97º aniversario del ciclón en Encarnación

Huellas de la solidaridad en Posadas y detalles históricos que salen a la luz

Luego de que la zona baja de Encarnación quedara devastada por un ciclón, la comunidad posadeña se unió para llevar toda la ayuda posible al otro lado del río.
domingo 24 de septiembre de 2023 | 3:00hs.
Huellas de la solidaridad en Posadas y detalles históricos que salen a la luz
Huellas de la solidaridad en Posadas y detalles históricos que salen a la luz

Septiembre de 1926 fue un mes tormentoso para el área en la que se encuentran las ciudades costeras de Encarnación, Paraguay y Posadas, Misiones. Sin embargo, nadie esperaba que el lunes 20, pasada la tarde, se desatara un ciclón sobre la zona ribereña de la ciudad paraguaya.

El fenómeno se abrió camino por la calle Mariscal Estigarribia dejando centenares de personas fallecidas, un millar de heridos y la zona que hoy se conoce como paseo comercial, destruida. Algunas personas pudieron reaccionar tratando de preservar vidas, tal como lo hizo el responsable de la usina, Juan Pedotti al cortar el suministro eléctrico de toda la ciudad y morir a causa de ello. Apenas terminado el temporal, el experto canoero Daniel Rodríguez Genés logró que una embarcación atravesara el río Paraná, a fines de que el mecánico Jorge Memmel y el sacerdote José Kreuser solicitaran auxilio en Posadas. A partir de su llegada, comenzó el más grande plan de contingencia del que se tenga conocimiento en el litoral sudamericano.

El 12 de octubre de 1929 se realizó la donación de la pirámide tallada en piedra como muestra de agradecimiento de Paraguay. Fotos: Gianella perotti

A 97 años de la catástrofe, la gratitud encarnacena para con la comunidad posadeña sigue intacta. Por ello, la directora de Patrimonio Histórico de la Municipalidad de Posadas, Silvia Gómez, inició un trabajo de investigación con archivos históricos, entre los que están el Archivo de El Territorio, para poder comprender mejor los hechos. "Encontramos muchos aspectos que no estaban difundidos o que eran casi desconocidos", dijo en conversación con este medio.

"Uno de los datos principales es la fecha exacta en que se inauguró el monumento que se encuentra en el Parque de la República del Paraguay, que fue el 12 de octubre de 1929. Siempre se dijo que había sido donado por el pueblo de Paraguay y, en realidad, ese monumento lo donó la colectividad de paraguayos en Misiones. Administrativamente, Misiones era territorio nacional en esos años y quien era entonces intendente, Pedro Raúl Fernícola, decide hacer un parque, crear o acondicionar un lugar para montar ese monumento. Ese fue el contexto de inauguración de las dos cosas juntas", situó.

A su vez, remarcó que "en ese mismo acto, se puso simbólicamente la piedra fundamental para reconstruir el edificio de la única escuela que había en la zona baja de Encarnación y que fue destruida por el ciclón, cuyo nombre es Escuela Argentina y existe hasta hoy, aunque está relocalizada. El nombre se debe a que los alumnos y docentes hicieron una gran colecta en todo el país y enviaron el dinero para colaborar con la construcción del nuevo edificio". "Si bien es la Posadas de aquel momento, es inédito que toda la ciudad se detuvo para ayudar río mediante", destacó.

Placa tributo a Posadas en la primera conmemoración de la catástrofe.

"En los listados de donaciones se ocuparon de todos los aspectos: comida de boca para todos los días, provisiones, mercadería seca, ropa. Pedían visos y enaguas, unas prendas usadas debajo de la ropa y sobre la ropa interior para evitar que se traslucieran los pechos o pezones, o las piernas a través de la pollera. Hasta esos detalles tuvieron en cuenta en las colectas y las donaciones porque eran considerados elementos de pudor y decencia", explicó.

