Marcha de los días: Temporada de sacudones y pochoclos

Una semana pasó de las elecciones y el mapa político se reseteó. Juntos por el Cambio se rompió, producto del acuerdo de Mauricio Macri y Javier Milei. Mientras, Sergio Massa comenzó a trabajar con gobernadores e intendentes para sostener el caudal de votos y crecer para intentar ganar. En Misiones, la elección volvió a poner a la Renovación como el espacio con mayor representación en el Congreso, y la ruptura nacional de JxC desconcertó la representación local.
domingo 29 de octubre de 2023 | 3:30hs.
Marcha de los días: Temporada de sacudones y pochoclos
Marcha de los días: Temporada de sacudones y pochoclos

La primera semana después de unas elecciones generales que sorprendieron a propios y extraños tuvo un nivel de intensidad que hasta acá no habíamos visto. En unas pocas horas un terremoto sacudió a Juntos por el Cambio, y le puso fin a una coalición que comenzó en 2015, y que desde hace meses se veía que tenía fecha de vencimiento. El día que quedaran fuera del combate electoral, ese día se rompería. O al menos dejaría de ser lo que era. Y así fue. No fue magia, fue la mano de Mauricio Macri, que deseoso de recuperar el poder que supo tener y perdió por su mala gestión de gobierno, tejió una alianza silenciosa con Javier Milei que se terminó de concretar horas después de finalizado los comicios que pusieron al Libertario y a Sergio Massa en el balotaje. Una segunda vuelta que por estas horas tiene final abierto, y que depende de muchos factores.

Macri accionó, arrastró a Patricia Bullrich y a Luis Petri a un acuerdo que el diseño. Resquebrajó así al PRO, a la Unión Cívica Radical (UCR) y a todo Juntos por el Cambio. Mientras tanto, en el búnker de Unión por la Patria, Sergio Massa se sienta, junto a los gobernadores aliados, en un sillón a comer pochoclos y ver como en la vereda de enfrente de la grieta se desgranan.

Pero Massa no busca ponerse cómodo. Cuentan los gobernadores que estuvieron con él en el CFI, que se muestra prudente, muy prudente, repitiendo a todos los que quieran escuchar de su boca que la elección es ganable pero no está ganada. Sutil diferencia. Por supuesto que el ánimo es positivo, pero no puede dormirse, porque el desorden inicial de la oposición puede ser temporal, y si quiere cumplir el sueño de su vida y sentarse en el sillón de Rivadavia como presidente, deberá asegurarse de que los votos que recibió el domingo pasado vuelvan a estar en las urnas en la segundo vuelta, pero además deberá recolectar el apoyo de los votantes de otras fuerzas, entre ellas, algún retazo de lo que quede en pie de Juntos por el Cambio, que podrían apoyarlo más por el espanto que genera Milei que por la confianza que le tienen al Tigrense.

Mientras tanto, en las provincias las discusiones están selladas. En Misiones la elección de senadores, diputados nacionales y parlamentario del Mercosur volvió a mostrar el poderío electoral del Frente Renovador, que se quedó con la mayoría de los cargos en juego -2 senadores, 3 diputados nacionales y 1 parlamentario del Mercosur-. Mientras que Juntos por el Cambio tendrá un senador y un diputado nacional.

A horas de que en la Argentina conmemoremos 40 años de democracia, en esta edición de El Territorio recordamos como se desarrolló la democracia en la tierra colorada, y como en una Argentina convulsionada por peleas de ego personal, la política sigue siendo una herramienta transformadora de la sociedad.


La implosión de JxC

Milei llegó hasta el balotaje con la promesa de una dolarización, vouchers para la salud y la educación, el recorte del déficit y a la destrucción del Banco Central. Nada había dicho de ayudar a destruir a Juntos por el Cambio. Si bien él es partícipe necesario, no es el autor de la implosión. El autor es Mauricio Macri, uno de los fundadores del espacio. Un Macri que desde que dejó la presidencia comenzó una descendiente carrera de pérdida de poder. Lo comenzó a sentir cuando la sociedad le dio la espalda a su intento de candidatura presidencial, la cual tuvo que bajar a finales del año pasado porque las encuestas lo mostraban sin chances. Y cuando dentro de su espacio se comenzaron a armar candidaturas sin su permiso. Al verse cada vez más debilitado internamente comenzó a mirar para afuera, y allí encontró a Javier Milei.

