Obispos del NEA describen la cruda realidad social del país y plantean los desafíos a revertir

Afirman que la indigencia y la miseria, representan una grave afrenta. Cargan sobre los caudillismos y piden asegurar la división de poderes. Destacan la importancia de los medios de comunicación para democratizar la información. Y cargan contra la corrupción y el narcotráfico.
miércoles 06 de marzo de 2024 | 15:54hs.
Obispos del NEA describen la cruda realidad social del país y plantean los desafíos a revertir
Obispos del NEA describen la cruda realidad social del país y plantean los desafíos a revertir

Obispos del Nordeste argentino (NEA) emitieron una amplia y crítica mirada sobre la realidad social, político, cultural y religioso.

Como había adelantado El Territorio el documento se conoció en esta jornada y lleva las firmas de los diez obispos de las cuatro provincias del NEA, Misiones, Chaco, Formosa y Corrientes.  “Como obispos del NEA, nos ha parecido oportuno recordar algunas verdades, valores y actitudes que sostienen la delicada arquitectura de nuestra democracia; también algunos aprendizajes que hemos hecho en estos años”, plantearon en un amplio documento de 26 puntos con el título “Construyamos juntos la fraternidad; reflexiones Pastorales de los Obispos del NEA al pueblo de la Región Memoria histórica”.

El Obispo de Oberá, Damián Bitar dijo a este matutino “como lo hacemos todos los años, en la primera parte del año, los 10 obispos del NEA -en el caso de Misiones somos tres- hemos reflexionado sobre la realidad de la región y del país, sobre todo en torno a los 40 años de vida democrática”.

Justamente comienzan reflexionando sobre lo que representaron estas cuatro décadas de democracia.

Los firmantes del documento son: Ramón Dus (arzobispo de Resistencia), Andrés Stanovnik (arzobispo de Corrientes), José Vicente Conejero (obispo de Formosa), Hugo Barbaro (obispo de Presidencia Roque Sáenz Peña). También Juan Martínez (obispo de Posadas), Damián Bitar (obispo de Oberá), Adolfo Canecín (obispo de Goya), Ricardo Faifer (obispo emérito de Goya), Ángel José Macín, (obispo de Reconquista), Nicolás Baisi, (obispo de Puerto Iguazú), José Adolfo Larregain (obispo auxiliar de Corrientes), Gustavo Montini (obispo de Santo Tomé).

Avances y retrocesos

“Compartimos el sentir de los obispos de todo el país cuando afirman que a cuarenta años de la recuperación de la democracia vemos con dolor cuánto desaprovechamos las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz. Sin embargo, en estos años, con avances y retrocesos y superando graves dificultades, se ha logrado sostener la institucionalidad republicana”, plantearon.

Al hacer mencionar al “nunca más” a la violencia fratricida, plantean que “hoy debemos ampliar ese “nunca más” a toda vida humana que está bajo amenaza de ser violentada”. Allí defienden el derecho fundamental a la vida, que “debería constituirse en motor de una nueva etapa en nuestras provincias, en nuestra región y en la Argentina”.

Entienden que “en otros ámbitos hemos retrocedido vergonzosamente. Frente al aprecio natural a la vida en nuestra gente, nos encontramos lamentablemente con la legalización del aborto, dando rango legal al homicidio, que es el más flagrante atentado contra la vida humana inocente”.

Indigencia y miseria

En uno de los puntos, hacen referencia que se afrenta en la actualidad a la dignidad de muchos con la indigencia y la miseria, “efecto de políticas prebendarias y clientelistas, patentes y graves en algunas de nuestras provincias”, cuestionaron.

Narcotráfico y adicción

Advierten que “tanto en las zonas fronterizas como en nuestras ciudades, pueblos y colonias, ha crecido de un modo alarmante una violencia incontrolable. En buena medida, todo esto es fruto del narcotráfico consentido y la adicción a las drogas de miles de jóvenes que deambulan sin rumbo en sus vidas, con la complicidad de instituciones que debieran protegerlos, respetando siempre el estado de derecho. El trabajo esclavo o la falta de trabajo digno y estable, es un cáncer que carcome la vida de las familias, y va mellando valores como la honradez, el sacrificio, la laboriosidad y el aporte solidario al bien común”.

También apelan al cuidado de la Casa Común. “Primero con Laudato Si y recientemente con Laudate Deum, el Papa Francisco es muy drástico en denunciar el maltrato de la tierra y de todo lo creado”.

Contra el caudillismo

Al hacer mención a la importancia de la cultura democrática genuina que acepta y defiende la legítima pluralidad de opciones políticas y citar que los cristianos llaman fraternidad, reconocen que se avanzó en la aceptación de la pluralidad, pero que aún es mucho lo que se debe caminar. “Esto lo observamos en nuestra realidad local. En algunas de nuestras provincias el caudillismo es fuerte, tanto que a veces, puede sofocar cualquier intento de construir un futuro en libertad y fraternidad”.

Por eso también apelan a “la clara división de poderes y su adecuada interacción, es un principio reconocido por la Doctrina Social de la Iglesia”.

Sobre dicho ámbito sostienen que “es bueno que nos preguntemos cuál es el estado de salud de la división de poderes en nuestros gobiernos locales, provinciales y, por extensión, a toda la Argentina. Garantía de una democracia saludable es el compromiso ético de quienes son electos para cargos legislativos y ejecutivos y, sobre todo, la independencia y eficacia del Poder Judicial, como también la honestidad de quienes lo componen”.

Sobre la gestión

Si bien en el documento no cita a ningún gobernante en especial, queda en evidencia que hablan de este y los anteriores gobiernos nacionales. “Un pueblo es libre cuando se dan las condiciones necesarias para que todos puedan vivir dignamente, comenzando por los más vulnerables. Es este uno de los aspectos fundamentales de la justicia social”.

Allí los principales representantes de la iglesia católica del NEA sostienen que “los sistemas estatistas y populistas tienden a sofocar la libertad de las personas, generando dependencias nocivas, aumentando progresivamente los controles del Estado y poniendo la economía al borde del colapso”.

En cuanto a la solución de este drama, según el documento, “no pasa por la apertura indiscriminada y anárquica de los mercados, donde siempre termina perdiendo quien menos posibilidades tiene. Ni el paternalismo exagerado ni la ausencia de una regulación fundamental aseguran una auténtica libertad”. En ese marco rescatan “la libertad de expresión. De ahí la importancia de los medios de comunicación para la construcción de la cultura del encuentro” y lanzan el desafío de “regulación del uso de las redes, siguiendo el respeto por el otro y el cuidado de su intimidad. Interculturalidad e inculturación del Evangelio”.

Los desafíos

Casi al final del documento, los obispos plantean que “un ejercicio más fecundo de la democracia” puede darse con “una mayor libertad de expresión y participación, en una sana alternancia en el ejercicio del poder, en una lucha más efectiva contra la corrupción y el narcotráfico, en políticas de promoción más vigorosas, que ayuden a salir de la miseria y la indigencia a grandes masas de pobres, que subsisten en regiones despobladas o en los cordones urbanos de nuestras ciudades”.

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