Rodrigo Sosa, del grato calor de su pueblo al Festival Internacional de Jazz de La Habana

sábado 05 de enero de 2019 | 5:00hs.
Sosa (de saco negro al medio), se encuentra preparando un disco e incorporando nuevas tendencias musicales.
Sosa (de saco negro al medio), se encuentra preparando un disco e incorporando nuevas tendencias musicales.
Para participar en el Festival Internacional de Jazz de La Habana, el destacado quenista aristobuleño adelantó su retorno convocado por sus colegas. Presente en su ciudad natal desde mediados de diciembre para compartir las fiestas de fin de año y especialmente el cumpleaños de su papá Miguel, Rodrigo Sosa finalmente emprende hoy su regreso a la isla caribeña.

Tras su llegada a la tierra colorada, en su última sesión el Concejo Deliberante local lo distinguió como Ciudadano Destacado. Acompañado de sus padres, hermano, abuelos, amigos y de su maestro primigenio Víctor Vallejos, Rodrigo improvisó una aplaudida serenata con los más solicitados componentes de su repertorio musical.

Como siempre, muy comunicativo y exhalando música por los poros, el joven enumeró lo bien que le fue profesionalmente el año pasado en Centroamérica. “Hicimos hasta cinco conciertos por día”, se alegró. Ya en 2017 había incursionado en el terreno del jazz, razón por la que el año pasado tuvo frecuentes viajes por varios festivales musicales de Centroamérica y México.

Es así que este misionero que hizo su carrera por las tierras de Fidel, contó más sobre los proyectos en los que está abocado: "En lo personal estoy trabajando un nuevo CD, mejorando La Quenística e incorporando las tendencias musicales nuevas que allá se llaman 'sinceridad musical'". Sobre ese concepto, el de 'sinceridad musical', precisó: "Es música con mucho sentido común, para hacerla llegar a todo el mundo, ya no es música para músicos sino para el oído popular, pensada, elaborada para ese público. Viene del pueblo, es compleja, equilibrada, evoluciona todo el tiempo".

La Quenística es el nombre del innovador grupo musical de Rodrigo, que para su próxima grabación incorporó nuevos músicos que tocan batería, piano, teclado y bajo. Para cuando Sosa empezó a hacer lo suyo en Cuba, la quena era vista hasta entonces en el universo musical caribeño como un instrumento propio del folclore andino.

La historia de Rodrigo Sosa con la música arranca a modo de juego cuando tenía 12 años y estudiaba en la Escuela Municipal de Música de su querido Aristóbulo del Valle. Más tarde esa elección lo llevó a Cuba donde se perfeccionó y grabó el disco La Quenística (tal y como se llama su grupo) en los estudios Abdala del popular cantor cubano, Silvio Rodríguez.

Asimismo, tuvo la posibilidad hace algunos años de formar parte del Festival Nacional de la Música del Litoral donde divirtió a los espectadores con su repertorio folclórico y chamamecero. No obstante, su música está empapada de ritmos del latin jazz y la tradicional cubana.