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Tesoros históricos que tienden puentes entre generaciones

martes 25 de febrero de 2020 | 5:00hs.
Tesoros históricos que tienden puentes entre generaciones
Un uniforme original de Granaderos, una de las joyas.
Un uniforme original de Granaderos, una de las joyas.
Federico García

Por Federico García sociedad@elterritorio.com.ar

Hoy hace exactamente 242 años en Yapeyú, en la actual provincia de Corrientes, en el entonces Virreinato del Río de la Plata, nació José Francisco de San Martín y Matorras, a quien su heroica lucha por la independencia lo convertiría en el Padre de la Patria para los argentinos y en uno de los grandes Libertadores de América. 
La luz de la historia agiganta su figura, por la importancia de su legado político y militar, así como del intelectual. Y es por ello que el rescate de su memoria es fundamental para pensar y repensar las marcas identitarias del espectro social argentino de ayer y de hoy. 
Esa es precisamente la tarea que viene llevando adelante la Asociación Cultural Sanmartiniana de Posadas, que en los últimos tiempos se sometió a refacciones y reacondicionamiento de sus instalaciones de la calle Junín 2238, sede que a partir de hoy -en coincidencia con el natalicio del General- quedará oficialmente reinaugurada.
En diálogo con El Territorio, quienes son “custodios” del lugar, Leonardo Duarte y Leonardo Amarilla, comentaron que la entidad cuenta con el Salón Mayor, la Biblioteca Granadero Chepoyá y la Sala San Martín, que permanecen abiertos de lunes a sábado de 8 a 12 y de 16 a 21, aunque la idea es lograr la atención en horario extendido, inclusive domingos. 
Asimismo refirieron que las puertas están abiertas a todo aquel que quiera utilizar las instalaciones, con contacto previo por una cuestión de agenda.
Allí, las actividades culturales serán las protagonistas, una reapertura para que la comunidad ingrese no sólo al circuito de la memoria sanmartiniana, sino a nuevas propuestas que tiendan puentes intergeneracionales, como charlas, muestras y talleres, entre otros. 
“Si no tomamos las nuevas generaciones, que se apoderen, se complica; queremos hacer esa continuidad”, dijo Amarilla. “El diálogo entre generaciones queremos que se mantenga”, amplió.  
“Los nativos digitales tienen otra lógica, vienen con otras configuraciones”, por lo cual es un desafío atraer a este público. Por ello, contaron que la sala posee wifi y una biblioteca digital, además de libros de ficción y un amplio abanico de géneros que nada tienen que ver con la historia de San Martín.
Justamente, para construir esos puentes es que meses atrás, una de las actividades realizadas fue un campeonato de freestyle que tuvo temática patriótica, “y eso nos acercó mucho a la mirada de los jóvenes”, dijo Amarilla.
“Queremos cambiar la lógica de Asociación Sanmartiniana, que queda un poco retro, y suena a proceso histórico pesado. Buscamos que la sociedad se apropie de la idea de ‘Cultural San Martín’, todas las ciudades del país tienen uno”, dijo Amarilla, y añadió: “Que se apropien de ese nombre y de la cultura de San Martín, que los pibes vayan moviendo el avispero que tiene que ver con las máximas de San Martín, que son cada vez más actuales, en situaciones económicas, políticas y de soberanía”.

Los tesoros
Son varios los preciados objetos, testigos privilegiados de la historia, que se conservan en el lugar. Allí se encuentra, por ejemplo, la lápida original de la tumba del padre del Libertador, Juan de San Martín, que en los años 50 fue repatriada desde España junto con los restos humanos de ambos progenitores, que en la actualidad descansan en Yapeyú. 
Además, la biblioteca cuenta con una edición original de Historia de San Martín, de Bartolomé Mitre, que data de 1889. Allí también se resguardan cartas originales de Lucas Braulio Areco, así como un documento que guarda la firma de Aparicio Almeida, el primer gobernador peronista de la provincia. “La idea es armar un archivo con esos documentos de Misiones”, contó Duarte.
Además, un sinnúmero de objetos cuelgan de las paredes y decoran los estantes, como un traje original de granaderos de los años 50 y una réplica original del sable corvo de San Martín; todos ellos a la espera de ser visitados, estudiados y resignificados a la luz del presente.
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