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Pato García: autos, música y mil caminos recorridos

sábado 25 de mayo de 2019 | 10:00hs.
Pato García: autos, música y mil caminos recorridos
Por Sonia Benítez

Por Sonia Benítez redaccion@territoriodigital.com


Ángel “Pato” García posee un talento único que lo llevó a vivir experiencias increíbles, conocer a celebridades y a recorrer el mundo. Pero no fue el único regalo que recibió gracias a su carrera y a los vínculos afectivos que logró cosechar: dos de sus autos llegaron de una manera inesperada y en forma de obsequios.

El músico vivía en Los Ángeles cuando el productor de uno de sus discos le regaló el que sería su primer auto, un Fiat 1500.

“En Estados Unidos no cuestan nada los autos, por 500 dólares tenés uno y él me regaló un auto nuevito, cero kilómetro, ese fue mi primer auto. Pero aprendí a manejar antes, en España en una autoescuela, cuando tenía 21 años, así que cuanto tuve el Fiat ya sabía manejar”, recordó García, que prácticamente toda su juventud la vivió en el primer mundo.

Se fue muy joven a la Capital Federal a terminar su escolaridad secundaria, y llevó consigo la guitarra, que había empezado a tocar cuando tenía 8 años.

“Yo viví en esta misma casa hasta los 14 años. Estando en Buenos Aires fui al programa de Hugo Guerrero Marthineitz, que era un peruano muy conocido en aquella época. Ahí me inicié con la guitarra y empecé a acompañar. Cantaba mucho en las radios, había una sola televisión, que era Canal 7 y ahí también trabajamos. A los 20 años conocí a un amigo que tenía un contrato en Suiza y me fui por dos años, después vine de vacaciones, volví a trabajar con él y después me quedé en Roma a vivir y a trabajar”.

“Allá por el 71 me presenté en el Festival Mundial de Guitarra, en Milán, y entre 38 guitarristas salí segundo. Fue un premio muy interesante y a través de eso me salió un contrato para la cadena de los hoteles Sheraton. El primer trabajo que hice fue en Teherán (Irán) y de ahí recibí una invitación para integrar un conjunto muy famoso en Europa, que era el de Luis Alberto del Paraná”.

El joven músico recorrió miles de caminos. Conoció a través de la música las ciudades más importantes de Europa y también vivió en Estados Unidos, en un barrio especial para los artistas. Fue allí cuando puso subirse a su primer Fiat y aprender a prestar atención a las arterias norteamericanas para no perderse en el tránsito.

“Después del Fiat tuve un Cadillac, subí un poquito de categoría”, dice Pato entre risas. “Empecé a manejar un Cadillac, pero porque allá es fácil comprar un auto. Allá no podés andar sin auto; hay autobuses, claro, pero la mayoría de la gente se tiene que movilizar en auto, así que es fundamental para una persona tenerlo”.

“Yo ya sabía manejar para cuando tuve mi primer auto, pero había que aprender a manejar en Estados Unidos, porque es una enorme ciudad. Al principio vivíamos Beverly Hills, que era un barrio donde vivían todos los artistas. Ahí conocí a mucha gente, pero de ahí ya fuimos a vivir fuera de Los Ángeles, porque el manager que yo tenía en ese momento quería tener una casa grande, entonces compró un rancho muy lindo fuera de Los Ángeles y por eso me costaba un poco agarrar las autopistas, porque te llevan para todos lados y si te equivocás en una y saliste de tu carril, te perdés”, recordó el músico, que en aquella época capturó en fotos momentos especiales con celebridades destacadas.

Recuerdos imborrables
En su casa de la tradicional Bajada Vieja recuerda a través de varios álbumes sus encuentros con José Feliciano, Brigitte Bardot, Jack Nicholson, los príncipes de España, María Martha Serra Lima, Enrico di Portanova, Plácido Domingo, Sandro,Tony Curtis, Sammy Davis Jr., Henry Kissinger, princesa Grace de Mónaco, Ramón Ayala y su hermano Vicente Cidade, Fulgencio Batista, Ringo Starr, Franco Nero, Roger Vadim, Ted Kennedy, Robert De Niro, Ivana Trump, Kirk Douglas, por sólo nombrar algunos.

Algunas de estas fotos las tomó mientras vivía en Estados Unidos, pero otras en Europa, Centro y Sudamérica, porque con su guitarra, Pato García recorrió el mundo.

“En Estados Unidos tenía mi auto, pero después volví a Europa y ahí nos movilizábamos mucho en aviones o en trenes, que son rápidos y son prácticos. Con el auto tenés mucho tiempo de viaje, en un tren estás de Tokio a Osaka, que son 500 kilómetros más o menos, en dos horas, ahora debe ser menos. Ese transporte fue muy práctico para nosotros cuando teníamos giras en Europa y Asia”.

El éxito del conjunto de Luis Alberto del Paraná crecía cada vez más y las giras eran constantes. Viajes, guitarra, público y canciones populares los acompañaban siempre. Fueron casi 40 años de trabajo ininterrumpido por los países más exóticos y también del primer mundo.

