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Pasión y muerte esculpidas en la arena

jueves 18 de abril de 2019 | 7:00hs.
Pasión y muerte esculpidas en la arena
El enconfrado en madera de la arena para compactarla es fundamental.
El enconfrado en madera de la arena para compactarla es fundamental.
Por Marcelo Rodríguez

Por Marcelo Rodríguez interior@elterritorio.com.ar

Con la llegada de la Semana Santa se reviven cada año vivencias y costumbres religiosas. El mundo cristiano conmemora los últimos días de Jesús: la entrada gloriosa en Jerusalén con sus discípulos para celebrar la Pascua judía, la última cena, la traición de sus discípulos y seguidores, el juicio y condena a muerte por parte de los poderes políticos y religiosos, como también su resurrección definitiva.
Son días intensos con celebraciones que van desde oficios religiosos, representaciones, momentos de adoración y oración pública hasta costumbres más profanas como las gastronómicas. Entre esas prácticas hay una muy antigua que se remonta a los primeros siglos del cristianismo, el Vía Crucis, o camino de la cruz.
Se trata de recordar los momentos que van desde que es detenido para ser juzgado hasta que es depositado muerto en el sepulcro. Como en la antigüedad eran pocas las personas que podían leer y escribir, lo iconográfico se transformó en el medio para catequizar y enseñar los pasajes de la historia sagrada. Actualmente el recorrido de la cruz consta de catorce estaciones o situaciones que se ven representadas en pinturas o estatuas que, en este caso, están hechas en arena.

Un paraíso en Paraguay
Carmen del Paraná, situada a 35 kilómetros de Encarnación, se halla emplazada en la costa del río. Es la zona arrocera del Paraguay y se la considera cuna de la independencia puesto que allí se libró, en el cruce del arroyo Tacuary, la batalla entre las fuerzas revolucionarias porteñas al mando de Belgrano y el ejército paraguayo. La actual playa de Tacuary hace referencia al hecho que sucedió en un lugar hoy bajo las aguas del embalse provocado por la represa Yacyretá.
El viento provoca un fuerte oleaje en las habituales calmas aguas. Amaneció fresco y abrigarse es preciso. En la playa hay unas lonas que recubren algo. Los primeros en llegar las sacan y debajo aparecen unos montículos de arena que a medida que uno se aproxima revelan detalles. Rostros, manos, pliegues de telas, una sección de cruz.
Otro montículo, al ser descubierto, muestra un rostro femenino que aun no está terminado. Los recién llegados conversan entre ellos. Un joven da algunas indicaciones y cada uno se dirige a continuar con su trabajo. Son artistas, escultores, provenientes de diferentes países. Su cometido es recrear las escenas del camino de la pasión en esculturas en arena. Usan herramientas metálicas como palas, espátulas, palas para esculpir la arena. El material fue compactado previamente en un encofrado de madera.
Ese paso es fundamental explicó Rubén Rebatta Salazar (32), director artístico de la muestra, porque eso posibilita que la obra dure varios años con el añadido de sustancias como, por ejemplo, cola vinílica. Él es peruano y con su arte estuvo presente en movidas similares en Colombia, El Salvador, México, Uruguay, Taiwán, Australia y Paraguay. Autodidacta, lleva trece años realizando esculturas, al principio solo en playas y desde hace unos cinco se desempeña como profesional en su disciplina.

Para agendar

Para las visitas.
Las esculturas de arena se podrán ver terminadas a partir de mañana a las 15, en la playa Tacuary, donde habrá además otras actividades.


Otro de los miembros del equipo de artistas proviene de Bolivia, es además antropólogo y lleva una larga carrera como escultor pero recién hace tres años se dedica a esculpir en arena. Se trata de Juan Manuel Espinoza Benza (43), de La Paz. Explicó que no se trata de una competencia sino más bien de un trabajo grupal. Realizan así de manera conjunta el encofrado, los bordes, los bocetos y otras partes del proceso. Lo que se busca es obtener una unidad en las obras que están destinadas al disfrute y también a la devoción de los habitantes de la zona para la Semana Santa.
Gissella García (32), uruguaya, de la zona de Maldonado y licenciada en artes plásticas. Es su primera experiencia en la región y se siente encantada por el lugar. Comparte el beneplácito general de que haga esta exhibición de carácter internacional. Resaltó la diferencia de la arena local con las que ella trabajó con anterioridad, pero hace la salvedad que la tratan igual, humectando con agua y tallándola como con la “normal” porque esta, en cambio, tiene una consistencia más arcillosa que arenosa.
En tanto, Fanny Vieira (33) viene de Lisboa. Además de tallar de arena, trabaja con otros materiales que incluye la nieve. Comenzó haciendo esculturas para el carnaval y en eso conoció a quien la invitó a participar en un evento de esculturas en arena y desde ahí se entusiasmó participando en festivales en Bulgaria, Francia, Portugal, Australia, Taiwán, y ahora Paraguay. Desde lo personal, refiriéndose a sus días en América del Sur, destacó la diferencia de cómo se vive el tiempo en ambos lados del mar. “Aquí es más lento pareciera que en Europa. Me gusta el tiempo de la naturaleza. Tengo que habituarme a este tiempo”, exclamó entre risas.
Frente a la imagen de un Cristo, cuyas manos están siendo atravesadas por los clavos, ella toma distancia. Observa. Luego se acerca y con un cincel hace retoques, se vuelve a alejar y con una espátula hace incisiones en la arena. Retira el excedente con un cepillo y continúa la tarea. Al ser abordada, la joven destacó la tranquilidad de la zona y la riqueza de la naturaleza. Ella es Elisa Sordelli (38), proveniente de Pisa, Toscana, Italia. “Somos de diferentes países, pero nos sentimos como una familia”, aseguró, por primera vez esta en América. “La gente es muy gentil y atenta”, dijo y confesó que “el tereré esta muy bueno, me gusta”. Si bien trascendió en algunos medios que había realizado una obra en el Vaticano, ella lo desmintió.
El crédito local es Oscar Garcete, de Ciudad del Este. Los organizadores lo contactaron para un primer proyecto de realizar las esculturas en arena y el hizo lo propio con los artistas internacionales que respondieron finalmente a la invitación. Quedó así conformado un equipo que ahora, bajo la dirección artística de Rubén Rebattas, es el que está trabajando.
Además de los entrevistados también se encuentran dándole formas figurativas a la arena local a Francisco, de El Salvador; Celeste, de Perú; Fernando Paz, de Colombia y Gisel Prata, de Brasil.
Se trata entonces de una manera de experimentar un acontecimiento religioso en un marco de naturaleza, donde lo sagrado no está circunscrito a un templo sino que se extiende y se desplaza acercándose más a la generalidad de las personas. El arte también deja los lugares propios colocándose en el espacio donde la gente transita en su cotidianidad.
Así entonces queda abierta la posibilidad de admirar un trabajo común de una decena de artistas internacionales convocados en un evento de jerarquía y además rezar la milenaria oración atesorada a través de los siglos. La historia ocurrida en la antigua Jerusalén, durante la pascua del año 33, quedó recreada en arena de la región. 
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