Protestas en Ecuador dejaron siete muertos y miles de heridos

lunes 14 de octubre de 2019 | 5:00hs.
Protestas en Ecuador dejaron siete muertos y miles de heridos
Protestas en Ecuador dejaron siete muertos y miles de heridos
Las manifestaciones y actos vandálicos provocados por el aumento en los precios de los combustibles en Ecuador han dejado siete muertos mientras el gobierno suspendió ayer el toque de queda desde el mediodía hasta la noche tras la violenta jornada registrada la víspera.
La Defensoría del Pueblo informó que debido a las manifestaciones han muerto siete personas, hay 1.340 heridos de diversa magnitud y 1.152 detenidos. Las Fuerzas Armadas, encargadas de hacer cumplir el toque de queda en todo el territorio emitieron un comunicado en el que señalan que se suspende entre las 11 hasta las 20.
Previo a esa disposición, los ciudadanos circulaban con relativa libertad por las calles, tanto a pies como en vehículos sin que sean evidentes controles ni retenes policiales y militares. Jhon González, de 26 años, quien caminaba hacia su casa, dijo a The Associated Press: “Vengo de mi trabajo, no me fui a mi casa anoche, estoy desde las siete de la mañana llamando un taxi pero nadie contesta. No veo control policial ni militar, parece que la ciudad está más tranquila pero no hay transporte y quiero llegar al sur”.
Muchas personas no pudieron moverse de los respectivos sitios de trabajo o lugares en donde se encontraban cuando entró en vigencia la acción de control militar, pero aprovecharon la mañana del domingo para avanzar a pie por las calles, donde en las primeras horas de la mañana no se veían controles ni vehículos militares.
Los manifestantes no sólo se han concentrado en las ciudades para evidenciar sus protestas. Son principalmente indígenas de la amazonia y han atacado e impedido la normal producción de petróleo, el principal producto de exportación del país. 
Antes de las jornadas de protesta, los pozos de la Amazonia producían unos 430.000 barriles de petróleo, pero la producción ha caído a 176.029 barriles, según cifras del sábado entregadas por una fuente de Petroamazonas, que pidió el anonimato.
Estas cifras dejan pérdidas por casi 14 millones de dólares diarios. El gobierno del presidente Lenín Moreno se valió de esta medida, por primera vez en décadas, para hacer frente a generalizadas manifestaciones en la capital, donde un grupo de encapuchados atacó e incendió la Contraloría, que resguarda las investigaciones de la corrupción, especialmente ocurridas durante el gobierno del ex presidente Rafael Correa (2007-2017).
Durante la tarde, otra turba de encapuchados causó un incendio y serios daños al canal de televisión Teleamazonas, al norte de Quito, y minutos más tarde otro grupo de similares características violentó el diario El Comercio, al sur de la ciudad, mientras cientos de indígenas se enfrentaban con la policía en un parque del centro norte, al que hicieron de base durante una semana de protestas.
Michael Limaico, un desempleado de 35 años, en el norte quiteño manifestó a la AP que “no es una protesta de ladrones, de latinquines (pandilleros), somos el mismo pueblo, que estamos cansados”.
Moreno responsabilizó de la violencia a grupos de narcotraficantes y a seguidores de Correa, algunos de cuyos más altos colaboradores están acusados y procesados por hechos de millonaria corrupción con fondos públicos. 
Las protestas sociales empezaron poco después que Moreno decretara a inicios de octubre un duro paquete económico, aunque lo que más enardeció a la población fue le elevación del precio de la gasolina de 1,85 dólares a 2,30 el galón y del diésel, el más usado por el transporte pesado, de 1,03 a 2,30 dólares.
Con las decisiones económicas, Moreno busca hacer frente a una complicada situación derivada de una abultada deuda de 64.000 millones de dólares y un recurrente déficit anual de 10.000 millones. 
Entre las medidas también están: aumentar impuestos, flexibilizar leyes laborales y recortar el gasto público para generar ahorro fiscal y obtener más de 4.000 millones de dólares en financiamiento de emergencia del Fondo Monetario Internacional.
El pánico y la especulación provocaron un alza enorme en los precios, y los costos de algunos productos y servicios.
Los pobladores indígenas de Ecuador, destrozados por la pobreza y desatendidos por los programas gubernamentales, estaban furiosos. Durante la semana, miles de shuar, saraguro, quechua y otras etnias indígenas llegaron a Quito desde lo más profundo de la Amazonía y desde los poblados en las alturas de los Andes ecuatorianos.
A pesar de la difícil situación, Moreno ha dicho que no cederá en el tema de los combustibles y que puede reanudar los subsidios a los combustibles. El país está en bancarrota y ceder ante los manifestantes sería una derrota en el esfuerzo del presidente por revertir las políticas de su predecesor y ex mentor, Rafael Correa.
Por otra parte, el gobierno de Ecuador ha solicitado a la Organización de Estados Americanos (OEA) que instale una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente, para denunciar un presunto intento de alteración del orden democrático y de caos ocurrido en el país durante las protestas sociales.
Así lo anunció el canciller ecuatoriano, José Valencia, en su cuenta de Twitter al anticipar que la cita del organismo regional, con sede en Washington, se producirá el próximo martes. 

Despliegue militar por las calles de Quito

Las fuerzas armadas de Ecuador salieron a las calles después de que el presidente Lenín Moreno ordenó por primera vez en décadas un toque de queda de 24 horas como respuesta a un día de ataques a edificios estatales y de prensa.En la noche del sábado, el ejército había recuperado control del parque y las vías que dirigen a la Asamblea Nacional y la Contraloría, a la que irrumpieron los manifestantes quienes prendieron fuego al interior del edificio. Moreno dijo que el ejército impondría un toque de queda de 24 horas (que después fue suspendido en parte) en Quito y en áreas circundantes como centrales eléctricas y hospitales. Fue la primera medida del tipo impuesta desde que hubo una serie de golpes de Estado en las décadas de 1960 y 1970.