Acusado de matar a su hijastro en Yabotí fue imputado por homicidio doblemente agravado

José Antonio D.O.S. (29), acusado de asesinar a su hijastro Alberto De Olivera (19) en la reserva Biosfera Yabotí, fue trasladado en la mañana de este viernes al Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente para completar la audiencia indagatoria. En esta instancia eligió abstenerse de declarar.

Según pudo saber El Territorio en base a fuentes con acceso al expediente, el hombre fue imputado por homicidio agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego, que prevé una pena de prisión perpetua. De todas formas, esta carátula es provisoria y podría modificarse con el avance de la instrucción.

Como informó este medio, el elemento más fuerte con el que cuenta hasta el momento el juez Gerardo Casco es el examen preliminar de autopsia. El Cuerpo Médico Forense determinó que el joven Alberto fue asesinado de un disparo por la espada, que se dio a corta distancia.

Tal y como lo había determinado el médico policial en la escena, el joven tenía una herida de bala con orificio de entrada en la parte dorsal, sin herida de salida. Se extrajo una bala, que será cotejada por los especialistas, al igual que las dos armas incautadas en el marco de la instrucción.

Versiones contrapuestas

José Antonio D.O.S. (29) fue demorado preventivamente luego de dar versiones diferentes de lo sucedido, aunque en ambas afirmó que se habría tratado de un suicidio o que al menos la víctima estaba sola al momento del disparo. Sin embargo, la operación en la Morgue Judicial determinó su destino y se ordenó que se le notifique formalmente de la detención.

Como informó este medio, el hecho empezó a develarse el sábado 30 de septiembre, cuando una comisión policial fue requerida en Picada Chuchu, ubicada a unos 60 kilómetros de El Soberbio. Tanto el detenido como la víctima habían estado cazando en la reserva desde el jueves, cuando instalaron un campamento.

Fuentes policiales señalaron que se entrevistaron con José Antonio, quien manifestó que cerca de las 9 estaban caminando por el monte con su hijastro hasta que en determinado momento éste le manifestó que tenía ganas de orinar y se alejó unos metros. En esa instancia escuchó una detonación, para luego hallarlo sin vida.

Expresó que presumió que se había tratado de un suicidio y detalló que el joven De Olivera tenía una escopeta calibre 20 consigo.

Lo primero que hicieron los uniformados fue adentrarse en la selva y ubicar el cadáver del joven. En la escena les llamó la atención que el fallecido tenía el torso desnudo -le faltaba la camisa- y que el arma referida por su acompañante no estaba en el sitio.

En ese momento surgieron las primeras inconsistencias del acompañante de la víctima, quien cambió su versión: aseguró que mientras caminaban el joven le dijo que se adelante y al hacer unos metros solo oyó el disparo. Expresó que cuando fue a ver De Olivera se encontraba con la escopeta en la mano, agonizando.

"No toques el arma que te va a complicar, sácame la camisa y andáte", habría dicho el joven, según este nuevo relato. Fue entonces que se dirigió rápidamente al campamento que habían montado, juntó sus pertenencias y caminó unos 40 kilómetros hasta su domicilio en San Vicente cargando una escopeta calibre 36. Allí dio aviso a sus familiares, se bañó y regresó al lugar. Sus palabras no convencieron y por eso se dispuso su arresto.

En horas de la noche los uniformados incautaron una escopeta calibre 14, un pistolón calibre 36 con ocho cartuchos y prendas de vestir que le pertenecían. Éstas fueron entregadas espontáneamente al hermano de la víctima, quien expresó que habían sido dejadas por José Antonio en la casa de su madre, pareja del sospechoso, cuando volvió del monte.