La joven sufrió abusos por seis años en una casa del barrio San Isidro de Posadas
“Si yo no accedía, me decían que nos harían algo a mi mamá y a mí”
Rocío Kacuk (21) fue víctima de trata y ahora sufre amenazas de muerte. El año pasado quedaron detenidos sus padres y un cómplice. Pidió que liberen a su madre

“Yo tenía que hacer todo. Atender a los clientes y su negocio. Él me golpeaba, me drogaba y me daba de tomar”.
Esas son las palabras de Rocío Kacuk (21), quien fue víctima de trata de personas durante seis años -hasta el 2022-, y aunque los principales acusados están detenidos, entre ellos su papá, continúa recibiendo amenazas que ponen en peligro a su persona y la de su hijo de 4 años.
“Cuando me escapaba y me iba a la casa de mi mamá, ella me decía que no vuelva. Pero si yo no iba me decían que le podían hacer algo a ella, a mis hermanas y a mí”. lamentó la joven en diálogo con El Territorio.
En un crudo relato, Rocío sacó a la luz su triste experiencia al ser víctima de trata de personas y reclama que la Justicia la escuche y liberen a su mamá que está detenida “por error”.
En su narración, la joven expresó que todo comenzó cuando “una de mis hermanas fue a comprar al lado de la casa de mi mamá y un señor le convenció para que se escape con él”.
En ese marco, mencionó que su hermana aceptó y se fue con el hombre. Al enterarse de esa situación, la madre hizo denuncias de desaparición, por lo que días después volvió a su domicilio.
Sin embargo, lejos de ser un caso aislado, la adolescente volvió a escaparse yendo donde estaba el sujeto. Pero esta vez convenciendo a Rocío y otra hermana, diciéndole que quería mostrarle la vivienda donde ella estaba.
“Ahí conocimos a Lemos, quien era un hombre borracho, maltratador y hacía trata de personas”, detalló. Esto motivó a las hermanas a salir de esa casa, pero sólo dos de ellas lograron hacerlo. Rocío no pudo escaparse y desde ese momento comenzó su calvario, siendo víctima de abuso sexual con tan sólo 14 años.
En esa línea, la entrevistada alegó que “le conté a mi mamá que ese hombre nos maltrataba, pero no que hacía trata de persona y tampoco que mi papá estaba involucrado”, y agregó que “ella hizo denuncias en la Decimoquinta, pero le decían que no podían hacer nada porque había un documento de convivencia que hizo el hombre”. La joven no comprende cómo lo logró a hacer, porque ella era menor de edad.
Miedo constante
A pesar de las denuncias, desde la Justicia no había respuestas por lo que la progenitora y su hermano fueron a rescatarla, llevándola de nuevo a la vivienda de la familia. No obstante, el miedo se impuso en la decisión de ella siendo menor de edad y volvió al lugar.
“Por miedo me volví a ir a esa casa. Me amenazaban que si yo no volvía o le contaba a mi madre o a la Justicia de la trata, yo iba a terminar muerta y mi hijo también”, recordó.
A su vez, la joven mencionó que su propio padre le motivaba a que ella tenga relaciones sexuales con distintos hombres.
“Mi papá, que se llama Ricardo Strinati, era cómplice de ese señor y nos decía que si nos negábamos o hablábamos de eso, le iba a hacer algo a mi mamá”, clamó.
El temor era mayor, ya que su progenitor vivía en la misma casa que toda la familia y se aprovechaba de eso para amenazarla.
“Él le mentía a mi mamá que se iba a trabajar y se iba a la casa de Lemos. Tomaban juntos mientras llegaban los clientes para estar conmigo”, explicó.
El infierno que vivió perduró durante toda su adolescencia, hasta que producto de distintas denuncias Rocío pudo ser liberada, luego de que en el domicilio donde estaba encerrada -ubicado en el barrio San Isidro, de la capital provincial- hubo un allanamiento.
