Dos al banquillo por el robo y cruento asesinato del cuidador de una chacra en Campo Viera
Poco más de cuatro años después de haber sido detenidos por el crimen del cuidador rural Felipe "Joyita" Rodríguez (78), en la localidad de Campo Viera, el miércoles de la semana próxima comenzarán a ser juzgados Hugo Daniel "Taguató" Ferreira (23) y Juan Ramón "Manguera" Fernández (23), quienes llegan al banquillo imputados por "homicidio en ocasión de robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda y con la participación de un menor".
El debate oral y público se realizará en el Tribunal Penal Uno de Oberá y se extenderá hasta el viernes de esa misma semana, cuando tras la ronda de alegatos se conozca la sentencia. La acusación estará a cargo de la fiscal Estela Salguero.
Decapitación
El asesinato se descubrió el 16 de mayo de 2019, cuando el cuerpo de Rodríguez fue hallado en estado putrefacto dentro de la casa de la chacra que cuidaba en el Lote 194 de Campo Viera, propiedad de Oscar Krakowski.
El cadáver estaba envuelto con una frazada atada con una soga, al tiempo que presentaba
una evidente lesión en el cuello. La autopsia practicada en la morgue judicial de Posadas estableció que Rodríguez fue degollado con un arma blanca. La herida fue tan profunda que
ocasionó "una decapitación incompleta".
Los investigadores trazaron como principal hipótesis que se trató de homicidio en ocasión de robo en razón de que en el inmueble faltaba un televisor y una motoguadaña, propiedad del anciano, entre otros elementos de valor.
Tras identificar a los sospechosos mediante testimonios y evidencia colectada en la escena, los efectivos policiales de la Unidad Regional II realizaron allanamientos en diversas propiedades y en la casa de Taguató encontraron prendas con sangre que lo ligaron al crimen. En ese contexto también fue detenido Manguera.
Vecino de buen concepto
La víctima trabajó y se jubiló como peón rural y en la chacra donde residía estaba al cuidado de las instalaciones de un secadero abandonado, puesto que gozaba de la máxima confianza del propietario. A pesar de su avanzada edad, era una persona muy activa y de buena salud, según comentaron conocidos de Campo Viera.
Rodríguez no se había casado ni tenía hijos. Su vitalidad quedó plasmada en que a diario recorría en bicicleta los cuatro kilómetros que hay desde la propiedad donde residía hasta el pueblo para hacer las compras o pasear para distraerse.
El hombre era robusto y siempre fue conocido por su gran fuerza, por lo que no se
descarta que se haya resistido al robo, ya que el homicidio se registró a los pocos días de haber percibido su jubilación y entre sus pertenencias no se encontró el dinero.
