Sin rastros de Puchito Melo, a casi un mes de su desaparición en Garupá

El 7 de junio se cumplirá un mes de la desaparición de Julio “Puchito” Melo (47), el hombre que vivía en situación de calle en la localidad de Garupá. Su hermano, en tanto, reconstruyó que lo vieron por última vez el viernes 5 de mayo.

Melo es buscado, desde el primer fin de semana de mayo, luego de que uno de los presuntos autores del hecho haya confesado en una ronda de tragos haber apuñalado y tirado al río al hombre de 47 años.

Sergio Melo (38) viajó desde Buenos Aires para buscar a su hermano.

Según fuentes de la causa, la investigación se mantiene en la misma situación. Es decir, no hay rastros de Melo por ninguna parte y se sigue con la búsqueda en distintas zonas de la localidad.

Alerta del hecho

La desaparición y crimen de Puchito se dio a conocer mediante un testigo dos días después de haberse cometido el supuesto homicidio.

Fue Martín S. quien alertó a los efectivos de la fuerza de seguridad, mediante mensajes de WhatsApp, que mientras compartía bebidas junto a Juan C. de 63 años y Eduardo V. de 45, el primero de ellos contó que habría apuñalado a un amigo, Julio Melo, y lo habría arrojado al río.

Posterior al diálogo, efectivos de la Unidad Regional X procedieron a la detención de los mencionados en el predio de la Arenera Cristo Rey de la citada localidad.

Allí, el encargado del lugar, Jorge S. de 35, mencionó que Julio Melo no concurría hacia varios días. A su vez, expresó que desconocía su paradero ya que éste se encontraba en situación de calle y sin domicilio fijo.

Por ello, desde ese día los uniformados realizaron una amplia recorrida y rastrillaje por la zona dónde más concurría el hombre. Asimismo, recorrieron las orillas del arroyo Garupá -lugar donde habría sido arrojado-, sin encontrar el cuerpo hasta el momento.

Uno de los lugares en los que se hizo el operativo policial, fue en una improvisada casilla ubicada en un predio cercano a la ex comisaría Quinta de Garupá. Aunque vecinos de esa zona indicaron que Melo llevaba varios días sin ser visto por el vecindario.

Por otra parte, fuentes del caso indicaron que el relato escalofriante que habrían dado en medio de los tragos los dos changarines indicaba que al ahora desaparecido lo habrían trasladado en una canoa hasta un punto determinado del río. Y que luego de introducirle piedras en el abdomen lo arrojaron al agua para que no flotara.

En tanto, una comisión policial ubicó la canoa que el testigo refirió que fue utilizada por Juan C. y Eduardo V. para trasladar el cadáver. Aunque no se detectó ningún vestigio de sangre o mancha que podría referir a un ataque.

Búsqueda del hermano

Respecto al hecho, el hermano del hombre desaparecido, Sergio Melo (38), en diálogo con este matutino contó detalles que pudo saber sobre el presunto crimen.

“Lo que hicieron, supuestamente, es que lo mataron en el medio del río, lo abrieron de punta a punta, le sacaron todas las tripas y lo tiraron al agua. No va a flotar nunca, me dicen que tengo que esperar, pero no va a flotar”, aseguró Sergio, con una mirada que refleja incertidumbre.

El familiar del pescador llegó desde Buenos Aires el pasado 22 de mayo para comenzar su propia búsqueda de su hermano.

En este contexto, Sergio expresó que llegó a Misiones para ponerse al tanto de las actuaciones. Aseguró que el caso estaba paralizado y por eso se presentó ante la Justicia para ampliar la denuncia que hizo su otro hermano, quien sólo había reportado una desaparición de persona.

Julio “Puchito” Melo (48), es buscado desde el pasado 9 de mayo.

Quiere que se investigue un homicidio y aseguró que desde su hogar en Lanús no le querían dar información sobre la causa.

“Hablando con los vecinos ellos me dijeron que él ya tuvo algunos altercados con estos muchachos. Esto ya había pasado y él tuvo una lesión en la cabeza”, indicó respecto a los dos señalados como presuntos autores del homicidio.

Cabe recordar que no se hallaron mayores indicios de tal crimen, pero tampoco aparece Julio Melo por ninguna parte. Por eso los implicados fueron liberados con el correr de las horas por parte de las autoridades del Juzgado de Instrucción Dos, a cargo del caso. 

En otro tramo de la entrevista con El Territorio, Melo contó: “Ahora yo empecé a averiguar y los vecinos van a salir de testigos”, agregando que “fui a fiscalía y amplié la denuncia con eso para que empiecen a averiguar y que empiecen a hacer realmente las cosas”.

Por otra parte, Sergio reclamó: “La Policía dice que no puede hacer nada porque el agua le pertenece a Prefectura. Si ellos no empiezan a averiguar, a indagar o a buscar cámaras como yo se lo dije esto va a quedar en nada”.

Julio vivía en la calle desde hace unos tres años, luego de que la casa que había heredado de sus padres en la misma localidad se incendió. Sergio aseguró que la soledad le hizo mal -sus padres fallecieron y cinco de sus seis hermanos vivos están en Buenos Aires-, por lo que se refugió en el alcohol.

Sin embargo, debido a esos altercados que le contaron los vecinos, a principios de año volvió al terreno donde vivía antes y allí había armado un “ranchito” con chapas y madera. La Policía de Misiones también lo buscó ahí y los vecinos expresaron que lo habían perdido de vista, que no volvió.

El entrevistado expresó se enteraba sobre la actualidad de Puchito mediante las amistades que le quedaron desde hace 15 años, cuando se fue, pero no tenía comunicación con su hermano porque no tenía teléfono.

“Yo siempre tenía noticias de él. Ellos -su hermano y quienes estuvieron detenidos- vendían pescado o andaba juntando latitas y las vendía. Ahora fui a averiguar y supuestamente la señora lo vio el viernes - 5 de mayo- bajando y subiendo en esa parte donde iban a pescar con los muchachos estos, de ahí ya no tengo más noticias”, reconstruyó.

“Si él entró ahí y no salió, no hay mucho para averiguar. Ellos no se van a mandar al frente ahora, está bien, hablaron, pero después negaron todo. No tienen nada para perder, la canoa tampoco va a aparecer, si hicieron eso la canoa la dieron vuelta en el medio del río también”, concluyó Sergio, con los ojos rojos.