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Textículos

domingo 28 de junio de 2020 | 6:30hs.
Textículos

Por Rogelio Dalmaroni Escritor

El lector
Luego de unos meses y con algunos cuentos ilegibles, de tan corregidos, la idea de que no tenía sentido continuar escribiendo se volvía más recurrente y agobiante.
Fui perdiendo paulatinamente el entusiasmo.
En otoño comencé a sentir una levedad creciente.
Me fui transformando en un papel, con mis cuentos de mierda.
Me arrugué más y más…me hice un bollo…y caí en el cesto.
En el basural, un cartonero abrió el papel, leyó los cuentos y se emocionó.

¿Qué hacemos con mamá?
Pedro: Hablé con el médico, dice que ya no hay esperanzas de recuperación, que si autorizamos se le desconecta el respirador.
Juana: ¿No deberíamos consultar con otro especialista? ¿Y si la llevamos a Buenos Aires?
Esther: ¿Se van a encargar ustedes? Ya es hora que se ocupen un poco de mamá, hace más de diez años que están por llevarla a vivir con ustedes.
Juana: Esa discusión no cabe ahora. ¿Qué hacemos con mamá? Ella nunca estuvo de acuerdo con la vida dependiendo de aparatos. ¿Vos que pensás Esther?
Esther: Creo que es hora de que mamá descanse en paz.
Pedro: Yo también. ¿Decime Esther, cambiando un poco de tema, en qué banco está el dinero?
Esther: ¿Qué dinero?
Juana: ¿¡Qué dinero!? ¡La guita del campo!
Esther: Mamá donó a la iglesia hace veinte años, pensé que sabían.
Pedro: ¡Qué guachas! Nos ocultaron todos estos años. Las dos siempre fueron unas comevelas. Me tengo que ir, tengo un vuelo a las 11hs.
Juana: Parece mentira… como nos jodiste Esther. Me voy, los chicos quedaron solos, chau.
Esther: ¿No pasaremos juntos el 31?
Juana: Nosotros vamos a lo de mi suegro
Pedro: Nosotros vamos a lo de Ignacito.
Esther: ¿Que hago con mamá?
Ninguno respondió.

Dos buenas noticias para Pedro
Dejó de fumigar apenas comenzó, porque sintió un fuerte dolor de cabeza; no era la primera vez. Caminó a su casa con la visión borrosa.
Tomó mucha agua y se acostó, no podía mantenerse en pie.
Al rato, quiso levantarse para terminar la fumigación y darle de comer a los chanchos, pero no pudo. Respiraba cada vez con más dificultad.
Le pareció escuchar una camioneta.
Sintió una fuerte opresión en el pecho.
Recordó que María había sentido lo mismo antes de morir.
Tuvo convulsiones y vomitó. Entró en coma.
El ingeniero golpeó la puerta. Dejó el veneno en la galería y se fue a la plantación a buscar a Pedro. Quería darle dos buenas noticias: el aumento en el precio del tabaco y la beca escolar de la empresa para su hijo.

Desborde
Durante siglos los peones al llegar al casillero 8 se coronaban reina.
En abril de 1789, durante un torneo en las afueras de París, en un clima de revuelta popular, dijeron basta. Decidieron seguir siendo peones.
El tablero fue tomado y los reyes hechos rehenes.
El comité internacional suspendió el torneo y amenazó con eliminar a los peones del juego.
Fue la chispa que encendió los tableros.
En los torneos alrededor del mundo los peones exigieron la reforma y los jugadores se solidarizan con ellos.
El comité prohibió el ajedrez.
La rebelión se extendió como reguero de pólvora a toda Europa.
Surgió entonces, con fuerza inusitada, un nuevo reclamo: la abolición de las coronas.
El 14 de julio de ese año se produjo la toma de la Bastilla en París.
Rogelio Dalmaroni, nació en Apóstoles, Misiones, en 1953. Publicó microficciones y poemas breves en “Final Abierto” “ (2014)
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