Prisión perpetua para el Negro Rojas y 8 años para Pablo Campos
El narcotraficante misionero Néstor Fabián “Negro” Rojas fue condenado por el Tribunal Federal de Posadas a la máxima pena, es decir prisión perpetua, tras ser considerado responsable de los delitos de homicidio agravado, en perjuicio del mecánico y su socio Aldo “Polaco” Canteros (31), perpetrado en agosto de 2018 y por ser organizador y financista del Primer Comando de Frontera (PCF), organización narcocriminal desmantelada en 2020.
Por otra parte, Pablo Campos -quien también fue imputado en la causa del PCF-, fue condenado a 8 años de prisión, tras ser encontrado culpable del cargo de coautor de tráfico ilícito de estupefacientes, agravado por la participación de más de tres personas.
La sentencia, dictada por el Tribunal Federal de Posadas, se dio a conocer en horas de la tarde de hoy.El veredicto, decidido por los jueces Victor Alonso -presidente-, Enrique Bosch y Fermín Amado Ceroleni, fue de público conocimiento pasadas las 16 de hoy.
Previamente, se dio lugar a los alegatos de la parte acusatoria, a cargo de la fiscal federal Vivian Andrea Barbosa y del fiscal Martín Uriona, de Procunar -de forma remota- y de las defensas de Marco Aurelio Racagni -defensor de Rojas- y Mariano Romero, defensor público de Campos, quien es el otro imputado en la causa.
Por su parte, la parte acusatoria solicitó la pena de prisión perpetua para el misionero Néstor Fabián "Negro" Rojas, por las imputaciones de homicidio agravado y organizador y financista de actividades de tráfico de estupefacientes, agravado por actuar con violencia y por la participación de más de tres o más personas.
Mientras que el defensor Racagni pidió la nulidad del debate, y en caso de que este pedido no sea aceptado, la absolución por todos los cargos que Rojas tiene en su contra.
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Por otra parte, para Pablo Campos, también imputado en la causa, la letrada pidió 9 años y 6 meses de prisión por ser considerado “coautor de tráfico ilícito de estupefacientes, agravado por la participación de más de tres personas y por actuar con violencia”. Mientras que el defensor oficial Romero solicitó la absolución o de forma subsidiaria que no se le aplique los agravantes, fundamentalmente el de acción con violencia. En este último pedido también expresó al tribunal que de ser condenado se le aplique el mínimo por participación secundaria.
La audiencia que comenzó cerca de las 8:30, tuvo en primer lugar el alegato complementario del abogado Ursina, luego de que en la jornada anterior la fiscal Barbosa cerrara su argumentación y el debate entrara en un cuarto intermedio.
Justamente, fue la fiscal quien remarcó con detalles el delito cometido por Rojas en el marco del homicidio de Canteros, perpetrado en agosto de 2018 y la relación que tenía este crimen con el delito de narcotráfico.
En primer lugar, Barbosa demostró el rol que tenía el imputado en la organización y cómo funcionaba esta asociación narcocriminal. En ese marco, explicó que Rojas monitoreaba desde San Javier y que nunca salía de Misiones. Mientras que era Canteros junto a su pareja quienes avisaban si había control de las fuerzas de seguridad, y que un integrante identificado como Berna era el que transportaba la droga.
También, en su argumentación, la letrada indicó que está comprobado que Rojas se comunicaba desde distintos usuarios, utilizando distintas líneas de teléfono celular, y que esto quedó confirmado porque el narcotraficante dejó dos celulares en la casa de Canteros luego de matarlo y huir.
Con todas las pruebas presentadas en las jornadas de debate que se prolongó por cuatro meses, Barbosa aseguró que “se ha acreditado la totalidad de los cargos en contra de Rojas”, profundizando en que fue él quien lideró la organización, que operó desde Misiones y que se lo víncula con los 1779 kilogramos de marihuana enterrada en la casa de Canteros. Carga que fue oculta en el lugar, luego de que Rojas discutiera con el proveedor por la calidad de la droga y en reclamo de la devolución del dinero.
En ese contexto, también remarcó que con el testimonio de Oscar Machado -suegro de la víctima- quedó acreditado que Rojas se encontraba en el lugar en el momento del crimen y que luego de una discusión le propinó cuatro disparos a su socio Canteros, siendo el de la frente el que terminó con la vida del dueño de casa.
Continuando con su alegato, la fiscal federal expresó que Rojas cometió un homicidio agravado para asegurar su impunidad y continuar comercializando marihuana y cocaína, apuntando que la muerte de Canteros es un medio para lograr ese cometido y que no dudó en matar a su compadre, además de que a Rojas “le convenía que Canteros muera, porque se sintió traicionado, porque eran socios”.
En ese marco, Ursina se refirió a los cinco delitos que se le atribuyen a Rojas que organizó desde la cárcel, manifestando que se trata de una “maniobra organizada” y que hubo un intento de facción de la organización de Brasil PCC, ya que Rojas se comunicaba con gente de Brasil y Paraguay.
Respecto a Campos, expresó que está comprobado que “colaboró en la comunicación y contrató a dos personas para que sean las encargadas de encontrar un destinatario para trasladar la droga”, agregando que “en un mes y medio organizó el traslado de 11 toneladas de marihuana y cocaína”.
En otro tramo de su alegato, Ursina comenzó a desglosar el comienzo de la organización Primer Comando Frontera (PCF), mencionando que fueron dos hermanos brasileros quienes se contactaron para crear la organización, ya que estos le facilitarían los vínculos con gente de Brasil y Paraguay.
Continuando con su alegato, remarcó que otra de las aristas es que la droga estaba identificada con el logo del PCF, el cual en distintas llamadas Rojas manifestó que le pertenecía. Además de que este logo estaba pintado en el galpón donde se encontraba mil kilos de marihuana secuestradas en Paraguay.
“Graben bien las siglas PCF, porque va a quedar marcado por el resto de sus cortas vidas”, se escucha que Rojas dice en uno de los audios que enviaba a distintos contactos. A su vez, el fiscal remarcó que quedó explícitamente comprobado que Rojas era el líder de la organización y que contaba con personas de Argentina, Brasil y Paraguay que facilitaban el narcotráfico de estupefacientes.