¿Por qué los niños que se chupan el pulgar tienen menos alergias?

miércoles 27 de julio de 2016 | 7:50hs.
Para el debate.
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Si el hábito de morderse las uñas o chuparse el pulgar de su hijo le vuelve loco, se alegrará de enterarse de que un nuevo estudio sugiere que esos hábitos podrían tener un beneficio para la salud.

 

Los niños que se chupan el pulgar o se muerden las uñas más allá de la edad preescolar podrían ser menos propensos a las reacciones alérgicas cuando alcanzan la adolescencia, dijeron los investigadores.

 

Además, el estudio encontró que los efectos protectores parecían durar hasta la adultez.

 

Pero nadie está sugiriendo que se anime a los niños a adoptar esos hábitos, dijo el investigador principal, Robert Hancox, de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda.

 

 

¿Cómo podría el hecho de ponerse crónicamente los dedos en la boca afectar al riesgo de alergias?

 

Según Hancox, todo se relaciona con la “hipótesis de la higiene”. La teoría es que la exposición a las bacterias y otros microbios a principios de la vida ayuda a guiar al sistema inmunitario a un modo de lucha contra la infección, y alejarlo de una tendencia a las reacciones alérgicas.

 

Pero el estudio no puede probar que ninguno de los dos hábitos redujera directamente el riesgo de los niños de sensibilizarse a los alérgenos, reconoció Hancox.

 

Pero, dijo, su equipo tomó en cuenta una variedad de cosas que influyen sobre las probabilidades de sensibilización, lo que incluye si fueron alimentados con leche materna, expuestos al humo de segunda mano, vivieron con mascotas o tenían antecedentes familiares de alergias.

 

Es “difícil imaginarse” qué otros factores explicarían los hallazgos, dijo Hancox.

 

 

Apuntó a una conexión similar observada en estudios anteriores: los niños que están en guarderías, viven con mascotas, viven en granjas o tienen hermanos mayores tienden a tener un riesgo más bajo de alergias y asma, lo que sugiere que los ambientes relativamente llenos de gérmenes ofrecen cierta protección.

 

 

Hancox y sus colaboradores reportaron los hallazgos en la edición en línea del 11 de julio de la revista Pediatrics.