Las frutas nativas de la selva misionera tienen un buen presente comercial. Apreciadas por el turismo y por la alta gastronomía, su valor como producto se proyecta en alza. El consumo motivó a que muchos emprendedores o productores de la provincia planten más especies. Por caso, la cheff y empresaria Gabriela Matchel valoró el reconocimiento nacional que el Código Alimentario Argentino le dio al guavirá, guabirá o guaviroba y al siete capotes.
“Es muy bueno que se haya reconocido al guabirá como fruta, esto nos facilita el conocimiento del producto cuando presentamos una propuesta de algún envasado al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), por ejemplo”, comentó ayer en diálogo con el programa Acá te lo contamos por FM Radioactiva.
En tanto destacó que “lo importante es trabajar con las frutas nativas y darles valor. Creo que es importante reforestar con frutas nativas porque se van a ir pidiendo más. Pero tenemos que tener calidad, cantidad y continuidad”.
Matchel, quien posee su propia línea de envasados, comentó que hay muchas posibilidades de usar las frutas nativas tanto en forma comercial como para el consumo particular.
“Estoy siempre cocinando y elaborando dulces o preparaciones para salir del consumo tradicional. En algunos casos hay mezclas de frutas nativas con chocolate o con miel del monte”, comentó.
En el caso puntual del guabirá explicó que al ser una fruta con mucho contenido de vitamina C se puede mezclar con el agua para un tereré y apreciar así su sabor. O agregar a una ensalada de fruta tradicional. “También en coctelería se usa y da un sabor muy rico. Se puede preparar un daiquiri con esta fruta”, comentó la cheff.
Recordó que tiempo atrás un cheff peruano le pidió algunas recomendaciones y le presentó varias propuestas con frutas presentes en la provincia. “Dentro de todos los productos que le presentamos estaba el “mole selva adentro” que está hecho con jaboticaba, chocolate y chile. El de guabirá que tiene una fusión con té misionero. Esos dos productos ya están en cartas de restaurantes”.
Matchel recordó que también utiliza frutas nativas para aderezos y chutneys que comercializa en todo el país. “Hoy estoy haciendo un chutney de guabirá que justo me pidieron para reponer en un restaurante de Buenos Aires. Es un producto que va bien para el maridaje con carne vacuna”, explicó. 

Mermeladas con sabor misionero 

En Aristóbulo del Valle, la Asociación Civil Mujeres Soñadoras realiza variadas mermeladas con frutas silvestres. Y recordaron que viendo el interés y el gran sabor de sus productos ya han plantado muchas especies nativas.
 Pero actualmente la recolección de frutas del monte y las compras a algunos vecinos siguen siendo la principal fuente de materia prima. 
“Ya plantamos muchas plantas, de todo tipo de frutales, pero todavía deben crecer más para empezar a dar frutos. Recién estamos descubriendo lo que hay en el monte. Hay muchas frutas pero hay que recorrer y ver cómo recolectarlas”, comentó Rosa Szulepa, presidente de la Asociación Civil Mujeres Soñadoras.
La directiva recordó que entre los frutales “la guaviroba da buen rendimiento, porque hay plantas grandes y dan mucha producción. También la jabouticaba que generalmente hay en las casas de los vecinos, porque plantaron años atrás, así como la pitanga. Después tienen mucha salida las cerellas, pero de estas frutas hay pocas plantas”, comentó.
Szulepa explicó que a las mermeladas que hacen le agregan azúcar, porque fundamentalmente es un conservante.
“Tenemos un aparatito para medir el nivel de azúcar, porque no nos podemos pasar para que mantenga su sabor. Nuestros productos no tienen saborizantes, ni otros conservantes, son muy naturales”, explicó.
Ejemplificó que la diversidad de las mermeladas que hacen con sus compañeras, varía de acuerdo a las frutas de estación. “Ahora estamos haciendo mermelada de mbocayá, que es un coquito de la palmera bajita y de las frutas de jacaratiá que hay en el monte. El jacaratiá nos están pidiendo más, es un árbol alto y si no nos damos cuenta, las frutas caen todas juntas”.
Desde Mujeres Soñadoras explicaron que entre sus clientes habituales reciben pedidos de hoteles y de aeropuertos. “Todo lo que hacemos se vende, no podemos quejarnos”. Recordaron en tanto que tienen  mermeladas de jaboticaba, guabiroba, caraguatá, ubajay, cerella, pitanga, jacaratiá y mbocayá.