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“Pido que no paren, de la forma que sea quiero de nuevo a mi hijo”

viernes 25 de septiembre de 2020 | 6:00hs.
“Pido que no paren, de la forma  que sea quiero de nuevo a mi hijo”
La búsqueda se realiza en un campo de casi 5.000 hectáreas.
La búsqueda se realiza en un campo de casi 5.000 hectáreas.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeley fojacero@elterritorio.com.ar

Mientras en el barrio Pindapoy de San José nadie habla de otra cosa y su familia comienza a caer en la resignación, la desaparición de César Daniel Tizato comienza a erigirse como otro de los grandes misterios sin resolver en Misiones.

El adolescente, que justo ayer cumplió 16 años, está desaparecido desde hace 26 días y a pesar de un imponente operativo de búsqueda desplegado por distintas fuerzas de seguridad no se hallaron rastros concretos que permitan trazar teorías firmes respecto de su posible paradero o desenlace.

En ese marco, entre el dolor y la incertidumbre, su familia ya comienza a sospechar de todo, pero a la vez comprenden perfectamente que sin elementos contundentes tampoco pueden acusar o apuntar con el dedo.

“Esto es muy raro. No sé qué pudo haber pasado, yo ya no me quiero imaginar más nada, pero es imposible y uno empieza a pensar cualquier cosa. Esto no es fácil. Hoy justo es su cumpleaños y acá no hay alegría ni nada. Yo ya puse todo en manos de Dios”, expresó, casi resignada, María Teresa Da Rosa (44), la madre del adolescente, del que sólo tiene su  documento. “Nunca pude sacarme un foto con él para que me quede”, se lamenta.

La mujer volvió a recibir a El Territorio ayer a la siesta y mientras observada cómo dos móviles de la Policía avanzaban hacia la zona de búsqueda, volvió a agradecer los operativos desplegados, aunque también avisó: “Yo les pedí que no paren, yo de la forma que sea quiero de nuevo a mi hijo”.

Tizato está desaparecido desde el 30 de agosto, cuando salió de su casa para a ir a cazar junto a un vecino identificado como Richard (44), que ese mismo día regresó al barrio pero lo hizo en soledad. Da Rosa se acuerda perfectamente cuando el hombre pasó por su casa para avisarle que su hijo decidió volver al campo junto a otros dos jóvenes que se cruzaron por el camino pero que él no supo identificarlos.

Hasta el momento, esta situación es lo único concreto que hay en la investigación. Es decir, se sabe que Tizato fue junto a este vecino a los campos de la estancia La Rosita pero él nunca volvió y el hombre sí.

Ese vecino por ahora aparece como “testigo sospechoso” en el caso, pero diversas fuentes consultadas por este matutino coincidieron que no existen elementos que permitan sostener que tuvo alguna implicancia en la desaparición del adolescente.

“Hasta ahora, todo lo que hay es conjetural, por comentarios, ni siquiera nada llega al grado indiciario”, graficó un vocero de la pesquisa. El vecino, incluso, estuvo demorado algunos días y se le practicó estudios de parafina que dieron negativo.

Hace poco, este mismo hombre puso bajo la lupa a otro vecino de la zona, pero ocurrió lo mismo. Contra ese nuevo sujeto señalado tampoco hay nada concreto.

“Ellos salieron cerca de las 10 de la mañana y cerca de las 14.30 él -por Richard- volvió solo y pasó por acá para decirme que ‘el gurí no quería venir porque se encontró dos chicos más que le invitaron a seguir cazando’. Él dice que le insistió a Daniel para volver porque yo me iba a enojar si no lo hacía, pero mi hijo supuestamente le dijo que se iba a quedar un rato más a pescar y que ya volvía”, recordó Marisa.

Luego, mencionó que “no se puede saber quiénes son esos otros dos chicos. Uno parece que ya está bajo investigación, yo lo conozco, siempre pasaba por acá. Él parece que ya andaba cazando por allá ese día, pero es muy raro todo. Ese chico también está asustado ahora porque ya le cayeron todos a él y si no tuvo nada que ver tampoco es justo. Yo no puedo culpar a nadie. Así como yo, ellos también tienen familia. No puedo pedir que alguno quede preso si no sabemos qué pasó, por eso yo quiero respuestas”.

Y si bien la madre del chico desaparecido opta por la cautela, admite que la situación también la lleva a dudar de todo y en ese marco indicó que “es muy extraño, hasta de los cuidadores también sospechamos, capaz lo tienen allá secuestrado, pero hoy en día las sospechas ya van para todos lados. No es fácil. Primero pensé que por ahí recibió un balazo y quedó lastimado allá, pero no se lo encuentra”.

Para Marisa, ayer fue el día más duro en medio de este largo período sin novedades de su hijo. No es para menos, fue el cumpleaños del chico. “Hoy amanecimos mal. Estamos medio tristones, nos hubiese gustado estar junto a él. Hubo días en que yo no quería ni comer, sus hermanitos lo mismo. Hoy vinieron sus amiguitos, saludaron desde lejos pero se largaron a llorar porque él no está acá hoy. Yo no me quiero imaginar más nada. Ahora ya está todo en manos de Dios y sé que él va a hacer algo por mí. Ojalá él ilumine donde está Dani para poder encontrarlo”, culminó.

Búsqueda
De la búsqueda de Tizato participaron desde el primer día efectivos de la Policía de Misiones, junto a personal tanto de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) como de Prefectura Naval Argentina (PNA), que aportó buzos tácticos que trabajaron en los estanques de agua y lagunas que están dentro del predio de casi 5.000 hectáreas que pertenecen a la firma Rosamonte.

También se realizaron sobrevuelos en helicóptero y se usaron drones, pero las pistas siguen sin aparecer. La semana pasada la novedad pasó por el hallazgo de una prenda de vestir que la familia reconoce pertenecer a Tizato, pero los investigadores prefieren ser cautos al respecto.

Según explicaron fuentes consultadas, hasta tanto no surjan mayores elementos, la causa continuará instruyéndose como “desaparición de persona” y el objetivo principal sigue siendo poder ubicar al adolescente.

En el caso también intervienen los detectives de la Dirección Homicidios y los especialistas de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), quienes fueron encomendados a realizar pericias telefónicas al aparato del vecino que aparece como testigo sospechoso. La idea es poder realizar un seguimiento de sus movimientos y ubicaciones durante el día de la desaparición del chico.

Mientras tanto, en el pueblo todos se preguntan por el paradero del chico. Daniel iba a la escuela, pero además ayudaba a su familia reciclando cubiertas y realizando planteras de gomas. “Es increíble y nadie entiende qué pudo haber pasado, pero queremos que se resuelva”, señaló un vecino.

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