Una pelea sin ganadores
En abril de 2022 se eligió al Consejo Directivo de Unión Argentina de Rugby (UAR). En esa reunión Bruno Núñez, entonces presidente de la Unión de Rugby de Misiones (Urumi) quedó como vocal titular y Alfredo Fernández Bedoya, de la Unión de Rugby de Formosa, pasó a ser uno de los revisores de cuentas titulares.
Es decir, de las tres uniones que conforman la región NEA, solamente la Unión de Rugby del Nordeste (Urne) se quedó sin representación y eso inició el conflicto en esta parte del país, que hoy tiene como rehenes a los más pequeños.
Todos los actores están de acuerdo en que ese cargo en la UAR no tiene un peso propio. Que se debe ocupar, pero que quien lo ocupe no tendrá al alcance de sus manos las herramientas para generar cambios trascendentales en la estructura del rugby argentino, porque de eso se ocupan Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, Rosario y Mendoza. Entonces, el cargo a priori no representa una ventaja, pero a la vez nadie quiere cederlo.
La tensión entre la Urumi y la Urne sumó durante la semana un nuevo capítulo. Tacurú fue invitado al torneo aniversario de Sixty en Resistencia, pero luego le bajaron el pulgar a los chicos de la Tierra Colorada.
“La pelea de los grandes por esta silla termina haciendo que los chicos no puedan jugar”, aseguró Luciano Vernetti, capitán de rugby de Tacurú. “Nos invitaron a comienzos de año. Contratamos el colectivo y lo pagamos con todo lo que implica el esfuerzo económico en estos tiempos. El lunes nos avisaron que teníamos que recibir el ‘OK’ de Urne. Mandamos la nota porque teníamos el viaje pagado y después nos avisan que la decisión de la Urne era negativa. Miguel Ojeda -presidente de la Urumi- habló con Luis García Borghes -presidente de la Urne- y recibió como respuesta que al no firmar un acuerdo político los chicos no podían jugar”, agregó Vernetti.
Este nuevo episodio se suma a una pelea que nada tiene que ver con los chicos y tampoco con el deporte. De ambas partes -Urumi y Urne- coincidieron en que el cargo en la UAR es más simbólico, pero ambos lo quieren. Lucha de egos, como se dice habitualmente.
“La Urne propone un acuerdo para que la vocalía titular de ahora en más siempre será de la Urne. El 70 por ciento lo representa la Urne y creemos que merecemos representación en la UAR. Misiones no lo quiere firmar y Formosa sí lo firmó. Con Formosa estamos integrados en todos los niveles”, comentó Luis García Borghes, presidente de la Urne.
El acuerdo, según los misioneros, obliga a ceder el espacio y por eso pretenden que se haga por un dato objetivo, por ejemplo cantidad de jugadores federados o cantidad de equipos que disputan los Regionales. Es decir, una manera de determinar, antes de cada elección en la UAR, quién ocupará ese cargo titular que le corresponde al NEA.
Cuando se realizó la elección en la UAR, la Urne no envió a su representante y la Urumi tomó el cargo. Desde la Urne pretendían que fuera cedido y eso desató la tormenta.
“Fue un error el no haber estado sentado ese día. Lo que criticamos es que desde la Urumi no cedieron el lugar”, reconoció García Borghes
“Tuvimos muchas charlas, pero la Urumi nunca quiso firmar el acuerdo. Eso no nos permite desarrollar el deporte”, tiró el titular de la Urne y confesó que “hemos tratado de solucionar los problemas, pero lamentablemente hasta ahora no pudimos”.
“Nosotros defendemos lo que creemos que nos corresponde. Si tenés el 70 por ciento de la representatividad (en equipos), creemos que merecemos estar en el consejo. Se va a destrabar. Confío en que seamos sensatos”, pidió García Borghes.
Lo cierto es que hoy los chicos de Misiones no compiten con los correntinos, chaqueños o formoseños por una pelea de la que no tienen nada que ver. La falta de sentido común, en líneas generales, afectó directamente al deporte y desde ambas partes reconocen que es un tema político y no deportivo.
“Nosotros nos vamos a sentar a hablar todas las veces que sea necesario para llegar a un acuerdo justo”, confió Miguel Ojeda, presidente de la Urumi, quien pretende también poder destrabar rápidamente el conflicto y que los más chicos puedan jugar.