Sin rastros del penitenciario obereño acusado de violar a sus dos hijastras

martes 21 de enero de 2020 | 6:00hs.
La denuncia se realizó en la Comisaría de la Mujer, que funciona en el edificio de la Seccional Cuarta.
La denuncia se realizó en la Comisaría de la Mujer, que funciona en el edificio de la Seccional Cuarta.
Daniel Villamea

Por Daniel VillameaCorresponsalía Oberá

“Hace un mes y medio que mis hijas y yo vivimos encerradas, con miedo y limitaciones para salir por la custodia policial. Es horrible vivir así. Para colmo, el violador disfruta en libertad y se burla de nosotras y de la Justicia. No puedo creer que no lo encuentren y hasta dudo que lo busquen”, reflexionó la mujer que denunció al penitenciario Eduardo Iván C. (38) por el presunto abuso de sus hijastras de 11 y 9 años. 
La denuncia fue radicada el pasado 30 de noviembre ante la Comisaría de la Mujer de Oberá por la propia esposa del sospechoso, con quien tiene una hija de un año. 
Desde entonces el sujeto no se presentó a su trabajo en la Unidad Penal II, por lo que el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) ordenó su pase a situación de disponibilidad. 
Además, en caso de presentarse ante cualquier dependencia del SPP, quedaría automáticamente detenido, explicaron. 
En tanto, por la gravedad del delito que se investiga y sus antecedentes, ya que en 2010 fue denunciado por abuso en perjuicio de tres nenas, sería inminente su baja del SPP. 
En paralelo, el Juzgado de Instrucción Uno solicitó su captura por el delito de abuso sexual simple, carátula que podría ampliarse tras la declaración de las menores en Cámara Gesell, procedimiento que recién se concretaría luego de la feria judicial de enero, anticiparon fuentes del caso. 
Por ello, hasta el momento la Justicia no avaló el pedido de exención de prisión solicitado por la defensa del penitenciario, por lo que se halla en condición de prófugo. 
“Por el momento el expediente está caratulado como abuso sexual simple, pero habrá que ver qué declaran las nenas en Cámara Gesell, lo que podría agravar la imputación”, agregaron. 

Grave denuncia 
Si bien el expediente recayó en el Juzgado de Instrucción Uno, como la jueza Alba Kunzmann de Gauchat se halla en uso de licencia, está siendo subrogado por el juez de Instrucción Dos, Horacio Alarcón. 
Tal como publicó este matutino en exclusiva, Eduardo Iván C. tiene antecedentes por hechos similares denunciados en julio del 2010 por los padres de tres niñas, aunque luego fue sobreseído. 
En consecuencia, el funcionario continúo desempeñándose bajo la órbita del SPP y cumplía funciones en la Unidad Penal II, hasta que el pasado sábado 30 de noviembre volvió a ser denunciado por su actual esposa. 
Los hechos salieron a la luz cuando la menor de 11 años se acercó a su mamá y le preguntó “cómo una nena puede saber si fue abusada”, lo que inmediatamente alertó a la progenitora. 
La pequeña rompió en llanto y le confesó el secreto que venía guardando desde que tenía 8 años, tal como indicó. Incluso, aseguró que ese mismo día su padrastro la manoseó en dos oportunidades y la obligó a tocar sus partes íntimas. 
Según declaró ante la Comisaría de la Mujer, luego de que su hija mayor le contará los sucesos, la mujer también indagó a la niña de 9 años, la que relató que atravesó por situaciones calcadas a las que relató su hermana. 
Ambas habrían coincidido en que los abusos se iniciaron en circunstancias en que la mujer salía a trabajar y quedaban al cuidado del penitenciario cuando éste se hallaba de franco.
Pero tiempo después la progenitora dejó de trabajar afuera y los abusos cesaron por un tiempo, aunque luego se habrían intensificado. 

Los antecedentes 
Hace casi una década el mismo penitenciario fue detenido tras ser acusado de abuso sexual simple en perjuicio de una niña de 9 años que solía jugar con su hijo, fruto de una relación anterior. 
Además, la madre de otras dos nenas del mismo barrio denunció que sus hijas fueron ultrajadas por el mismo sujeto. A las pocas horas el acusado fue detenido y puesto en disponibilidad.
El primer hecho fue denunciado el 2 de julio del 2010 ante la Comisaría de la Mujer de Oberá. Un hombre de 30 años manifestó que su hija le contó que el padre de su compañerito la manoseó varias veces. En aquel caso también intervino el Juzgado de Instrucción Uno. 
Entrevistada por una psicóloga, la niña relató que los abusos ocurrían cuando visitaba a su vecino, circunstancia en que el penitenciario aprovechaba para tocar sus partes íntimas.
Los toqueteos se habrían repetido de la misma manera cuando las familias se encontraron en una pileta pública.
Además de la denuncia de este padre, se sumó al expediente lo manifestado por la mamá de otras niñas de 10 y 11 años, también amigas del hijo del acusado. Las niñas manifestaron a su progenitora que los abusos ocurrían cuando ellas asistían a la casa de su amiguito. 
Ya en octubre del 2011, la jueza Kunzmann de Gauchat dispuso el sobreseimiento definitivo de Eduardo Iván C. por los tres abusos sexuales simples. 
En tanto, la nueva denuncia puso en tela de juicio el accionar de la magistrada y la fiscalía en aquella primera intervención.


El mismo calvario 

“A nuestras hijas no les creyeron y el depravado siguió violando criaturas”, lamentó el padre de la primera víctima que lo denunció en julio del 2010. 
Por su parte, la madre dijo: “Primero, cuando me enteré de que lo volvieron a denunciar, lloré mucho. Fue una como descarga de tantos sentimientos acumulados. Y después les reenvié la noticia a varios vecinos que estos años dudaron de las nenas”.
Ambos charlaron con El Territorio y revivieron el calvario que atravesaron desde el momento en que su hija les contó lo que le hacía su vecino, el papá de su amiguito, pasando por el hostigamiento de la familia del acusado, la inacción judicial y el hasta el hecho de que el sujeto volvió a vivir en el mismo barrio. 
Incluso, aseguraron que en 2010 habrían sido por lo menos cuatro las víctimas, una de las cuales padece una discapacidad, por lo que en su momento su madre no habría querido exponerla. 
“Entonces confiábamos, pero la Justicia nos defraudó. Es una vergüenza lo que hicieron. Lo dejaron libre para que siga lastimando criaturas”, lamentaron.