiempo más va a pasar para que otra mujer entre en la Armada. Le truncaron el sueño, que era ser comandante del submarino y lamentablemente pasó lo que todos sabemos”, concluyó abatido. 

Ortiz sirvió doce años a la Patria    

Jorge Isabelino Ortiz conformaba junto a Eliana María Krawczyk la representación de Misiones en el submarino ARA San Juan, que se perdió el miércoles 15 de noviembre de 2017 y fue hallado a las 0.30 del día de ayer.
Ortiz nació en mayo de 1985 en Posadas.
Tenía tres hermanos menores y estaba casado con Griselda, con quien tenía un hijo. El cabo principal y maquinista estaba encargado, junto a otros compañeros, del sector eléctrico y motores del submarino ARA San Juan.
Ortiz cursó la primaria en la Escuela 59 Juana Azurduy, ubicada detrás de la ex Garita del kilómetro 10, en Villalonga, y durante la secundaria fue abanderado en el Polivalente 35, de Garupá.
A los 20 años, Jorge agarró un bolso cargado de ilusiones, salió de Garupá y se fue con la mira puesta en ingresar a la Armada Argentina. El objetivo era claro: servir a la Patria. A noviembre de 2017, llevaba doce años en la fuerza nacional y desde hace tres años integraba las distintas tripulaciones de los submarinos argentinos.
En el San Juan, Jorge estaba encargado del mantenimiento eléctrico.
Por su trabajo en la Armada, residía en Mar del Plata junto a su esposa y un hijo llamado Thiago, que hoy tiene tres años.
“Él se encargaba de las reparaciones eléctricas, salen a probar las naves después de los arreglos y verifican que todo ande bien. Pero no me comentó que iba a hacer este viaje”, había explicado Ramón, el padre del submarinista en una charla con este medio.

Redes sociales
La distancia hacía que el medio de comunicación más fluido entre los hermanos sea a través de las redes sociales.
“Siempre que podía, venía para las fiestas. Pero como yo vivía en Buenos Aires, nos veíamos más de seguido o nos contactábamos por Facebook. Pero desde 2015 no nos veíamos, ese año me volví a Misiones y no nos vimos más”, recuerda su hermano.
Hoy, su foto de perfil en WhatsApp es la de una bandera nacional con el nombre del integrante de la tripulación y la leyenda: “No olvidar”.
“Él era una persona muy dura, era de afirmarse. Apuntaba a algo y hasta que no lo conseguía, no paraba. Y eso es lo que logró, él quería entrar en la Armada y lo logró, llegó a ser submarinista como él se propuso. Ese era su gran orgullo”, finaliza.
El polideportivo y la delegación municipal de Garupá en el barrio de Ñu Porá fueron bautizados en marzo de este año con el nombre de Cabo Submarinista Jorge Isabelino Ortiz.