Un Javier Milei que sin estructura, pero con mucho marketing y acting logró seducir a una sociedad totalmente decepcionada de "los políticos de siempre". A ese Milei le apuntó. Lo aduló durante toda la campaña, al punto tal que su propia candidata interna, Patricia Bullrich, tuvo que pedirle que parará de coquetear con el Libertario antes de las elecciones generales. Sabiendo que el Libertario no tiene estructura para gobernar lo dejó correr hasta las elecciones generales, y una vez que se metió en el balotaje, derrotando a "su elegida", se abalanzó sobre él, que lo recibió con los brazos abiertos. Y en un par de horas dinamitó los ocho años de construcción de Juntos por el Cambio, pero también rompió al PRO.

Del PRO, el ala de las llamadas "Palomas", encabezados por Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, se quedaron en la neutralidad. Se distanciaron de Macri y Bullrich y le dieron la espalda a la idea de alinearse a Milei. Lo dejaron solo, solo con sus "Halcones". Del resto de Juntos por el Cambio también le dieron la espalda, los radicales, con Gerardo Morales y Martín Lousteau como voceros, lo rechazaron y fueron tajantes "Macri se fue de Juntos por el Cambio". Su ex compañero de fórmula, Miguel Pichetto, también le dio la espalda, y llamó a su espacio, el Peronismo Federal, a ser neutrales en la contienda. Elisa Carrió y la Coalición Cívica se distanciaron y rompieron relaciones con el ex presidente. Y así los demás espacios del frente.

Así, Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Luis Petri, con un puñado de diputados y senadores, y algunos dirigentes, se fueron al espacio de Javier Milei, que por estos días hace malabares para explicarle a los suyos que la Casta está adentro, que son aliados, y que los necesitan, no solo para ganar la elección, si no que después para gobernar.


Con pochoclos en el sillón

Mientras tanto, en la otra vereda del balotaje, Sergio Massa tuvo una semana más relajada, de haber querido podría haberse sentado alguna que otra noche en el sillón de su casa a comer pochoclos y a disfrutar de la implosión opositora. Pero sabe que no puede relajarse, tiene por delante dos grandes desafíos, contener los casi 10 millones de votos cosechados en las elecciones generales y ver la manera de que buena parte de los que votaron a otros espacios lo voten a él, o al menos que no lo voten a Milei. Hoy, el balotaje, tiene final abierto. Por eso empezó a consolidar la relación con los gobernadores e intendentes. Capitulo aparte, el contundente triunfo del Axel Kicillof para un nuevo periodo al frente de la provincia de Buenos Aires. Dicho triunfo fue una locomotora de votos para Sergio Massa, rompiendo con casi todas las encuestas, que fallaron otra vez.

En la reunión con los gobernadores de jueves pasado, se delineó el trabajo para las próximas tres semanas. Massa necesita que los mandatarios no apaguen sus máquinas electorales, ahora que ya no ponen nada en juego porque las bancas del Congreso ya se resolvieron. Necesita que trabajen con la misma intensidad que las semanas anteriores, para así consolidar los votos del domingo y asegurarlos como base de la elección del 19 de noviembre.

En paralelo seguirá trabajando para ver cómo atraer los votos de los espacios que ya no participan de la contienda. En ese ítem está recibiendo ayuda, porque el comportamiento de Javier Milei esta semana fue confuso y despertó teorías de todo tipo, conspirativas algunas y con mucha lógica otras. Además, la implosión de Juntos por el Cambio, y la decisión de la mayoría de la dirigencia de ese espacio de llamarse a la neutralidad para no influir en sus votantes, es algo que Massa puede tomar como positivo. No tener a nadie llamando a votar en tu contra es mucho mejor que tenerlo. Pero no se debe relajar, la elección aún está abierta.


