Pandemia y geopolítica

sábado 01 de agosto de 2020 | 5:00hs.
Esta pandemia nos está demostrando nuevas estrategias en la dominación del hombre por el hombre y de los pueblos por los pueblos. El mundo va cambiar en los próximos años, probablemente los principios humanistas greco-latinos pasarán a segundo plano. Estamos en los albores en una nueva era, con nuevos combates ideológicos multipolares y modelos sociales globalizados.

La civilización occidental y cristiana está perdiendo por todas partes, y eso debido a las fallas de nuestro modelo que tiene en cuenta sólo la economía de mercado y poco a los hombres. La prioridad es la macroeconomía y poco la microeconomía. El modelo de la meritocracia krausiana fue reemplazado por el modelo caritativo donde el  “dar de comer y no enseñar a pescar” es la norma. El sálvese quien pueda y no salvémonos juntos es la resultante del egoísmo materialista. Existe una predestinación, de una mayoría, a seguir siendo pobres y no de evolución social por meritos propios. El esfuerzo ya no es moneda corriente en nuestra sociedad.

Estamos claudicando, por falta de coraje político o por omisión en la defensa de nuestros valores de libertad, de igualdad, de fraternidad y de solidaridad. Cada día perdemos fragmentos de libertad y ganamos en control de nuestras actividades intelectuales y de movimientos. El conformismo lleva hacia abajo toda la energía necesaria al progreso.

No hemos aprendido de la historia, los líderes de nuestra civilización siguen buscando someter, a sus aliados, por todos los medios. Imponen a los pueblos débiles dirigentes para  mantenerlos en la ignorancia, en la sumisión a las clases dominantes. Para hacerlo utilizan subterfugios, influenciando las democracias, sea por la coacción de vasallos, sea por sometimiento económico otorgando créditos para el consumo interminables, sea imponiendo doctrinas económicas en detrimento de las economías regionales y autónomas, etc… “Todos por Roma y Roma por su pueblo”. Para avanzar juntos en una economía justa y sustentable, los países líderes deberían ayudar, al progreso de los pueblos más pobres y de las poblaciones más vulnerables. La verdadera integración continental o económica se realiza con el desarrollo material y espiritual constante de los pueblos, en beneficio de todos y no avasallando las riquezas de los mas débiles para el progreso de unos pocos.

Este mismo modelo de exclusión social nos ha llevado en el siglo pasado a dos guerras mundiales. Parecería que en occidente, nos hemos acostumbramos a avanzar luego de crisis sociales y políticas violentas. No obstante, todo no es negativo, las crisis son una forma de tomar consciencia del lugar del hombre en su microcosmos y en el universo. La violencia siempre marca el fin y el comienzo de otro ciclo. Occidente siempre volvió a empezar, se reinvento cada vez más humanista. Luego del fin de esta pandemia, nos quedara aun la esperanza de un mañana mejor.

En oriente, China aprendió de nuestra experiencia y creció apoyándose en nuestros defectos. Con su modelo maoísta-capitalista, hoy se posiciona como la primera potencia económica mundial. Su industria de producción a bajo costo, se desarrolló como consecuencia de la avidez de plusvalía, cada vez mayor, y de la ceguera geoestratégica de los países industrializados, en detrimento de sus propias pymes.

El modelo económico y social pragmático del confucianismo y su desviación maoísta que cercenan las libertades individuales, tiene todas las chances de imponerse como modelo globalizado. Con ella viene un sistema de control total de la sociedad por una elite mesiánica que se autorreproduce. Este modelo quedó en evidencia con la actual pandemia. El control cibernético del movimiento y de la forma de vida de la población china es un hecho. Así, China logró controlar la expansión del Covid-19, la tentación de imitarlos es grande entre los aprendices dictadores.

En occidente, so pretexto del seguimiento de portadores del virus Covid-19, algunos gobiernos  «democráticos» han intentado implementar el modelo de seguimiento chino con software ad hoc y cámaras diseminadas por las ciudades, vías de comunicaciones y transportes. Oficialmente, en la mayoría de los países democráticos, adherir al seguimiento personalizado no es obligatorio. No obstante, por medio de los teléfonos portables conectados, todo es posible en cualquier parte del mundo. El control por los gobiernos democráticos de las nuevas tecnologías, parecería ser solo un señuelo de la legalidad. Hoy, las multinacionales que analizan de las redes sociales saben más de los pueblos que sus propios gobernantes.

El confinamiento obligatorio deja como corolario la importancia de los gigantes de la web Gafam. Estas empresas internacionales toman cada día más importancia. En Sudamérica, una empresa argentina sobresale del caos provocado por crisis, hoy Mercado libre está liderando esta nueva forma de comercio a nivel regional. Como era de esperar, el éxito de esta empresa nacional atiza el resentimiento de aquellos que se quedaron en el pasado.

Consciente de esta situación inédita en la historia de la humanidad, algunos  líderes europeos y americanos de un lado y chinos del otro, comienzan a reaccionar los unos  contra los avances de China en informática y comunicaciones digitales, los otros contra los gigantes de la web y e-comercio.

Una nueva guerra fría entre las civilizaciones de occidente y oriente  se avizorara. Ella nos llevara a una redistribución de fuerzas y hacia un nuevo equilibrio económico. Si nuestra civilización logra contener a los chinos, se dará una nueva configuración de poder mundial, multipolar:

- América para los americanos, pero para lograrlo debemos integrar un modelo social más equilibrado, imitando al humanismo del siglo de las luces. De no darse este camino de equidad continental, muchos países caerán en manos del Imperio chino.

-Europa unida con Rusia adentro será otro eje. El poder industrial de Europa occidental, la energía, el desarrollo espacial y de defensa rusa podría actuar como escudo en defensa de la libertad individual. Queda una duda sobre la actitud de Gran Bretaña y su imperio: ¿se unirán a los americanos o a los europeos?

- Los chinos en el oriente, dominando el Indico y el Pacífico, probablemente aliados a medio oriente con su civilización islámica. Si China controla el Pacifico, podrá controlar a lo menos económicamente a  Oceanía. Ellos someterán a sus pueblos en pos de  la doctrina del equilibro de los desiguales.

-África desunida será el continente de la discordia. Los tres ejes tratarán de imponerse en ese continente para expoliar sus riquezas.

Por el momento, el Imperio chino tiene la ventaja de la dinámica y del pragmatismo en su favor.

De este nuevo equilibrio nacerá una nueva esperanza para nuestra Argentina. Hagamos votos para que tarde o temprano se dé la unión de toda América, con bases humanistas y no de explotación de los pueblos y países más débiles. Una consciencia continental americana equitativa debe surgir para que podamos convivir en paz como hermanos. Caso contrario, caeremos, uno detrás del otro, en manos del Imperio más fuerte.

Podemos avizorar en un futuro lejano, a partir de este nuevo equilibrio, llegar a un consenso mundial más allá de los  ejes de poder. Los pueblos podrían dar un  paso hacia la integración de la humanidad en el cosmos. Llegar a este objetivo no será fácil, pero cuando llegue ese momento de la historia universal, la humanidad podrá ser percibida como hijo de un mismo principio creador, viviendo en un ecosistema respetado. Sólo entonces se podrán abrir, de par en par, las puertas de la integración global del hombre en el universo, con un nivel de consciencia y político universal.

Por Mario Rubén Sanguina Caballero

Médico misionero radicado en Francia