“Tocamos en Hong Kong, Filipinas, todo Medio Oriente, vivíamos en Europa en aquella época. Yo vivía en Londres con Luis Alberto del Paraná. Con él grabamos muchos discos, en Japón, en Berlín, en Londres se vendían muchos discos nuestros. Él era muy famoso y a través de él también nosotros que lo acompañábamos” .

“La música que tocábamos era folclórica pero internacional, porque la música nuestra de acá no es conocida. Vos allá para trabajar tenés que tocar música internacional: Guantanamera, Cucurrucucú paloma, Cuando calienta el sol, el tango Caminito, los temas de Gardel... no es que te dedicás solamente a un ritmo, por decir el chamamé o la zamba, no se puede vivir de eso. El grupo estaba conformado por dos argentinos y tres paraguayos, por eso hacíamos música paraguaya y mechábamos con alguna guarania, Recuerdos de Ypacaraí, por ejemplo”.

Pero es sabido que los músicos siempre tocan en más de un grupo, o a veces son invitados a acompañar a algún artista. Esa también era la realidad de Pato García.

“Yo también era comodín, porque grababa con muchos artistas, porque después de que falleció Luis Alberto del Paraná en el 74, yo seguí con el grupo dos años más nomás y después me independicé, por decirlo de alguna manera. Fui a grabar a Lugano (Suiza) mi primer disco como solista y ahí el productor me dijo: ‘Pato, ¿no querés grabar con Romina y Albano?’, que era un dúo de allá de Italia. Después grabé con Mina Mazzini, una de las mejores cantantes que he conocido en el mundo, con Laura Pausini, con Toto Cutugno y demás”, recordó.

Familia y ciudad natal 
La familia que formó también inició gracias a la música. Su esposa, la artista Amanda de Colombia, también recorrió el mundo llevando la salsa a varios países europeos. En uno de esos caminos coincidió con Pato, con quien tuvo tres hijos.

“En una gira, un empresario alemán nos quiso juntar al mismo grupo que tocábamos con Luis Alberto. Fuimos otra vez de gira por Alemania y ahí la volví a ver a Amanda, porque yo la conocí en el 71 en Hamburgo (Alemania) y después no nos vimos más por quince años”.

Luego de grabar siete discos long play y que fueran muy escuchados en Europa, especialmente en Italia, comenzó a reafirmarse la familia García.

“Fuimos con Amanda a vivir a Múnich (Alemania), ahí nacieron Miguelito y Luis Alberto. Después vinimos a vivir acá, pero yo seguía siempre con mucho trabajo. Yo me iba a los cruceros, hacíamos un recorrido por varias ciudades y volvíamos”.

Cuando el músico volvió a su antigua casa y se instaló definitivamente, volvió a recibir un vehículo como regalo, pero esta vez por parte de su hermana y, casualmente, también se trataba de un Fiat.

“Ella tenía un auto que no usaba, era un Fiat 600 chiquito y con ese anduve mucho acá por Posadas, no me iba de gira con ese porque era imposible, era muy chiquito para cargar los instrumentos. Cada uno de los muchachos tenía auto, así que sólo era para circular en Posadas. Más adelante me compré la camioneta que era ya para toda la familia”.

La nueva adquisición fue una Nissan que, según el músico, “después resultó muy grande porque los chicos se me fueron a Buenos Aires, así que me achique otra vez con esta camioneta que tengo ahora”.

“Este auto lo elegí porque como siempre viajo con los chicos de mi conjunto, con Rody y Beto que son mis compañeros de equipo. Viajamos a veces con este auto que es un poco más grande, aunque en realidad me resulta chico otra vez, me resultaba mejor la otra camioneta que había vendido”, ríe Pato, que en la actualidad posee una camioneta SsangYong Actyon, que lo ayuda a realizar sus giras musicales por la región, en compañía de Pinucho Fiorino, Beto Encina y Rody Sánchez.

“Cuando volví acá, lo único que extrañé es el trabajo, acá no hay trabajo para los artistas. Acá lastimosamente nosotros no la pasamos bien. Yo, como estuve muchos años con Luis Alberto, me llaman mucho de Paraguay, yo voy a Asunción o voy a Ciudad del Este o Pedro Juan Caballero. Me llaman para fiestas privadas, sobre todo, pero acá hay muy pocas cosas, acá sólo está el Festival del Litoral y es muy difícil para el músico vivir de la música”, se lamentó el artista, que además ve en Posadas talentos que no tienen espacio para mostrar los que saben hacer.

“Acá está el local que abrió Joselo Schuap y hay otros en el centro, pero es poco. Hay gente con mucho talento y no tienen dónde ir a trabajar”.

A pesar del panorama, el músico misionero Ángel “Pato” García no baja los brazos y sigue componiendo canciones.

“Voy a grabar algunos temas míos y otros temas de otros autores, pero tengo dos discos por grabar: uno con rumba flamenca y otro disco más acá de nuestra zona, con guaranias y galopas misioneras. Ahora estoy tratando de terminar de componer un par de temas, eso todavía está en el horno”, afirmó el artista.
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