En el procedimiento llevado a cabo por la Policía de Misiones, en el que Rocío y su hijo pudieron ser libres, lograron detener a los cómplices Elías Lemos y Ricardo Strinati. Pero también fue detenida Rosa Kacuk, madre de la víctima.
En referencia a su progenitora, Rocío pidió que la Justicia la libere o que cumpla prisión domiciliaria hasta que se realice el debate oral, que tiene previsto comenzar el próximo año.
Esto último, porque sostiene que ella es inocente-contrario a lo declarado en su momento en Cámara Gesell- y que tanto ella como sus hermanos necesitan de su madre.
Cámara Gesell bajo amenaza
“No estaba consciente, estaba mal psicológicamente y empastillada y así como estaba fui a declarar en Cámara Gesell”, relató y añadió que días antes de declarar fue nuevamente amenazada, pero que no recuerda qué dijo.
Después de esa declaración, Rocío fue internada en el Carrillo para rehabilitarse de las drogas que había consumido durante su estadía en ese domicilio. Al salir del establecimiento de salud, “me di cuenta de que dije que mi mamá sabía de la trata de personas, pero no era cierto. Yo estaba amenazada de que si yo no le culpaba a mi mamá, iban a matar a mi hijo”, señaló.
Asimismo, ratificó: “Yo estando empastillada y mal psicológicamente dije que era la culpable, pero ella está presa injustamente”.
Ante la consulta sobre si volvió al juzgado a expresar esta situación, Rocío mencionó que sí lo hizo, pero que no sirvió, porque su madre sigue detenida y la Justicia “no quiere escucharme”.
En otro tramo de la entrevista, de forma sentida y pausada, la joven reconoció: “Ahora me cuesta mucho, porque no tengo ganas de vivir y necesito a mi mamá para vivir. Estoy sin mi hijo también y estoy sola. Por eso quiero la libertad de mi mamá y volver a estar con mi hijo”.
Intimidación por mensaje
En la actualidad, los dos hombres acusados continúan detenidos esperando ser juzgados. Pero esto no significa que ella pueda estar tranquila. Es que la joven continúa siendo intimidada y amenazada por personas involucradas en la trata, razón por la que hoy cuenta con custodia policial.
“Tienen mi número y me llaman o me escriben diciéndome ‘se está terminando tu tiempo. Acordate que te dimos hasta diciembre para que los liberen a Lemos y tu papá. Si no te vamos a llevar con tu hijo y si te negás vas a estar muerta’, pero yo no puedo sacar a personas que me hicieron mucho daño”, aseguró.
“Desde el juzgado me dicen que no hay novedad. Si los jueces ven esto, les pido que por favor me dejen hablarles porque hay personas que están involucradas en la trata y hoy siguen libres, pero mi mamá que es inocente está presa”, pidió.
La causa que tiene como imputados a Elías Lemos, Ricardo Strinati y Rosa Kacuk está a cargo de los jueces Manuel Jesús, Fabián Cardozo y Enrique Bosch, representantes del Tribunal Oral Federal de Posadas y se estima que el juicio se llevará a cabo en abril del 2024.
Su hijo pequeño, otra víctima de la perversidad
Durante su relato Rocío contó que ella no fue la única víctima en esa casa durante todos estos años, sino que también fue damnificado, en los maltratos y de la perversidad de los actuales imputados, su hijo, hoy de sólo 4 años, quien sus primeros tres años los vivió dentro de ese búnker de prostitución y quien a su vez fue concebido producto de los abusos.
“Cuando llegaban clientes él andaba corriendo y llorando por todos lados. A veces no le daban de comer”, contó con notable angustia.
Sin embargo, esto no sería lo peor que le tocó sufrir en tan corta edad, ya que luego la joven reveló que “era un desastre nuestras vidas. Ellos también le hacían fotos pornográficas a mi hijo”.