Por las cuotas del UVA, cambian de hábitos y reducen gastos

miércoles 09 de enero de 2019 | 6:00hs.
Daiana Gómez Brauvano

Por Daiana Gómez Brauvano politica@elterritorio.com.ar

Todos sueñan con tener la casa propia, pero los altos costos en más de una ocasión fueron un impedimento para obtenerla. Sin embargo, cuando se lanzaron los créditos Unidades de Valor Adquisitivo (UVA), muchos fueron los que se aventuraron a pedir el préstamo. Pero las cuotas se fueron por las nubes debido a la inflación del año pasado. Esto derivó que el anticipo sufra un encarecimiento del 46,9 por ciento.
No obstante, dicho porcentaje no condice con el salario, el cual solo tuvo un crecimiento del 26,2 por ciento hasta octubre del año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec).
La suba de las cuotas obligó a los solicitantes a tomar medidas y a cambiar hábitos con la idea de reducir todo tipo de gasto.
Un caso particular es el de una familia de Posadas que prefirió reservar su identidad, pero relató cuál es la situación por la que están atravesando a partir de los incrementos de las cuotas.
El matrimonio decidió acceder a la línea UVA en 2017. En ese momento, un banco privado le aprobó un préstamo por 3.000.000 de pesos, pero sólo retiraron 2.000.000 pesos y tienen un lapso de 25 años para devolverlo.
Las cuotas iniciales rondaron los 12.300 pesos y, en la actualidad, son de 19.700 pesos. Es decir, 7.400 pesos se le encareció la cuota.
En diálogo con El Territorio, la pareja contó que “el crédito nos dieron en julio de 2017 y en septiembre empezamos a pagar”.
Tras varios análisis y el asesoramiento recibido, el matrimonio consideró que se trataba de un préstamo beneficioso ya que los ayudaría a adquirir una casa. “Cuando aceptamos el UVA, las condiciones económica y financiera del país eran distintas, habíamos sido bien asesorados”, dijo el matrimonio.
Agregó que “incluso el banco había flexibilizado la línea, porque al principio se tenía que devolver en 20 años y se extendió a 25 años, además habían bajado la tasa del 5 por ciento al 3 por ciento para estar en concordancia con el banco estatal”.
En relación a la crisis que fue protagonista el año pasado y la recesión por la cual comienza a transitar el país, la pareja dijo “nunca creímos en las promesas de campaña del grupo político de (Mauricio) Macri, pero nosotros imaginamos que todo iba a estar en parámetros más razonables”.
Asimismo, esbozó que “por suerte, por así decirlo, no sacamos todo lo que nos habían aprobado, porque si no ahora las cuotas serían muy altas”.
Por lo pronto, los cónyuges todavía no piensan en refinanciar el crédito UVA, ya que todavía el monto está en los valores pagables.
En tanto, la pareja se vio obligada a prescindir de algunas actividades. “Estamos mal, pero sigue siendo un gasto dentro de los parámetros que nosotros teníamos planeado invertir”.
En este punto, detalló que “se dejó de comprar ropa, excepto la necesaria para los chicos. Además, se anularon las salidas y se dejó todo lo extra, como ser los deportes y los chicos sólo realizan algunas actividades”.
El matrimonio prosiguió con su relato y sostuvo que “lo mismo pasa cuando se va al supermercado, se va achicando todo para mantener un equilibrio”.
En cuanto al aumento de las cuotas, subrayó que en los dos primeros meses la suba fue mínima porque los parámetros de 2017 no se habían movido en demasía. Pero en mayo del año pasado los incrementos ya eran de 200 o 300 pesos por mes.
Mientras, los últimos meses las cuotas sufrieron una variación de entre 800 y 1.000 pesos. “Se disparó bastante”, reconocieron los cónyuges.

Sueldos por debajo de las subas
Por su parte, economistas consideran que “los créditos UVA quedaron altos, como cualquier otro, porque los precios de las propiedades no se acomodaron al nuevo dólar”.
Aseguraron que “el dólar subió un 100 por ciento y los sueldos no acompañaron eso y si hoy uno quiere comprar una propiedad, necesita mucho más sueldo para acceder al crédito y pagar esa propiedad”.
Admitieron que “no es lo mismo 100.000 dólares, con el dólar a 17 pesos, como en diciembre de 2017, que 39 pesos como está ahora. Ahí tenés más del 100 por ciento de aumento y los sueldos, como mucho, aumentaron un 20 por ciento”.
Remarcaron que “este año es electoral y en Argentina son complicados y podemos llegar a tener algún susto”.


Cláusula gatillo para deudores

Los pagos de los préstamos vinculados a la inflación sufrieron un importante incremento del 46,9 por ciento, pero como los sueldos no crecieron en esa misma línea, algunos deudores tendrán disponible un plazo desde febrero de este año.
Según consignó Clarín, en la Secretaría de Vivienda de la Nación calculan que unos de 30.000 deudores -sobre más de 130.000 préstamos- habrían quedado a fines de 2018 en condiciones de activar la cláusula gatillo que el sistema UVA prevé para aliviar las cuotas en períodos como el actual. De este modo, lo que se indica es que si desde el inicio las cuotas subieron 10 puntos porcentuales más que lo que habrían aumentado al ajustarse según el Coeficiente de Variación Salarial del Indec, el cliente puede pedir que le recalculen los pagos con un plazo hasta 25 por ciento mayor. Por ello, podrán pasar de por ejemplo, pasar de 20 años a 25, o de 30 a 37, lo que rebaja un poco los montos.