Oberá: Denunciaron presunto encubrimiento policial tras un grave siniestro vial

“El auto no sirve más, pero yo nací de vuelta. Si no hubiera tenido puesto el cinturón de seguridad no contaba la historia, porque el impacto fue muy fuerte. Agarró justo de mi lado, el auto giró completo y terminó sobre la plazoleta. Para colmo, el que me chocó es policía y se escapó del lugar”, relató Aldo Padilla (63).
En diálogo con El Territorio, hizo referencia al siniestro vial que padeció el pasado 2 de diciembre, a la 0.15, en la intersección de la avenida Sarmiento con Estrada, de Oberá.
A esa hora, como lo hacía habitualmente, se dirigía a buscar a uno de sus hijos del trabajo cuando lo impactó un Chevrolet Astra, color gris, conducido por Jorge V., cabo de la Policía de Misiones con prestación de servicio en el Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II. 
Si bien el policía abandonó la escena, horas después se presentó en el domicilio de Padilla y allí aseguró que se haría cargo de todos los gastos que demanden su recuperación y la reparación de su vehículo.
Pero más allá del compromiso de palabra, el cabo no volvió a contactarse con la víctima, por lo que el 5 de diciembre radicó una denuncia ante la Fiscalía de Instrucción Dos por daños, lesiones y abandono de persona.
Asimismo, Padilla y su familia expresaron serios cuestionamientos al accionar de las autoridades policiales, tanto en lo inmediato después del choque, como en las sucesivas actuaciones posteriores.
“La Policía le pidió a mi hijo que saque el auto de la plazoleta y que lo traiga a mi casa, cuando deberían haberlo llevado a la comisaría para las pericias. Está claro que fue un encubrimiento para proteger al policía que me chocó”, manifestó indignado.

Investigación propia
A once días del siniestro vial, las secuelas están a la vista en el cuerpo de Padilla, quien sufrió un corte en la cabeza que requirió de 20 puntos de sutura, además de varios golpes.
Sobre el choque, comentó que “iba por calle Estrada y, al llegar a Sarmiento, vi las luces del otro coche a media cuadra; avancé por la avenida y ahí me pegó en el medio. Se nota que iba a altísima velocidad, porque no tuve tiempo de nada”.
A consecuencia del impacto, el Astra del policía también sufrió serios daños materiales, aunque el conductor logró darse a la fuga, presumiblemente para evitar el test de alcoholemia.
Todavía en shock y bañado en sangre, la víctima escuchó la voz de una mujer que preguntó cómo estaba y que se quede tranquilo porque la ambulancia estaba en camino.
“Perdía mucha sangre y pude salir por el lado del acompañante. Por suerte la ambulancia llegó rápido y la atención en el hospital Samic fue muy buena”, destacó.
Hasta ese momento y en las horas posteriores, no hubo mayores datos que permitan dar con el automóvil que se dio a la fuga, salvo que era un Astra gris.
Luego, en medio de la incertidumbre por el estado de salud de su padre, los hijos de Padilla comenzaron a indagar y dieron con el sospechoso, quien resultó ser policía. Además, dieron con las grabaciones que certifican su versión de los hechos (ver Todo grabado)
Fue así que el sujeto se habría enterado de las sospechas en su contra y el domingo a la mañana se presentó en el domicilio de la víctima.
“Vino a mi casa, pidió disculpas y prometió que se iba hacer cargo de todos los gastos. Como uno es gente de trabajo y quiere solucionar las cosas, acepté las disculpas. Pero después pasaron los días sin novedades y decidí hacer la denuncia”, explicó. 

Enorme perjuicio
Según fuentes de la propia Policía, hasta el momento del hecho, el citado cabo se desempeñaba como chofer del Comando Radioeléctrico y tendría antecedentes por conducir en estado de ebriedad.
Fue así que, notificados del choque y las características de los vehículos involucrados, en la base de la dependencia sospecharon que su compañero podría estar implicado y enviaron una patrulla hasta su domicilio, donde lo encontraron durmiendo en el piso y con una herida en un brazo.
En ese contexto, trascendió que la cúpula de la Unidad Regional II habría ordenado el traslado del cabo a otro destino.
De todas formas, para Padilla el proceder de las autoridades policiales en cuanto a la investigación del siniestro fue tan reprochable como la actitud del cabo que abandonó la escena.
“Recién el martes me llamó el comisario Chismiski, de la Seccional Primera, para decirme que se había enterado del accidente y que si quería hacer la denuncia, siendo que ellos tendrían que haber actuado antes. Tendrían que haber buscado al que me chocó, hacerle el test de alcoholemia y las pericias, pero no hicieron nada”, remarcó.
Molesto por el proceder de la fuerza, opinó que “la Policía se preocupó cuando se enteraron de que empezamos a mover el tema. Capaz pensaron que era sólo un viejo, que nadie iba a reclamar, pero detrás de mí hay una familia y amigos que se preocupan”.
Además de las lesiones que padeció, lo que demandará al menos un mes de curación, también lamentó el perjuicio económico que le ocasionó el incidente.
“Mi auto no sirve más y era mi herramienta de trabajo. Soy contratista de obra, ahora no puedo trabajar y cuatro familias viven de mi empresita. Para colmo, uno no puede confiar en la autoridad”, agregó.