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Sofía, la enfermera del monte

viernes 21 de septiembre de 2018 | 5:00hs.
Sofía, la enfermera del monte
Sofía Giménez en una guardia en el hospital de San Pedro.
Sofía Giménez en una guardia en el hospital de San Pedro.
El sueño de salvar vidas y estar al servicio de los demás fueron los principales impulsores para que Sofía Giménez (49) le hiciera frente a los escasos recursos económicos y estudiase Enfermería. Así supo que cada esfuerzo tiene su recompensa y hoy, con 24 años de carrera, es una destacada profesional de la salud que cultiva diariamente la calidez, paciencia, ternura y pasión para asumir los desafíos de desempeñarse en un Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) alejado de los hospitales de mayor complejidad, donde las dificultades son numerosas.
La mujer se convirtió en una heroína en la jornada del martes cuando se internó en el monte para asistir a una parturienta que dio a luz en su casa. Sofía estaba de guardia en el Caps de Pozo Azul cuando recibió un llamado telefónico proveniente de la aldea mbya Alecrin. La mujer proviene de la zona rural de San Pedro y junto a seis hermanos y su madre, conoció desde chica la sacrificada vida en las chacras, por lo que además de cumplir con su deseo, poder estudiar significaba un logro importante. Para ello debió sortear los costos que conllevaba el cursado de la carrera en la localidad de Eldorado, realizando trabajos en casas de familia.
En el Samic de la Capital del Trabajo realizó la primera parte de su formación, que complementó en el aula satélite de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) en San Vicente, donde cursó la Tecnicatura Universitaria en Enfermería luego de completar el nivel secundario, ya de adulta, en el Sipted. Así, apenas finalizó la primera etapa de formación se desempeñó en el Samic eldoradense, sanatorios privados y durante 14 años en el hospital de San Pedro. Desde los últimos cuatro años está en el Caps de Pozo Azul, en el sector de Emergencias.
En una de sus guardias, recibió a El Territorio para compartir su emotiva historia y lo importante que resulta la labor de una enfermera en esta zona de la provincia, donde los profesionales del sector de la salud son escasos. “Desde niña siempre me encantó ver a las enfermeras, sentía que era mi vocación, cuando tenía 19 años empecé a capacitarme en Eldorado. En esa época solo allá se podía, fue muy dificultoso por la situación económica de mi familia, nos criamos solos con mi madre. Muchas veces caminé hasta el Samic para ir a clases”, indicó Sofía. 
Así logró su preciado título. Hoy la labor diaria le requiere paciencia y entrega constante, considerando que no siempre cuentan con las condiciones óptimas para atender a los pacientes. “Algunas veces no tenemos camillas o gasas y hay que resolver la situación, en eso no hay problema, nos arreglamos, pero hay que ser muy paciente, ponerse en el lugar del otro. Hay que estar preparado para contener a los familiares, por ejemplo, en los casos de accidentes”, manifestó.
“Lo más difícil es cuando se trata de niños, aquella vez del tornado en Santa Rosa fue muy triste recibir los cuerpos a pedazos, pero cada experiencia te hace más capaz”, señaló Giménez, quien para trabajar viaja en colectivo desde San Pedro hasta Pozo Azul tres veces por semana.
La convicción y fuerza de voluntad de la mujer, que es madre de cuatro hijos, fueron clave para que reciba siempre el apoyo de la familia, lo que resultó fundamental para seguir adelante. En su diario vivir se toma tiempo para andar en bicicleta, jugar al fútbol y realizar trabajos particulares. Entre las tareas que desarrolla, la asistencia en partos es lo que más la apasiona, tanto que es conocida como ‘la partera’.

La partera
Ante la falta de infraestructura, las vecinas de San Pedro y Pozo Azul que están con fecha para dar a luz se trasladan hasta Eldorado. Esto hace que, lo que para muchos resulte poco común, para Sofía sea algo recurrente y gran parte de los niños nacen gracias a ella, ya que algunos partos se dan en la ambulancia, a medio camino del Samic y otros en las viviendas. En estos casos, el único pensamiento de la valiente sanitaria es llegar a tiempo.
Un claro ejemplo ocurrió el martes último cuando acudió a asistir a una mujer mbya que iba a dar a luz. Rumbo a la aldea Alecrin, la ambulancia debió detener su marcha por falta de un camino de acceso. Sin embargo, esto no resultó un impedimento para Sofía, quien tomó la decisión de continuar a pie, por lo que debió caminar un kilómetro en medio de la espesura del monte para cumplir con su locable tarea. “Mi fuerte son los partos, lo más emocionante es ver nacer a un niño, gracias a Dios siempre salieron todos muy bien”, acotó. “Es algo que hacemos siempre en esta zona, muchas veces por las dificultades de acceso para la ambulancia, otras por la distancia, se asiste en el camino. Siempre agradezco a Dios, Él es quien hace la obra y nosotros somos su instrumento. Yo amo mi profesión”, valoró Sofía.
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