Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé

lunes 11 de marzo de 2019 | 6:00hs.

Por María Angélica Amable Junta de Estudios Históricos de Misiones

Al conmemorar un nuevo aniversario de la batalla de Mbororé, queremos recordar cómo se originó la advocación mariana de la Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé y la difusión que en los últimos años ha tenido entre los pueblos actuales de la región de las antiguas misiones.
Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé es patrona de la ciudad de La Cruz, provincia de Corrientes. Es la única advocación mariana surgida en las reducciones que se mantiene hasta el presente. Nacida en la frontera de lucha contra los bandeirantes, hoy une a pueblos de ambas márgenes del río Uruguay, de las fronteras de Brasil y Argentina, que buscan caminos de integración y desarrollo compartido.
El fundador de la reducción de Acaraguá fue Pedro Romero, sacerdote jesuita que estaba en la reducción de Candelaria, vecina a Todos los Santos del Caaró cuando en 1628 ocurrió el martirio de Roque González y sus compañeros. También fue perseguido por los hombres de Ñezú, pero logró salvar su vida. En1630 el padre Romero se dirigió al Norte de San Javier sobre el río Uruguay, donde, según la crónica de Nicolás del Techo, “halló reunidas 350 familias y que este número podría fácilmente duplicarse; erigió la cruz, nombró autoridades y bautizó los niños.”
Así quedó fundada la reducción de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá que se encomendó al padre Cristóbal Altamirano, quien la dirigió durante doce años.
Los informes de esa época refieren el fervor con que los primeros pobladores se preparaban para recibir el bautismo, y cómo cultivaron una especial devoción a la Virgen María: “Acuden a saludarla muy a menudo entre día y a rezarle el rosario, y en todas las ocasiones en que se le da algún culto solemne con extraordinario concurso de suerte que a los indios de las demás reducciones les es de maravilla y ejemplo”, dicen las cartas anuas de 1632-1634.
Por su ubicación, se confió a este pueblo la tarea de vigilar el avance de los paulistas, sobre todo desde que se tenían noticias de los preparativos de una gran bandeira para atacar las reducciones. El 25 de febrero de 1641 los centinelas pudieron comprobar la inminente llegada de los portugueses. En Acaraguá ocurrió el primer enfrentamiento, con las avanzadas de los bandeirantes. Cuando llegó el grueso de la expedición, los pobladores se habían retirado a Mbororé, dejando al enemigo perplejo en Acaraguá al no encontrar más que casas desiertas. En Mbororé, en tanto, se preparaban más de 3.000 soldados. El recodo del río fue el lugar donde esperaron a los paulistas para darles batalla; comenzó el 11 de marzo de 1641 y las refriegas continuaron hasta el 16, resultando totalmente derrotados los bandeirantes. El puesto de Acaraguá fue destruido para que no sirviera de refugio al enemigo en su retirada, por ello después de la batalla la población de 1.300 personas se reorganizó en Mbororé.
La victoria fue atribuida a la Patrona y, según la tradición, en agradecimiento tallaron la imagen de la Santísima Virgen con el título de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, que se conserva en la Iglesia Parroquial de La Cruz. La gran devoción a la Patrona, produjo muchas conversiones entre los nativos.
Asunción de Mobororé era la reducción ubicada más al Norte sobre el Uruguay, por lo tanto la más vulnerable a las agresiones externas. Esto motivó su transmigración al Sur, integrándose provisoriamente a Yapeyú, que estaba en mejor situación, por no haber sufrido invasiones bandeirantes. La unión habría durado hasta 1657, luego se ubicó en su lugar definitivo un poco más al norte. El nombre de La Cruz comenzó a usarse más en esta nueva ubicación, pero al parecer ya estaba desde los comienzos. Allí se edificó una iglesia de tres naves, que tenía abundantes imágenes en los ocho altares.
Se destacaba la escultura de María de la Asunción de Mbororé en un nicho central del altar mayor, y arriba de éste la Santa Cruz que los había conducido a la victoria en 1641.
Después de la expulsión de los jesuitas, La Cruz fue uno de los diez pueblos confiados a los franciscanos. En el siglo XIX, se vio afectada como las otras reducciones por el proceso de independencia, con las guerras por la conformación de los nuevos estados y las disensiones internas. En enero de 1817 las fuerzas portuguesas del brigadier Francisco das Chagas Santos ocuparon La Cruz. No encontraron a Andrés Guacurarí, que se había retirado con los pobladores, entonces incendiaron y saquearon el pueblo, pero los cruceños lograron esconder y resguardar la imagen de la Virgen. El 12 de marzo, en un breve combate, Andresito recupera La Cruz y luego los otros pueblos. A mediados de 1817 se reinician las hostilidades. Chagas repasa el Uruguay. La Cruz nunca se despobló totalmente, cuando el enemigo se retiró volvió la gente a este sitio que concentró la población misionera dispersa a causa de las guerras. En 1830 este “resto” de población firmó un pacto de anexión a Corrientes. Comenzó entonces a reorganizarse el pueblo, aumentando un poco el número de habitantes. Se construyó un nuevo templo, muy precario al principio, y al comenzar el siglo XX se lo reemplazó por la construcción que existe actualmente, colocándose en el altar central la antigua imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé.
Las fiestas patronales, celebradas con entusiasmo y devoción y presididas por la antigua imagen de la Virgen, fueron siempre un gran acontecimiento para el pueblo. En la década de 1960 el párroco impulsó un primer rescate del patrimonio jesuítico. Desde 2007 el gobierno municipal viene realizando trabajos de recuperación y puesta en valor. En 2016, con motivo de la fiesta de la Virgen de la Asunción de Acaragua y Mbororé, se realizó en La Cruz el Primer Encuentro Trinacional de la Fe Misionera, y al año siguiente el segundo. Son eventos impulsados por el Consejo Trinacional de Gobiernos Misioneros, integrado por municipios de la región de las antiguas misiones, aunque algunos de esos pueblos no han sido en su origen reducciones.
El 11 de marzo de 2018, aniversario de la batalla, se llevó la histórica imagen de la Virgen al peñón de Mbororé, en Panambí, Misiones, para el acto oficial. Luego fue transportada en balsa a la otra orilla, donde el pueblo de Porto Vera Cruz (Brasil) la esperaba para celebrar su 26º aniversario; finalmente fue trasladada a Campo Grande, Misiones, Argentina, lugar donde nace el arroyo Acaraguá.
Así, esta advocación, nacida en el fragor de la lucha contra los bandeirantes, para consolidar la frontera misional, hoy busca integrar poblaciones de las fronteras de Argentina y Brasil.