La historiadora y directora de Patrimonio Histórico sopesó que "estos detalles muestran hasta dónde la solidaridad fue en función de lo que el otro necesitaba para seguir lo mejor posible su vida diaria. Fue la delicadeza de pensar en las necesidades del otro desde el otro y no desde lo que uno cree que el otro necesita".

"La Logia Roque Pérez, que puso su edificio para usar como banco de sangre, y la Logia Unión y Progreso organizaron muchísimas de las colectas. Clasificaban las donaciones y las mandaban en los dos ferrobarcos, o cargaban camiones que, a su vez, estaban cargados con mercadería, y los mandaban a Encarnación. A la vuelta, cargaban escombros para traer y tirar en la orilla argentina porque era tanto que no tenían en dónde meter”, describió. En este sentido, hizo hincapié en que se trató de una situación descomunal: “Toda la sociedad ayudó como pudo desde donde pudo. Es la parte que no conocemos de la historia, pero que la memoria colectiva encarnacena la tiene y eso explica por qué tanto recuerdo y agradecimiento".

Y tras esa reflexión comparte los principales hallazgos de su trabajo de investigación, los cuales se detallan a continuación.

Las primeras colectas

"La Asociación del Profesorado y Magisterio de Misiones fue la primera entidad en organizar una colecta - bajo el nombre usado entonces de 'suscripción popular' -; en la mañana del día 21 se depositaron cerca de cien cadáveres en el cementerio encarnaceno, ante semejante demanda se llevaron hasta allí todos los féretros disponibles en Posadas, en tanto decenas de carpinteros se dedicaron a fabricar más ataúdes. La Liga Patriótica misionera se puso al frente de la recolección de víveres, prendas de vestir y medicinas; por su parte la Sociedad de Beneficencia de Posadas también se organizó para brindar la debida colaboración", describe Gómez.

Uno de los detalles más llamativos de la devastación consistió en comprobar que la destrucción se circunscribió a la parte baja de la ciudad de Encarnación; se esperó durante el primer día poscatástrofe el arribo de un tren con el auxilio solicitado en las primeras horas -un chasqui cabalgó hasta Carmen del Paraná para enviar un telegrama a la capital paraguaya-, según se comentó, el mal estado de las vías demoró la ayuda; en Posadas, la Sociedad Española y la Logia Roque Pérez pusieron a disposición sus respectivas sedes para alojar heridos, la última se transformó en un "hospital de sangre"; la Sociedad de Damas de Beneficencia organizó una Comisión Extraordinaria integrada por María Bidondo de Jijena, Rosalía R. de Borghesi y Esther R. de Galarza encargadas de coordinar tres funciones de abono en el Teatro Español para recaudar fondos, la gerencia del Palace Hotel - después conocido como Savoy - puso a disposición el Salón del Cine.

El gobernador del Territorio Nacional de Misiones, Barreyro, recibió 24 horas después de la catástrofe un telegrama firmado por el ministro del Interior Nacional autorizando los gastos que fueren necesarios para auxiliar a las víctimas encarnacenas.

Las docentes de la Escuela Normal, Próspera Candia de Alegre y Lucía Fleitas con alumnas de cuarto año colaboraron en la atención de los heridos internados en el edificio de la Logia; en la madrugada del 22 llegó un tren especial procedente de Asunción, a bordo se encontraban los ministros del Interior y Guerra, Rivarola y Riart respectivamente, el presidente de la Cámara de Diputados, José Guggiari, los médicos Pedro Barbosa, Rufino Gorestiaga, Alvarín Romero, Aquino y Díaz de León, practicantes, enfermeros, alumnos de la Facultad de Medicina y material sanitario, inmediatamente se sumaron a las tareas.

