Por Victor Piris vpiris@elterritorio.com.ar
Como si fuera una cadena cada vez más pesada, los altos intereses que
cobran las tarjetas de crédito por financiar compras están asfixiando a
más usuarios. Ocurre que las personas que no llegan con el efectivo para
pagar el total del resumen pagan el mínimo y financian el resto hacia
los próximos meses. Pero al hacerlo no siempre tienen en cuenta que
validan que se les cobre intereses que en promedio rondan el 100 por
ciento.
Con la suba de financiación, también crece la posibilidad de que los
consumidores se atrasen con las cuotas. Y a las altas tasas se les suman
también intereses punitorios o por gestiones de cobranza. Se genera así
con frecuencia un efecto de “bola de nieve” que hace inviable el pago
de la deuda.
Según datos que publican las entidades bancarias (de acuerdo al régimen
de transparencia que les exige el Banco Central), el costo financiero
total de algunas líneas de consumo supera el 130 por ciento anual. Y si
el usuario se excede por fuera de sus montos límites el interés puede
llegar a más del 200%.
Como ejemplo del peligro de endeudamiento, una persona que adeude 4.000
pesos y pueda pagarlos el próximo mes (junto al resumen próximo) deberá
pagar 4.333,2 pesos. La cantidad no parece tan excesiva. Pero es usual
que los clientes que se endeudan repartan el peso de su abultado saldo
en varios meses. Así, si en un mes no se pudo cancelar una deuda de
10.000 pesos, es menos posible que en el posterior se pueda pagar
14.333,2 pesos.
Además de las tarjetas, otra forma de endeudarse y pagar altas tasas
ocurre con el uso de dinero ofrecido a través de cuentas corrientes.
Dependiendo del banco se ofrecen a sus clientes montos para acceder a
efectivo con el fin de saldar cuentas urgentes. Pero al usarse, estos
montos o adelantos de efectivo están atados a intereses que en promedio
pasan el 80% de interés. También una vez al activarse el préstamo se
cobra algún arancel por la gestión de otorgar el adelanto.
Todos los costos en general pueden verse en la parte inferior de las
páginas web de los diferentes bancos, pero es frecuente que los clientes
no las miren hasta el momento de usar el dinero o los créditos.
Por otra parte, además de la financiación propia de los bancos, está la
posibilidad de planes nacionales como el Ahora 3, 6,12,18. Y a pesar de
que también registraron aumentos todavía siguen siendo accesibles con
tasas de entre 36 y 47 por ciento anual.
Tasas suicidas
Para evitar sorpresas desagradables, el economista local Guillermo Knass
resumió en una frase el pensamiento general sobre el uso de tasas de
interés de los plásticos. “Financiarse con las tarjetas es suicida”,
enfatizó.
Y recordó que “hasta hace unos días atrás las tasas promedio de las
tarjetas rondaban un 100 por ciento. Y es posible que esta semana suban
un poco más. Si se tiene en cuenta que en general los salarios subieron
un 25%, el pago de los intereses es insostenible con los ingresos”.
Knass también alertó que “hay que tener cuidado con atrasarse porque no
se paga sólo la tasa. Hay intereses punitorios. A veces la gente no se
da cuenta y lo que se termina pagando es una locura”. Recomendó que el
uso de las tarjetas debe ser muy consciente y orientado a consumos
realmente importantes en este momento delicado de la economía argentina.
“Comprar con tarjetas sirve y mucho si se tiene que hacer una compra
concreta de un bien durable. En mi caso, y lo digo sólo como ejemplo,
compré un lavarropa porque salió una promoción de mi banco con varias
cuotas sin interés. En ese caso me sirvió porque adelanté una compra que
necesitaba y lo hice el mes pasado, antes que los precios subieran”.
Remarcó finalmente que “la gente haga un uso responsable y vea las
opciones que les dan los bancos. A veces hay descuentos y planes muy
convenientes, se pueden ahorrar muchos pesos”.
El 50% de las tarjetas se rechaza
Como señal del fuerte endeudamiento de las familias, Carlos D’Orazi,
comerciante del rubro electrodomésticos
y artículos para el hogar, comentó que es cada vez
más frecuente el rechazo de tarjetas de crédito. Ocurre
que por la inflación y la dependencia de los plásticos
es cada vez más rápido que los usuarios agoten los límites de crédito.
“Hoy casi el 50% de las consultas que hacemos para financiar con
tarjetas se rechaza. Es que son muy pocos los bancos que permiten elevar
el límite de compras”.
Ante el fenómeno, consideró que “para nuestro rubro es alarmante que no
se puedan financiar artículos. A algunos clientes les ofrecemos créditos
personales de la casa, en pocas cuotas, porque hoy las tasas y el
riesgo son altos”.
En cuanto a valores y planes para financiar, D’Orazi diferenció que “en
realidad
hoy no existe un plan que sea sin interés. Aunque se diga que no hay
costo, el costo ya está trasladado al precio final del producto,
comentó. Y detalló que en su opinión, “el único plan que todavía está
funcionando de forma conveniente y sin interés es el Ahora Misiones”.