Pareja de agricultores en disputa con un policía por una chacra en San Pedro

domingo 02 de agosto de 2020 | 6:00hs.
La familia Romero quiere delimitar el terreno y hacer divisiones para compartir con sus ocho hijos.
La familia Romero quiere delimitar el terreno y hacer divisiones para compartir con sus ocho hijos.
Desde hace más de diez años, Aníbal Romero (59) reside junto a su esposa Carmen en el lote 64 de colonia San Lorenzo, a pocos metros de la ruta nacional 14, en San Pedro.

Cuando compraron la propiedad, en el lugar también vivían otras dos familias y un cabo de la Policía. Pero como el agricultor y su familia siempre se caracterizaron por ser de buen corazón, decidieron cederle dicho espacio del terreno al uniformado para que éste siga viviendo allí.

Sin embargo, según denuncia Romero en sede policial, ahora el policía pretende adueñarse de unos 2.000 metros cuadrados, los cuales ya mandó a cercar como si fuera el verdadero propietario de esas tierras.

La actitud del cabo generó enorme tristeza e impotencia a la familia de agricultores, quienes expresaron que fue un largo proceso para pagar las 8 hectáreas que conforman la propiedad y que para ello debieron pasar más de cinco años.

Para lograrlo, comentaron que fueron tarefeando y poniendo en secadero 18.000 kilogramos de yerba por año. Todo eso hasta 2017, cuando finalmente lograron comprar el terreno por el cual aseguran no deber ni un sólo impuesto y cuentan con toda la documentación que acredita la titularidad de las tierras.

Sin embargo, cuando la familia decidió comprar el espacio, por equivocación o viveza, se encontraron con que en uno de los límites de la chacra se había edificado una casa donde el uniformado, identificado como Francisco T., se encontraba viviendo junto a su familia.

En aquel momento, hace diez años atrás, Romero se acercó para charlar nuevamente con el cabo e informarle con los planos correspondientes en mano que él estaba ocupando tierras que eran de su propiedad. Sin embargo, luego de una serie de conversaciones, por tener consideración y de buena fe, decidió cederle 30 metros de largo.

A pesar de esto, días atrás, considerando que ya contaba con el título de propiedad a su nombre, el agricultor se acercó nuevamente con la intención de volver a marcar el espacio que le corresponde a cada uno y, para su decepción, no fue recibido como esperaba e incluso se enteró que el cabo le había iniciado una demanda judicial.

Cruce de denuncias
Al respecto, en diálogo con El Territorio, Romero sostuvo que “después de eso, Francisco me denunció alegando que ese pedazo era suyo; sin embargo tengo todos los documentos para probar que está equivocado. Como anteriormente habíamos entrado en un acuerdo de palabra para no sacarle de ese lugar quedó todo ahí en ese momento, pero ahora no le gustó que fuéramos a medir”.

Luego de la primera charla sin éxito y sin la posibilidad de resolver la situación en buenos términos, el uniformado se mostró ingrato para con la familia que desde un principio permitió que continúe en ese pedazo de tierra.

Fue así que colocó un alambrado en la propiedad ajena sin ninguna autorización y pese a la denuncia que realizó Romero el pasado 5 de julio.

Según pudo constatar este medio, el hombre extendió un alambrado desde el inicio de la franja del terreno que ocupa hasta donde se encuentra el mojón que indica el límite de las propiedades, marcando a las claras que luchará por quedarse con ese espacio.

Por otro lado, para que no existan cuestionamientos y tener toda la certeza de que las parcelas son suyas, la familia de Romero intentó ingresar al lugar con un agrimensor para volver a medir, pero se toparon con la negativa del uniformado.

Según manifestó el entrevistado, lo que más indigna es que el cabo cuenta con una chacra lindante de unas 11 hectáreas, por lo que, lugar donde vivir no le falta.

La familia Romero asegura que toda esta cuestión y lucha por la propiedad les produjo un perjuicio psicológico además del material.

Romero, junto a su esposa Carmen Isabel Kozaczek, son padres de ocho hijos, los cuales ya se han independizado. Algunos viven en alquileres, por lo que pretenden dividir el mencionado lote a fin de destinar un espacio para cada uno.

Toda su vida se dedicaron a la actividad agropecuaria y son conocidos como muy buenos vecinos y solidarias.

Mala convivencia
La intrusión en su chacra no es lo único que padecen y todos estos años trataron de mediar la situación y convivir de forma armoniosa. Sin embargo, según la pareja, al policía no le importó el esfuerzo y mantuvo perros sueltos que atacaban a los animales de la familia, causando cuantiosas pérdidas.

“Nos duele en el alma esta situación, así como pensamos dividir esto con nuestros hijos, también le habíamos cedido ese pedazo como a uno más de los nuestros y tener que ir a la comisaría para denunciar y no estar tranquilos en nuestra propiedad nos duele mucho. Años aguantamos los perros sueltos que matan a nuestras aves. Con lluvia, mojados, íbamos a pedirle que atáse a sus perros, pero no podemos ahora quedarnos quietos cuando comenzó a alambrar nuestra propiedad”, señaló Romero, impotente y con lágrimas en los ojos.

El agricultor también radicó la denuncia en la comisaría Segunda de Terciados Paraíso y espera que las autoridades tomen cartas en el asunto y ordenen a quien consideran como usurpador de tierra a que se retire del lugar.