La implosión en Misiones

La versión misionera de Juntos por el Cambio también tuvo su implosión, las redes sociales fue el lugar donde la dirigencia del PRO, de la UCR y de Activar expresaron sus reacciones. El primero en tirar la toalla dentro del espacio, para rendirse a los pies de Milei, fue Pedro Puerta, que con Juntos por el Cambio todavía tibio, la noche del domingo, llamó desde las redes sociales a sus socios políticos a "alinearse" detrás del Libertario, a quien consideró "el nuevo líder de la oposición". Días después, Mauricio Macri pondría a Milei el mismo calificativo.

Los del PRO se tardaron unos días más, y recién el jueves Humberto Schiavoni, Martín Goerling y Micky González Coria salieron públicamente a apoyar al Libertario.

La dirigencia radical misionera apuntó sus cañones contra la cúpula del PRO, más precisamente contra Macri, alineándose con su dirigencia nacional y evitando críticas directas a sus socios locales. Lo que está pasando en Misiones se vive también en otras provincias, hay incertidumbre, porque la relación entre los dirigentes locales era buena, y no estaba en sus planes terminar con la coalición, pero la realidad nacional los puso ante una discusión para la que no estaban preparados, y que sus militancias, en redes sociales, la están llevando a puntos de tensión de los que puede ser difícil retornar.


Misiones rechaza la grieta

El domingo vivimos en Misiones otra elección en un marco de tranquilidad en la que la sociedad misionera volvió a mostrarse alejada de las grietas y los mensajes de odio con los que se buscó alterar el normal devenir del proceso electoral, y con los que la oposición mostró sus diferencias internas esta semana. Esto fue destacado al cierre del proceso electoral por la conducción del Frente Renovador de la Concordia, desde donde afirmaron que "no entran en Misiones los mensajes de odio que algunos quieren introducir para agitar las aguas".

Dirigentes del oficialismo provincial, que se impuso en la elección de senadores, diputados nacionales y parlamentarios del Mercosur distritales, afirmaron que "la sociedad rescató el espíritu de concordia, eligió decirle no a la grieta y votar por los representantes que van a defender a Misiones en el congreso de la Nación, demostrando ser una población madura que siempre sabe elegir lo que más le conviene". En líneas similares se expresó Carlos Rovira, conductor del espacio, cuando al abrir la conferencia saludó y felicitó a los misioneros que asistieron a las urnas el domingo, en paz, "con responsabilidad y compromiso cívico".

En ese sentido, mientras en la oposición estaban a los tirones, adjudicándose la propiedad de los votos de la gente, Rovira junto a los legisladores electos de su espacio, felicitó y saludo a los legisladores nacionales que fueron electos por la oposición. Ese saludo se fundó sobre una idea que prima en la conducción renovadora, la de respetar a todos y mantener la paz con el que piensa diferente. El clima de Misiones, contrasta con las fuerzas opositoras de la nación, en donde Bullrich, ni Milei felicitaron al candidato más votado de las generales.

La elección de los cargos para Misiones ya terminó, y no queda nada por decidir, pero los misioneros deberemos volver a las urnas el 19 de noviembre para elegir al próximo presidente, y allí el oficialismo provincial tiene el compromiso de acompañar la candidatura de Sergio Massa, que como ya se dijo más arriba, tiene la necesidad de crecer en votos para llegar a la presidencia.

A 40 años del retorno a las urnas, tras tiempos de dictaduras sangrientas y oscuras, los argentinos vivimos esta semana la intensidad de la política electoral. En ese contexto, este domingo es un buen momento para recordar cómo fueron aquellos tiempos de regreso a las urnas, y por ello en esta edición El Territorio preparó un informe especial en el que participaron todos los gobernadores de Misiones que están entre nosotros, y otros referentes sociales que son pilares para vivir y entender la democracia. Los invitamos a verlo, y a repasar la historia de Misiones como solo El Territorio, con sus 98 años de presencia en la tierra colorada, puede contarla.

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