Los atendidos en Posadas

La primera nómina de heridos atendidos en Posadas dio cuenta de 42 internadas en el Hospital Regional, catorce en el Hospital de la Caridad, tres personas en la Asistencia Pública y 20 en la Logia Roque Pérez, los periódicos de entonces comenzaron a publicar los listados de donaciones: dinero en efectivo, alimentos, prendas de vestir y medicamentos entre los rubros más citados; entre los productos alimenticios se destacaron las bolsas de harina, galleta, azúcar, café, velas, fósforos, arroz, fideos, latas de sardinas y grasa vacuna; en artículos de vestir e insumos abundaron frazadas, pantalones, camisetas, camisas de dama, batones, blusas de dama, polleras, visos, zapatillas, enaguas, también faroles, camas de hierro plegadizas, linternas, pilas; en cuanto a medicación se donaron grandes cantidades de hidroclorina, algodón, gasas, pastillas desinfectantes y vendas.

Los vecinos posadeños colaboraron de todas las maneras posibles, interminables listas de personas se solidarizaron entregando víveres, enseres y trabajo.

La Comisión Única de Auxilio

Las donaciones llegaban a las diferentes instituciones que estaban organizadas para recibirlas, el volumen fue tal que se debió organizar una Comisión Única de Auxilios integrada por Ernesto Nava como presidente, Adolfo Pomar como secretario, Leandro Arrechea tesorero, como vocales, en representación de la Municipalidad Aurelio López, por la Asociación del Profesorado y Magisterio de Misiones Soriano Romero, por la Sociedad de Beneficencia María B. de Jijena, por la Sociedad Española de Socorros Mutuos Manuel Heras, por la Sociedad  Italiana de Socorros Mutuos Carlos Fernícola, por la Sociedad Libanesa de Socorros Mutuos Lázaro Chemes, por la Sociedad Alemana Benno Tiemann, por el Club de Artesanos Antonio Daviña, por la Sociedad San Vicente de Paul Isabel de Arbó, por la Logia Roque Pérez Enrique Cramer, por la  Logia Nueva Era Manuel Urbieta, por el Centro Paraguayo Rodolfo Torres, por el Círculo de Obreros Arturo Fragueiro, por el Hospital Regional el Dr. Edmundo Barreyro, por la Asistencia Pública el médico Osvaldo Ruiz, por la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos Antonio Bausset y por la Sociedad Israelita Hijos de Sión Jacobo Donoso.

Por otra parte, los docentes y alumnos de todas las escuelas posadeñas se organizaron en 52 y salieron a recolectar donativos casa por casa; se conoció que la Presidencia de Paraguay había dispuesto la suma de 600 mil pesos para costear los trabajos de reconstrucción de la ciudad de Encarnación.

Una de las placas en la plaza 9 de Julio, de julio de 1927.

A las 72 horas desde la ciudad de Posadas se despacharon cuatro camiones -facilitados por firmas comerciales- cargados con parte de lo recaudado a través de los donativos, mediante el servicio de los ferrobarcos se hizo llegar los productos y para el regreso los vehículos fueron cargados con escombros que se depositaron en la ribera argentina.

En medio de tanta desesperación, Javier Guajardo Bustamante organizó la Asociación Argentina Sarmiento cuyo fin fue auxiliar a los argentinos residentes mediante el aporte de la Liga Patriótica, unas sesenta familias, al realizar esas diligencias se percató que la Escuela del Puerto había sido destruida totalmente, tomó el desafío de conseguir fondos para un nuevo edificio; a partir de ese momento comenzaron a llamarla Escuela Sarmiento, para ello se invitó a los alumnos y docentes argentinos a donar una pequeña cantidad de dinero y se organizó una comisión responsable.

El Senado argentino hizo llegar una importante suma de dinero para los trabajos de recuperación de la ciudad paraguaya; en la capital de aquel país, los estudiantes realizaron una marcha hasta la Embajada Argentina donde expresaron el reconocimiento y gratitud hacia el pueblo argentino por el accionar frente al desastre encarnaceno.

A pesar de haber transcurrido dos semanas del desastre, muchos heridos continuaban internados en Posadas, se organizó una Comisión de Alumnos que los asistió a diario, participaron de ella estudiantes de la Escuela Normal, de las escuelas N° 1, 2 y 6 y del Colegio Nacional; cada día los medios escritos locales publicaban interminables listados de donaciones de instituciones, particulares y comercios.

