Es la segunda exhumación irregular denunciada en pocas semanas

Fue a llevarle flores a su hijo fallecido, ya no lo encontró: "Por segunda vez me lo han quitado"

La sepultura de Carlos David Kremer (fallecido trágicamente en 1991) fue removida del cementerio de Oberá y sus restos descartados en el osario común. Su padre presentó documentación que avala estar al día con sus pagos hasta febrero de 2024. "No a todos nos da lo mismo. Sentía mucha paz viniendo a la tumba de mi hijo", lamentó.
sábado 10 de junio de 2023 | 17:15hs.
Fue a llevarle flores a su hijo fallecido, ya no lo encontró: "Por segunda vez me lo han quitado"
Fue a llevarle flores a su hijo fallecido, ya no lo encontró: "Por segunda vez me lo han quitado"

Hacia finales de febrero de 1991 la tragedia atravesó para siempre la vida de Guillermo Kremer. El destino lo obligó a ser testigo de la muerte de su hijo Carlos David Kremer, que en aquel entonces tenía 11 años y era un chico guapo, responsable, que estudiaba pero trabajaba a la par de su papá vendiendo verduras en la calle. Cruzando la ruta nacional 14 en inmediaciones del actual cruce con la avenida Pincen de Oberá fue atropellado por un vehículo en un descuido tras bajar raudamente del colectivo en el que viajaba con la intención de subirse al auto en el que iba su padre junto a un hermano hacia la casa. Murió camino al Hospital Samic.

Fue una de las pérdidas más dolorosas que tuvo que afrontar, admitió el padre, que aprendió a suplantar la ausencia física con la presencia espiritual durante las frecuentes visitas en el sitio donde fue sepultado del cementerio municipal La Piedad de Oberá. 

Lo hizo cientos de veces, solo y acompañado. Renovó flores durante más de 30 años hasta que ya no pudo continuar en razón de que entre noviembre y diciembre del año pasado el cuerpo de Carlitos fue exhumado por mandato de la Comuna en el marco del denominado proceso de planificación y aprovechamiento de los espacios interiores del cementerio. Los restos fueron lanzados al osario común, al igual que el de Francisca Araujo, cuyo caso fue expuesto hace una semana. 

"Por segunda vez me lo han quitado y el dolor que siento es demasiado fuerte", lamentó Guillermo frente a la tumba en la que debería estar su hijo pero desde el 19 de enero de este año es ocupada por una señora fallecida el día anterior. "Por respeto a mi hijo siempre pagué el derecho de cementerio, estuve al día durante más de tres décadas y de hecho ahora lo estoy, porque tengo abonado hasta el 27 de febrero de 2024. No les importó, rompieron la estructura y lo sacaron. Cuando vine en febrero me topé con esto y desde entonces busco respuestas, pero todos hacen silencio", reclamó.

El derecho sobre la parcela del sector 003, fila 0020, ataúd 0030 fue abonado desde 1991, de acuerdo a los comprobantes que el hombre guardó celosamente en calidad de arrendatario. Papeles amarillos que son pruebas irrefutables de su reclamo. 

"Hace dos meses (8 de marzo) pagué 2000 pesos, extendiendo por un año más, como es ahora. Es decir que opera el vencimiento recién a fines de febrero del año próximo", aclaró el damnificado y en esa línea calificó de "insólito" el hecho de que "cuando me acerqué a pagar no me avisaron que habían exhumado a mi hijo a fines del año pasado. Me cobraron de la misma manera que seguramente también a los familiares de la otra señora que desde enero descansa en ese sitio".

"Con todo esto queda claro que solamente buscan recaudar sin importar cuánto afectan el sentimiento o la vida de las personas que tenemos familiares fallecidos. No a todos nos da lo mismo. Sentía mucha paz viniendo a la tumba de mi hijo, la manteníamos impecable. Pero ahora me toca peregrinar en busca de una explicación pensando que esta irresponsabilidad es imposible de resolver", lamentó.

Dos veces, en dos sectores

En el registro de personas sepultadas en el cementerio La Piedad de Oberá, el nombre de Carlos David Kremer aparece dos veces, en dos sectores distintos. Uno en el Sector 003, Fila 0020, Ataúd 0030 que pagó religiosamente el papá desde el fallecimiento y el otro Sector 003, Fila 0027, Ataúd 0030 donde fue sepultado su hijo, pero no figuran registros de pagos hechos por lo que supuestamente, atento a eso, la Comuna procedió a la exhumación en el contexto del proceso de organización y optimización de los espacios en el camposanto, posterior al relevamiento y aviso -a través de edictos en medios oficiales y periodísticos- a los familiares que tenían deudas pendientes durante determinada cantidad de años. Confiado por haber pagado y desconociendo tal situación, Guillermo nunca se enteró que los restos de su hijo iban a ser desterrados.

La respuesta informal que recibió recientemente es que "pudo haber un error en la carga de datos que nunca nadie se ocupó de corregir" porque "el Sector 20 dicen que es para los bebés y como mi hijo era grande lo sepultaron en el Sector 27, figurando desde entonces en el sistema su identidad en dos sectores distintos como sepultado el mismo día, insólito, pero mis pagos fueron direccionados al sector donde no estaba y lo terminaron exhumando porque en el otro figura una deuda de 30 años". 

"Si realmente sucedió eso, me parece mucho más grave. Si al verificar las deudas en el sistema la misma persona aparece dos veces sepultada en lugares distintos, mínimo deberían darse cuenta que no podía ser posible, que había un error, indagar por qué, hablar con la familia. Fue más fácil borrar a mi hijo del cementerio que hacer bien su trabajo y se van a tener que hacer cargo", dijo Guillermo, en relación a una potencial demanda.

Perjuicio grave

El contrato de arrendamiento con fecha de febrero de 1991 menciona que fue sepultado en el Sector 20, aclarando que es sección de mayores. "Por eso no me convence esa versión del supuesto error, lo que quiero es una explicación pero sobre todo que corrijan este daño de manera urgente", cerró.

En una nota presentada en el área de Inspección General de la Municipalidad (el 24 de abril), a cargo de Guillermo Correa, Kremer expuso que "han obrado erróneamente causándome un perjuicio moral grave al avasallar mi derecho y más teniendo mis pagos al día", y en esa línea requirió que vuelvan "las cosas a su estado anterior, reparando los daños causados bajo apercibimiento de iniciar acciones legales por daños y perjuicios y daños morales".

El caso de Francisca, un supuesto "error de sistema"

Una mezcla de incertidumbre, indignación y tristeza atraviesa a una familia que a mediados del mes pasado se encontró con que los restos mortales de su abuela fueron exhumados sin previo aviso y en un proceso aparentemente irregular en el cementerio municipal La Piedad de Oberá.

María Cristina Benítez, nieta de Francisca Araujo, quien había fallecido en septiembre de 1991, contó la sorpresa que se llevaron sus padres cuando fueron al cementerio y detectaron que no había tumba. El personal del camposanto les explicó que los huesos habían sido llevados al osario común situado cerca de la Cruz Mayor. De acuerdo a la documentación exhibida, se trata del Sector 003, Fila 028, Ataúd 0015 donde en febrero de este año fue sepultada otra persona, según consta en los registros del cementerio. "Mi familia jamás adeudó el derecho de cementerio, antes de que se venciera siempre pagamos, entonces me parece gravísimo que hayan desaparecido el cuerpo de una persona y sin previo aviso, aunque está visto que no tenían por qué tocar la tumba de mi abuela", apuntó, añadiendo que "se van a tener que hacer cargo" ante una potencial demanda a las autoridades competentes.

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