Destacó que la ciencia puede avanzar aún en contextos difíciles
Rabinovich recibió el título de Doctor Honoris Causa entregado por la Unam
Ayer por la noche, el reconocido científico Gabriel Rabinovich recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Misiones (Unam). El acto se realizó pasadas las 19 en el salón Eva Perón del Parque del Conocimiento en Posadas. El investigador tiene una trayectoria de 30 años marcada por el descubrimiento de la proteína Galectina-1, que será clave en tratamientos para el cáncer y enfermedades autoinmunes.
A sus 55 años, es considerado uno de los científicos más importantes de Argentina y un potencial candidato al Premio Nobel. Durante una conferencia realizada horas antes de la ceremonia en el Hotel Bagu, Rabinovich relató cómo descubrió la proteína Galectina-1 hace tres décadas, mientras cursaba su doctorado en la Universidad Nacional de Córdoba.
“El descubrimiento surgió casi por casualidad en mis últimos años de estudio, sin imaginar que esa proteína sería crucial para la ciencia. Esta proteína actúa en nuestro organismo regulando el sistema inmunológico para evitar respuestas excesivas que podrían derivar en enfermedades autoinmunes como la artritis o la esclerosis múltiple”, explicó.
El inicio
Asimismo, comentó que su trayectoria comenzó a principios de los 90 con la identificación de esta proteína, que inicialmente parecía no ser tan importante. Sin embargo, la investigación demostró que los tumores malignos, especialmente los más agresivos, producen grandes cantidades de Galectina-1, lo que les permite evadir el sistema inmune y sobrevivir.
“Descubrimos que los tumores usan esta proteína para evitar que los linfocitos los eliminen, y además, fomenta la formación de vasos sanguíneos que alimentan al tumor”.
A su vez, el científico detalló que, tras años de investigación básica, lograron diseñar un fármaco que bloquea la acción de Galectina-1, lo que podría ser revolucionario en el tratamiento del cáncer. “Ahora estamos en condiciones de llevar este descubrimiento a la práctica clínica. En un año y medio comenzaremos los primeros ensayos en pacientes”, destacó.
Además, mencionó que el mismo principio se aplica en sentido inverso para las enfermedades autoinmunes. “Cuando Galectina-1 es beneficiosa, la estimulamos. Lo llamamos el caso del doctor Jekyll y señor Hyde, porque puede ser tanto la villana como la heroína. Todo el trabajo fue realizado en universidades públicas y con el respaldo de fundaciones sin fines de lucro, como la Fundación Sales”, subrayó.
También mencionó el apoyo que recibió de la comunidad científica internacional, con quienes colaboró para validar sus hallazgos en diversos tipos de cáncer.
Ciencia en Argentina
De igual forma, valoró el esfuerzo que implica hacer ciencia en Argentina en un contexto económico y político difícil. “Es un desafío constante demostrar la utilidad de la ciencia pública en momentos en los que su valor es cuestionado”. Pese a ello, Rabinovich elige seguir trabajando en el país y apuesta por continuar impulsando el desarrollo de nuevas terapias desde Argentina.
“Hacer ciencia en Argentina no es fácil. Todos sabemos las dificultades que enfrenta el sistema científico en nuestro país, especialmente en los últimos años, con la falta de financiamiento y el deterioro de las condiciones laborales. Sin embargo, seguimos adelante porque creemos en el valor de la ciencia pública y en su capacidad para mejorar la calidad de vida de las personas”, expresó.
A pesar de las barreras, afirmó que logró mantener a sus laboratorios en marcha, y participó en la formación de muchos jóvenes científicos que están comprometidos con la investigación y con el país. Según relató, su mayor orgullo es que todos los descubrimientos fueron realizados en universidades públicas.
En la misma línea, habló sobre la creación de Galtec, una empresa de base tecnológica que fundó junto a su equipo en 2023. Su misión es traducir los descubrimientos científicos en soluciones terapéuticas accesibles para pacientes con cáncer y enfermedades autoinmunes. “Estamos orgullosos de haber cerrado este círculo, donde la ciencia pública, las fundaciones sin fines de lucro y la inversión privada se unen para transformar los descubrimientos en beneficios concretos para la sociedad”.
“Es un sueño hecho realidad, porque logramos cerrar el círculo: desde el descubrimiento en el laboratorio hasta la posibilidad de que esos descubrimientos lleguen a los pacientes. Y eso lo hicimos desde Argentina, con recursos argentinos y con el esfuerzo de muchas personas comprometidas con la ciencia y la salud”.
Y cerró: “Estamos muy orgullosos de haber llegado hasta acá, pero sabemos que aún queda mucho por hacer. Este reconocimiento que me otorga la Universidad Nacional de Misiones es, sin duda, un gran incentivo para seguir adelante y para seguir demostrando que la ciencia argentina puede hacer grandes cosas, incluso en los contextos más difíciles”.