Al gran pueblo argentino

Con motivo de un nuevo aniversario del Día de la Raza, el 12 de octubre de 1926 un importante cantidad de público encabezado por escolares y agrupaciones de boy scouts, portando una gran pancarta donde se leía "Al gran pueblo argentino, salud", se congregaron frente a la edificio de la Embajada Argentina en Asunción para agradecer -una vez más- la colaboración que Argentina y nuestra ciudad en especial brindaba a las víctimas de Encarnación, varios discursos apasionados precedieron a los dos himnos nacionales, el sacerdote Kreuser estuvo presente en la movilización y fue largamente vitoreado por los presentes, a su tiempo Leopoldo Díaz agradeció en nombre del pueblo argentino, detalla la investigación de Gómez.

En Buenos Aires, el Círculo de Prensa aprovechó la efeméride para organizar una velada de gala en el Teatro Colón, recaudando una importante suma para los encarnacenos; fue en esos días cuando los medios de prensa comenzaron a impulsar un cambio de ubicación de la ciudad de Encarnación, detallando los inconvenientes presentaba la desaparecida Villa Baja, la construcción de nuevo puerto en una zona más conveniente, la sugerencia se orientó hacia el área de Pacu Cuá, a las razones económicas, poblacionales y urbanísticas sumaron conveniencias de tipo psicológicas y hasta místicas.

En esos días la Comisión de Damas de Candelaria continuó recaudando para las víctimas, el trabajo encabezado por Rosa Ferré de Esquivel fue encomiable.

Un mes después de la catástrofe de Encarnación, los mecanismos solidarios funcionaban regularmente, las necesidades fueron cambiando, los trabajos de reconstrucción comenzaron y el tiempo volvió a transcurrir.

La placa de la 9 de Julio

Meses más tarde, en julio de 1927, el Centro de Estudiantes Católicos de Asunción participó de los actos en conmemoración del 111° Aniversario de la Independencia Nacional; una delegación de 100 personas llegó a Posadas con anticipación, fueron recibidos con honores y cálidas muestras de afecto, al día siguiente se entrevistaron con el gobernador del Territorio Nacional en los jardines de la Casa de Gobierno, entregaron un mensaje del presidente de Paraguay y visitaron establecimientos escolares; el 9 de Julio colocaron una gran placa de mármol en agradecimiento por "los auxilios aportados a Encarnación en la noche trágica del 20 de setiembre de 1926", desde entonces se encuentra en el pedestal de la Estatua a la Libertad de la plaza 9 de Julio de la capital misionera.

Además de los actos correspondientes a la efeméride organizados por la Comisión de Festejos, la Gobernación agasajó a los visitantes con un almuerzo criollo servido en el Parque Adam; los visitantes emprendieron el regreso en la madrugada del día 10, en medio del aprecio y reconocimiento de la ciudadanía.

Los primeros días de septiembre del mismo año se recibió en Misiones la noticia de que una delegación de la Federación de Estudiantes de Paraguay se disponía a viajar a Posadas para conmemorar el primer aniversario de la Catástrofe de Encarnación; el día 20 el grupo de jóvenes desembarcó en el puerto local, fueron recibidos por gran número de vecinos que los acompañaron hasta la plaza principal donde numeroso público y alumnos de los establecimientos escolares de la zona los aguardaban, durante el acto protocolar la delegación de la Federación de Estudiantes entregó una placa de bronce como homenaje a Posadas en la primera conmemoración de la catástrofe de Encarnación, en ella se grabó: "A la hidalga ciudad de Posadas. 1927", - posteriormente entronizada en el pedestal de la Estatua a la Libertad, en la plaza 9 de julio, a lado de la anterior -; acto seguido y organizado por el inspector general de Escuelas del Territorio, con la colaboración del rector del Colegio Nacional y los directores de la Escuela Normal y la de Artes y Oficios, se disfrutó de un desfile escolar, el comercio local se sumó cerrando durante algunas horas; al finalizar, la Gobernación y la Municipalidad ofrecieron una recepción a la delegación visitante.

