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“Queremos que llegue ese momento de estar en el aula”

domingo 31 de mayo de 2020 | 5:00hs.
“Queremos que llegue ese momento de estar en el aula”
“Estamos a la expectativa del regreso y los chicos con mucho entusiasmo del reencuentro”, coinciden los docentes.
“Estamos a la expectativa del regreso y los chicos con mucho entusiasmo del reencuentro”, coinciden los docentes.
Victoria Bergunker

Por Victoria Bergunker interior@elterritorio.com.ar

El país continúa en cuarentena y la educación de manera presencial también, pero el compromiso está intacto y la enseñanza virtual se impone cada vez con más fuerza, convirtiéndose en una herramienta sólida que un futuro reforzará el presencialismo. La vocación docente sumada a la voluntad de los padres y la responsabilidad de los niños de la escuela primaria formaron un combo de aprendizaje para todos y un vínculo que perdurará por siempre.
“La escuela entró en la casa de cada chico, nos emociona”, reflexionó Silvia Mauri de Garrido, directora de la Escuela Provincial N° 356 en diálogo con El Territorio en relación a la nueva modalidad de enseñanza virtual. 
Sobre la vuelta a clases, destacó que lo primero a tener en cuenta será la limpieza y desinfección del establecimiento, además de otros puntos a tener en cuenta como fumigar y cortar el pasto para garantizar las mejores condiciones sanitarias posibles.
En cuanto a la educación, expresó que el cambio “fue una conmoción para todos”. “Tuvo que haber un primer momento de acomodarse para dar las clases a distancia. Esto que pasó fue una tragedia mundial, es cuestión de ser flexibles, no podemos tener la exigencia de las clases presenciales, además tenemos algunos alumnos muy humildes. Todas las tareas se pasan por WhatsApp, que la mayoría tiene”, explicó. 
En el caso de los niños que no tienen conexión, -que según indicó son uno o dos en cada curso- detalló que las maestras siempre encuentran la forma de hacerles llegar el material y por estos días aguardan la llegada de los cuadernillos. 

Compromiso familiar
Para que esto funcione todos deben aportar su granito de arena. Es un trabajo conjunto que requiere compromiso y dedicación. Afortunadamente, los padres respondieron positivamente y asumieron un nuevo rol en los zapatos del docente. No solo tomaron las riendas de la enseñanza, sino también convirtieron sus casas en escuelas para que los actos patrios no pasen desapercibidos.
“Me sorprendieron gratamente, las maestras me dicen ‘entramos a la casa de nuestros alumnos’, los padres han preparado los actos, han dicho discursos, pusieron la bandera, hicieron fondos en la pared del living y se han filmado, hasta un papá bailó una chacarera con su hija para el Día de la Escarapela”, contó Silvia emocionada. 
Y siguió: “Estamos fascinados con la participación de la familia, creo que lo más positivo de esto fue el vínculo tan fuerte que se logró con ellos, la escuela entró a la casa de cada chico, nos emociona”.
Por su parte, las maestras ponen todo de sí y se las ingenian para que las clases sean lo más parecidas a lo que era antes. “Hicieron grupos de WhatsApp para enviar las tareas, pero además muchas se animaron a filmarse dando clases, o se filman la mano explicando en el pizarrón o en un papel, sobre todo para los temas que son más complicados”, dijo. 
Paralelamente, se formaron grupos de docentes y directivos donde se envían las fotos de los trabajos que realizan los chicos y así tener un seguimiento de cada alumno. “Nunca nos imaginamos algo así, no se va a ir más esto. Vamos a tratar de compaginar las dos metodologías, presencial y a distancia para mejorar la enseñanza”, cerró Silvia.

La emoción de volver
Amalia Roa es maestra de sexto grado, pero su vocación la lleva a que estar en el aula frente a sus alumnos sea mucho más que un trabajo. Es como para muchas otras, una forma de vida y el motor que la mueve cada día. Por eso, hace más de dos meses debió resignificar el modo de enseñar y adaptarse a la nueva educación.   
Al imaginarse el primer día de clases después de la cuarentena, confesó que siente ganas de llorar, “es mucha la emoción que uno siente, de verlos a los chicos y abrazarlos. Mantener la distancia no va a ser fácil de manejar, ellos también van a volver con el deseo del reencuentro, se siente mucha angustia pero hay que tener todos los cuidados. Queremos que llegue ese momento de estar en el aula y tener contacto con nuestros niños pero con mucha precaución”.
Sin embargo, expresó que a pesar de la incertidumbre del momento, “se reciben satisfacciones porque los chicos se involucran, la familia está dispuesta. A aquellos que no tienen celular se intenta hacerles llegar el material de alguna forma”.
En este sentido, comentó que en su caso particular vive en el mismo barrio que muchos de sus alumnos, donde hay un comedor al que asiste como voluntaria. Esto facilita el contacto con aquellos niños que no pueden acceder virtualmente a sus tareas. 
“Yo creo que esto vino para quedarse, pero nosotros estamos a la expectativa del regreso y los chicos con mucho entusiasmo del reencuentro. Esto nos enseñó a valorar las relaciones humanas, el intercambio personal entre el niño y el docente, entre los chicos como pares”, finalizó y los ojos se le llenaron de lágrimas. 
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