Relaciones de pareja: dejar atrás esquemas y etiquetas

domingo 11 de agosto de 2019 | 6:00hs.
Maricela Rotela

Por Maricela Rotelasociedad@elterritorio.com.ar

Mantener viva la llama del amor en una relación en la que la pareja aprende día a día a comprenderse, aceptarse y amarse con sus virtudes y defectos y a construir un proyecto juntos es el mayor de los desafíos.
Se debe aprender a superar las dificultades que puedan presentarse. Unos de los obstáculos que puede surgir a lo largo de una relación es el de la distancia y la rutina, “obviamente el segundo de esos condimentos hace que se genere un desgaste, en cambio, la distancia aporta siempre una expectativa, es decir, se vive en una etapa de enamoramiento constante porque lejos de la rutina no experimentamos cosas que no me pueden gustar del otro”, dijo la licenciada en psicología Rosana Aranchuk.
“Cuando hay distancia, se vive en ciudades, casas distintas, dormir en camas separadas, hace que uno siempre tenga una expectativa en el otro y se aprecien aspectos no reconocidos en las personas. O sea, no pasamos a una etapa denominada amor sino que vivimos en una etapa de enamoramiento constante, vivimos en una ilusión con el otro y no se cae en la rutina y en la monotonía”, explicó.
La profesional además remarcó que convivir con una pareja forma parte de un mandato social y cultural, que hace que uno tienda a regularizar los vínculos, “yo veo totalmente beneficioso que las parejas se manejen desde cierta distancia porque el amor se afianza mucho más pero se requiere de un compromiso personal y con el otro”.
Y sostuvo: “En los últimos tiempos ha incrementado el número de casos, es muy común verlos pero existe un trabajo de madurez para poder sostenerlo de esa manera; hay que ser muy seguros para poder mantener una relación a distancia”.
Aranchuk refirió, por otra parte, que otros elementos en contra para avanzar en una relación sentimental son los celos, inseguridades, baja autoestima y la desconfianza, “si uno sienta las bases sobre algunos de estos componentes, va a ser muy difícil poder salir adelante. Una relación se construye desde el amor propio, muchas de las parejas logran sobrepasar esta barrera ya que rompe con este mandato social de tener que vivir por y para el otro”.
“Al contrario, uno tiene que vivir para uno mismo para poder focalizarse en el otro. Ahora se está hablando mucho del poliamor, pero tener varias relaciones a la vez existió en todos los tiempos, lo que se está haciendo ahora es tratar de regularizar esta práctica”, aseguró.
“Eso también pasa por un amor propio, por los valores que uno mismo va construyendo pero la necesidad de vivir en un poliamor o desde la infidelidad es tratar de llenar vacíos afectivos o inseguridades no trabajadas”, sentenció.
De su lado, la psicóloga y sexóloga Pamela Wimer sostuvo: “Las parejas son vínculos muy permeables a los intercambios en los tiempos que corren, o mejor dicho, que nos corren. La falta de un encuentro genuino, de calidad, es una variable que siempre está en vigencia y se oye en la clínica del trabajo de las relaciones”.
La profesional sostiene que “las personas aprenden a enmarcarse en la realidad social donde gran parte de las actividades han mutados en el tiempo y la pareja como parte de la sociedad no se ve ajena a esta situación. Es una observación lógica con la cual se deberá aprender a convivir, muchas veces dejando de idealizar esquemas anteriores”.
“La comunicación y la empatía sin lugar a dudas son herramientas para poder sobrellevar una crisis. No se debe perder la noción del otro como individuo y compañero ya que sino tendemos a alienarnos”, agregó, al tiempo que detalló que “las crisis sociales afectan a una pareja pero puede resignificarla y hasta salir fortalecida”.

Tiempos exprés y tecnología
Hoy por hoy, el amor enfrenta el sostenimiento en el tiempo y también se ha resignificado el papel que toma la rutina, “en general es algo que achata y aburre, pero tiene como posibilidad ser analizada. Muchas veces ocurre que la distancia en verdad tiene muy mala fama y ponemos el foco en lo físico sin darle relevancia necesaria a que dos personas conviviendo en el mismo hogar con el eje puesto en sus dispositivos móviles marcan una distancia mucho más corrosiva que los kilómetros que puedan distanciar a dos personas”, sostuvo Wimer.
A la vez, consideró que no se puede demonizar los cambios estructurales en la sociedad ya que la historia ha demostrado que, aunque hay momentos visagra, tarde o temprano pasan a formar parte de los nuevos métodos de vinculación.
El amor no es lo mismo desde la irrupción de la tecnología, internet y las redes sociales, “pero estamos superpoblados de herramientas, hoy como nunca tenemos accesos a millones de medios para la solución de conflictos. Las ganas de atravesar los procesos y apropiarse de las herramientas son la clave”, finalizó.