Un misionero logró volver a Argentina tras el inicio de los bombardeos a Israel
El 7 de octubre comenzó el ataque de Hamás, una organización política y paramilitar palestina, a Israel. En esa fecha, el pastor evangélico Samuel Dos Santos se encontraba como turista en la ciudad de Jerusalén, sin imaginar que todo se convertiría en un caos a causa de los bombardeos.
"Estoy a salvo, gracias a Dios, en mi ciudad, Campo Grande. Hemos vivido un ambiente muy terrorífico y complejo estando en Israel, precisamente en la ciudad de Jerusalén el 7, día que comenzó el bombardeo a Gaza", expresó, en diálogo con Acá te lo Contamos por Radioactiva (100.7). Ese día, Samuel se había levantado temprano porque su grupo de viaje tenía una excursión planeada: "Bajamos a tomar el desayuno en el hotel y ya estaba la noticia de que habían bombardeado Gaza. El guía nos decía que eso suele pasar", comentó.
A su vez, señaló que "Israel tiene 22.000 m², mientras que la provincia Misiones tiene casi 30.000 m². No hay mucha diferencia de kilómetros y distancias".
"Hicimos el tour y a eso de las 9 de la mañana recibimos la orden de evacuación. En ese momento, la gente y los turistas entraron en desesperación. Venían por rutas angostas gritando que era el último día de los judíos en Israel. Nos decían que no miremos ni digamos nada porque eran familiares de quienes perpetraron el ataque. Miré el cielo y estaba lleno de aviones y lanzamientos de antimisiles que los israelíes lanzaban", recordó.
Una vez llegados al hotel, la orden era refugiarse en el búnker. "Al llegar, sonaron las alarmas de la ciudad; era un caos total. Mientras íbamos a refugiarnos, se cortó la luz y se escuchó caer una bomba cerca. Por primera vez entré a un búnker anti guerra, donde estuvimos resguardados aproximadamente una hora", relató el pastor.
"Estaba en Israel desde el 29 de septiembre, con fecha de regreso el 9 de octubre. Había conocido a mexicanos y uruguayos, pero el desespero nos agarró antes que se organizara a los repatriados y buscábamos la manera de salir. Tomé un avión a Etiopía porque mi familia consiguió un vuelo para el otro día", indicó. "En algún momento pensé que todos sabemos que no somos permanentes en la Tierra. Le dije a Dios que si tenía que partir en Israel, estaba en sus manos. Mi fe estuvo intacta", manifestó.
Cerca de la medianoche, consiguieron que un taxista se anime a llevarlos desde Jerusalén a Tel Aviv. "Son 60 kilómetros más o menos. Nos llevaba con terror sobre las carreteras porque en cualquier momento podía caer una bomba o haber un corte de ruta. Pero Dios nos ayudó y hoy estamos a salvo", dijo.
Respecto al conflicto israelí-palestino, reflexionó que "lo que está sucediendo es bíblico y va a seguir hasta que todas las naciones se rindan a Cristo".
