La mañana del lunes en el predio de Ezeiza rápidamente tuvo como objetivo cambiar las caras largas que dejó el golpazo con River por optimismo para encarar lo que se le viene a Boca en apenas dos días: la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores contra Palmeiras. No hay margen de tiempo para reclamos ni quejas, por eso ayer Jorge Almirón ya puso manos a la obra en las preparación antes de viajar a Brasil.

Pese a que el plan en un primer momento era que el plantel se entrenará en una cancha de césped sintético ubicada en el complejo deportivo para empezar a aclimatarse a los que será el terreno del Allianz Parque, más allá de que no son las mismas condiciones, esa idea finalmente no se concretó.

Por el contrario, aquellos jugadores que no jugaron o vieron pocos minutos en el Superclásico se movieron una cancha de pasto natural y realizaron trabajos con pelota, mientras que los que más acción tuvieron el domingo en La Bombonera hicieron tareas regenerativas.

El plantel se dividió en esos grupos y, en principio, a partir de hoy se unificará para llevar a cabo la última práctica antes de emprender vuelo a tierras brasileñas. Cerca del mediodía la delegación azul y oro viajará rumbo a San Pablo y desde mañana se entrenará en el predio de Corinthians, clásico paulista del Verdao.

Aunque todavía es prematuro empezar a dilucidar un equipo para la revancha copera, se perfila un once similar al que jugó en la ida, con la duda de si Miguel Merentiel seguirá como titular o en su lugar ingresará Nicolás Valentini para formar una línea de cinco u otro delantero pero con características distintas, como puede ser Lucas Janson o Exequiel Zeballos.

Otra de las preguntas que más se hace el hincha de Boca por estas horas es: ¿Cómo está Marcos Rojo? El capitán, que fue protagonista del Superclásico pese a que no jugó cuando alzó la voz desde el costado del campo de juego para reclamar falta en la previa del gol de River y fue echado por Andrés Merlos, siguió ayer con la recuperación de la molestia muscular en su gemelo pensando en llegar en condiciones al partido. Habrá que ver cómo evoluciona en las próximas horas, pero en Boca son optimistas y Rojo ya fue inlcuído en la lista de 30 para viajar a San Pablo.

El premio de Demichelis al plantel

Martín Demichelis, que el domingo optó por no hablar luego del Súper, decidió premiar al plantel con dos días de descanso y tras tener lunes y martes libre, recién mañana volverán a las prácticas en el predio de Ezeiza para empezar a preparar el duelo contra Talleres de Córdoba en el Monumental, del próximo domingo por la fecha 8.

De cara a ese partido el foco estará puesto en la recuperación de Enzo Perez, quien ante Boca salió con una dolencia en la pierna izquierda, y Nacho Fernandez, que sufrió con un golpe en la rodilla izquierda.

El hincha golpeado es misionero

Tras el triunfo de River del pasado domingo, en una de las tribunas de la Bombonera se vivieron momentos de tensión cuando los hinchas descubrieron a un fanático de River infiltrado entre ellos. Lo golpearon tanto que el hombre de 55 años debió ser trasladado a un centro de salud en camilla por las heridas sufridas.

Según pudo averiguar El Territorio, la víctima fue identificada como José Medina, oriundo de la ciudad de Posadas, quien ingresó al estadio por la platea sur en compañía de una amiga y ambos son hinchas del Millo.

Al finalizar el partido, la mujer que acompañaba a Medina reaccionó luego de que un fanático xeneize insultara al plantel dirigido por Martín Demichelis y le pegó un cachetazo.

En imágenes que circularon en redes sociales, se puede ver al hombre que fue brutalmente golpeado con un tatuaje de River en su brazo derecho. Ante esto, se armó una trifulca y fue entonces que a Medina se le cayó una bufanda con la cual escondía otro tatuaje que tenía en el cuello con el escudo del Millo.

Algunos de los hinchas de Boca que estaban a su alrededor comenzaron a golpearlo y debió ser retirado del lugar por personal del departamento médico del club con un cuadro de hipertensión.

Según el informe de los médicos, minutos después Medina comenzó a hablar con normalidad, se le puso una vía y rápidamente se lo derivó al hospital Argerich.

Fue recién al subir la ambulancia que el involucrado contó lo ocurrido en detalle.

Transcurrido un tiempo, Medina, que llegó consciente al centro de salud y con golpes en la zona abdominal donde fue operado hace unos meses, eligió retirarse por sus propios medios y según las fuentes policiales el hecho no pasó a mayores.