Una explosión en el Paraná que causó 38 muertes

“Desde las primeras horas de ayer se viven en nuestra ciudad horas de intenso dramatismo y de gran consternación, con motivo de la tragedia desencadenada en aguas del Paraná al incendiarse –y posteriormente hundirse– la lancha de bandera paraguaya Pirizal que conducía aproximadamente a sesenta pasajeros a bordo, que regresaban de la vecina ciudad de Encarnación luego de concurrir al casino que ahí funciona”.

Así describió en su edición del 9 de enero de 1973 El Territorio el hundimiento de la Pirizal, una embarcación paraguaya de pasajeros que unía Encarnación con Posadas y estaba al servicio del casino del vecino país. El título de tapa de esa jornada, que este año cumplió 50 años, fue ‘El incendio de la lancha Pirizal causó muertos, heridos y desaparecidos’. En total fueron 38 las personas que perecieron aquella madrugada.

Según un amplio informe de dos páginas publicado esa jornada el barco partió a las 2.30 del puerto y minutos después algo estalló. La embarcación comenzó a arder, desatándose el infierno en medio del agua.

La lancha, de 10 metros de eslora y 2,50 de manga, tenía capacidad para 75 pasajeros. Esa noche llevaba oficialmente 57 pasajeros argentinos que habían salido de la casa de juegos y dos tripulantes. Luego se supo que había otros seis ocupantes que no habían sido registrados.

Las explosiones y llamas se vieron y sintieron en ambas costas, por lo que la ayuda tanto de Prefectura Naval Argentina como en la costa paraguaya. Las crónicas de ese día indican que salieron dos embarcaciones de PNA, una a las 2.35 y otra cinco minutos después.

Descontrolada, la Pirizal era llevado por el viento y la corriente -al garete- a una velocidad de 8 a 10 kilómetros por hora. Los pasajeros que lograron sobrevivir a las llamas se arrojaron al agua y fueron rescatados por la autoridad acuática.

Para que la tragedia sea mayor y la dificultad de los rescatistas se incremente, poco después de las 3 de la madrugada se desató una tormenta en la capital.

Gendarmería Nacional sumó una lancha y también colaboraron en los procedimientos el cuerpo de Bomberos, la Dirección General de Defensa Civil y muchos particulares, especialmente del Club Pirá Pytá.

“Varios sobrevivientes fueron avistados en la zona del club náutico Pirá Pytá y el Balneario Municipal. Otros pudieron salvarse en la Isla del Medio y algunos en la costa paraguaya. Hasta las 16 del día lunes 8 de enero, se constató un total de 23 sobrevivientes y siete cadáveres y los pasajeros restantes, desaparecidos”, señala la crónica del decano de la prensa.

Se reveló entonces que antes de que la embarcación naufragara en la popa había más sobrevivientes. Fueron rescatados por la valiente actitud del cabo Raúl Rivero, quien casi falleció en la empresa.

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