Secretos para tener una cocina ordenada

Divide y reinarás.
Lo primero que tenés que hacer es clasificar todo lo que tenés en tu cocina en tres grandes grupos: cubertería y vajilla, los utensilios y los alimentos. Y luego, si se quiere, se puede hacer subgrupos. Por ejemplo, dividir por material (cerámica, tuppers, etcétera).

Despejar la mesada.   

Eso significa que no podés usar las mesadas como si fueran un estante para guardar cosas. Vale que puedas tener la cafetera o la tostadora (y algo más). Cuando no hay nada sobre la mesada, el efecto de orden en la cocina llega como por arte de magia. Además, de ese modo es mucho más fácil mantenerlas limpias. 

Limpiá y cociná, cociná y limpiá

Como un mantra. O como en Karate Kid: encerar, pulir. Los cocineros, -muy ordenados ellos- mientras cocinan, limpian los utensilios ya usados y repasan las mesadas para mantener el orden.   

Lo justo y necesario.     

En la cocina tenés que tener los utensilios que usás más frecuentemente (y a la vista). Si sos fan de los gadgets de cocina, guardá los que uses y huí del “me lo guardo por si acaso un día lo uso” .

La alacena organizada. 

Tener una despensa o un armario que haga esa función significa que debe estar bien ordenada. No vale guardar todo ahí sin ton ni son. Así, cuando prepares lo que vas a cocinar, encontrás todo mucho más rápido.

No a los tamaños XXL

Aunque tu cocina no sea pequeña, para ganar espacio no guardes la superolla de Navidad o la paellera. Aquellas cacerolas o sartenes que no uses, mejor guardarlas en otro lugar; así tendrás más ordenados los cajones, por ejemplo.