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Se dedica a la metalurgia desde una silla de ruedas

jueves 04 de abril de 2019 | 4:00hs.
Se dedica a la metalurgia desde una silla de ruedas
Fabrica portones y herramientas en el taller de su casa.
Fabrica portones y herramientas en el taller de su casa.
Lucas Gabriel Villalba (40) era empleado metalúrgico cuando a los 26 años comenzó a sentir debilidad en las piernas y poco a poco dejó de caminar. Los estudios médicos le detectaron un tumor en la columna vertebral que aplastaba la médula y ese diagnóstico le cambió la vida para siempre, ya que debió someterse a una cirugía y luego de eso quedó en silla de ruedas.
Sin embargo, no descarta la posibilidad de volver a caminar y espera algún día contar con los recursos económicos necesarios para realizar un tratamiento de kinesiología e intentar moverse por sí solo. 
El rostro de Gabriel -o Gabino, como lo llaman sus allegados- tiene una sonrisa dibujada permanentemente. En diálogo con El Territorio reflexionó: “Esta situación me hizo comprender muchas cosas, una de ellas es no rendirme, hoy mi hermano y mi madre junto a mi padrastro son quienes me dan fuerza cada día”.
Según su relato, desde que quedó en silla de ruedas hace diez años muchas personas se alejaron de él, “eso es algo que me ha bajoneado bastante en su momento porque uno necesita de los pares cuando no está pasando un buen momento”, dijo, y explicó que aprendió a convivir con la realidad, tratando de mantenerse siempre ocupado. 
“Fabrico mis propias herramientas para realizar trabajos metalúrgicos, como rejas, portones, parrillas, hago los trabajos desde mi silla de ruedas, que viene a suplir a mis piernas hasta que algún día pueda hacerme la kinesio y tal vez pueda volver a caminar”.
Al mismo tiempo, la actividad metalúrgica es su fuente de ingresos, “además canjeo artículos con mi hermano por otras cosas que me sirven, todo se puede reciclar o dar una utilidad”, comentó.
Gabriel también fabricó su propio triciclo con partes de una bicicleta y un asiento reclinable que lo extrajo de un viejo auto, con el que suele salir de paseo, aunque confesó que no sale muy seguido. “Acá tengo el baño adaptado a mi situación, algo que casi no hay en lugares públicos, por eso trato de no salir, porque si no tengo que usar pañales y eso no me pone cómodo”, se lamentó.
“Yo era un tipo normal, trabajaba mucho y la verdad no sé de dónde salió ese tumor”, recordó. Gabriel piensa a diario en la infinidad de razones que podrían haberlo llevado a su situación actual, pero en el fondo sabe que debe seguir adelante y constantemente busca mejorar su calidad de vida. “Invito a quienes quieran conocer lo que hago a que se acerquen a mi casa en calle 47 casa 8053, Villa Lanús”, dijo.
Finalmente, expresó: “Ojalá pueda encontrar al profesional adecuado que me ayude a volver a caminar”. 
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