La Negra Ramírez se disfraza de Mamá Noel y recorre barrios de Oberá y Eldorado

Con el arribo de Navidad de la mano de los calores misioneros, Teodomira "la Negra" Ramírez desde hace más de un cuarto de siglo revoluciona a los chicos del barrio El Fundador de Eldorado y Yerbal Viejo de Oberá.

El barullo que produce la gurisada da cuenta que está llegando.. El bullicio se escucha por horas. Sin importar la lluvia o el viento. El norte lo marcan los sueños infantiles. Es que la vecina emprende múltiples tareas que son contagiosamente realizables. Y entonces el Papá Noel se transforma en duende festivo e inocentes griterío y carcajadas rebotan en los barrios más humildes como en viviendas coquetas.

De pronto, la comparsa ataviada de rojo recorre las calles repartiendo abrazos y besos a los cuatro vientos en una aventura que aplauden chicos y grandes. A veces en auto y otras a pie. Eso sí: nadie puede permanecer indiferente.

Travesuras con pequeños y también con Dios, porque la Agrupación ganó adeptos. Varios padres y madres se sumaron esta vez: Eliseo, Jorjito, Amalia, Rodrigo, Alan, Roberto, Ana reparten golosinas, bollos, chocolates, juguetes reciclados...

Así es en Navidad. También en Pascuas y en el Día del Niño. "No hay una Escuela de Papá Noel", revela la Negra quien contó que gracias a esta actividad tiene "muchos hijos del corazón".

Para muchos el mejor recuerdo es la foto lograda en el beso con el barbudo. Pero para vivir Nochebuena vibrar no requiere de mucha fortuna. Saber superar la indiferencia y abrazarse con los niños, que casi lo es con Dios directamente.

Ciertamente hay encrucijadas difíciles. El chico que pasó de grado y esperaba una bicicleta, para las niñas una muñeca que habla. Aunque determinados regalos que por los precios resulten inalcanzables, estos breves recreos mágicos de Nochebuena nada ni nadie los compra, según La Negra.