La pirámide

A mediados del año 1929, la Colectividad Paraguaya de Misiones comunicó a la Municipalidad de Posadas la intención de donar un monumento en agradecimiento por la solidaridad manifestada con motivo de la Catástrofe de Encarnación, la pieza escultórica creada especialmente estaba terminada y lista para ser entregada a la comuna, el Comisionado Municipal decidió que era el momento propicio para acondicionar un lugar especial para emplazar el monolito, en la zona conocida como “de la Asistencia Pública” - antigua ubicación del Cuartel - se iniciaron las tareas necesarias para crear un parque; el primer paso fue formar una Comisión de Homenaje o de recepción del monumento, luego se adquirió un terreno propiedad de Rafael Díaz, se desalojaron familias radicadas en el área, estas acciones no contaron con el apoyo del vecindario, por el contrario, algunos periódicos publicaron notas detallando la situación y otros estuvieron a favor del proyecto.

A fines de agosto se retiró el cerco que rodeaba al "edificio de la exposición", una especie de galpón de dimensiones importantes, parte del edificio del Cuartel que estaba en desuso, al parecer, generándose una nueva oleada de opiniones negativas; mientras el acondicionamiento del lugar avanzaba, se remitió invitación al presidente de la República Hipólito Yrigoyen para el acto de inauguración.

El día anterior al evento, una delegación paraguaya encabezada por el obispo monseñor Juan Bogarín llegó en el Internacional Nocturno -servicio ferroviario-, acompañado por el doctor Horacio Carísimo y el mayor Francisco Vargas, edecán del presidente de Paraguay, al descender fueron recibidos por los miembros de la comisión, la Banda Municipal de Música entonó los himnos nacionales de los dos países, a continuación el cuarteto de gaitas contratado por la Sociedad Española de Socorros Mutuos deleitó a los visitantes y al numeroso público que se había congregado en la estación del ferrocarril.

Se trasladó a la comitiva hasta el edificio comunal donde fueron recibidos por el presidente municipal Pedro Raúl Fernícola, se les brindó un recepción y se los declaró huéspedes oficiales de la ciudad, el discurso del intendente fue contestado por el obispo, dando fin a la velada; al salir el religioso volvió a saludar a la cantidad de personas que los esperaban en la calle, vivando a nuestro país.

Al día siguiente, a las 6, la Banda de Música, el Conjunto de Gaitas y la Banda Lisa del Cuerpo de Boy Scouts recorrieron las calles céntricas realizando un tradicional pasacalles -una forma musical particular ejecutada por músicos marchando, de ritmo vivaz, muy popular en España- que se disfrutaba cada Día de la Raza, efeméride que se celebraba en esa fecha y constituía una de las festividades más populares de entonces.

A las 9, autoridades, funcionarios, los miembros de la delegación paraguaya, los integrantes de la Comisión de Festejo, delegaciones escolares, militares y gran cantidad de vecinos se concentraron en el nuevo parque; luego de entonar las canciones patrias de ambas naciones, se participó de una misa de campaña en cuyo transcurso se bendijeron las instalaciones del espacio remozado y el monumento emplazado, cuando la ceremonia religiosa terminó se recibió oficialmente el donativo que la Colectividad Paraguaya de Misiones entregó a Posadas como muestra del profundo agradecimiento de aquel país ante la solidaridad manifestada en oportunidad de la catástrofe sucedida en la ciudad de Encarnación el 20 de septiembre de 1926; al descubrirlo se puedo apreciar una pirámide tallada en piedra asperón roja, conocida como piedra de San Ignacio, en una sola pieza; acto seguido se oficializó el nombre de "República del Paraguay" para el parque inaugurado.

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