Se lo acusa de asociación ilícita, encubrimiento de contrabando y lavado de activos

Jorge Mareco fue trasladado ante la Justicia y se abstuvo de declarar

Luego de estar casi 7 años y medio prófugo, el presunto líder de un clan familiar de contrabandistas de cigarrillos fue imputado en el Juzgado Federal de Oberá
viernes 02 de junio de 2023 | 11:45hs.
Jorge Mareco fue trasladado ante la Justicia y se abstuvo de declarar
Jorge Mareco fue trasladado ante la Justicia y se abstuvo de declarar

Luego de entregarse tras permanecer en condición de prófugo durante siete años, Jorge Rafael Mareco (42) fue trasladado desde el Escuadrón 11 de San Ignacio hasta el Juzgado Federal de Oberá, donde finalmente fue notificado formalmente y completó la audiencia indagatoria en su contra.

Según pudo saber El Territorio en base a fuentes que intervienen en el proceso, el hombre se abstuvo de declarar ante el juez Alejandro Gallandat Luzuriaga.

Las mismas voces consignaron que fue imputado por los delitos de asociación ilícita para el encubrimiento de contrabando en concurso con lavado de activos y ley tributaria. Se trata, se explicó, de una calificación provisoria que podría cambiarse con el avance del proceso.

 Como informó ayer en exclusiva El Territorio, el considerado líder del “clan” Mareco dedicado al contrabando de cigarrillos con base en Jardín América se hallaba prófugo desde enero de 2016, mientras que desde noviembre del mismo año tenía pedido de captura internacional.

Es decir que durante casi siete años y medio se mantuvo en la clandestinidad, mientras que dos de sus quince hermanos fueron condenados y ya recuperaron la libertad, por lo que sólo a él le restaba rendir cuentas con la Justicia.

 Sus intenciones de ponerse a derecho quedaron expuestas cuando solicitó una exención de prisión. Sin embargo, a principios de mayo la Cámara Federal de Apelaciones de la provincia avaló el rechazo decretado previamente por el Juzgado Federal de Oberá ante el pedido del defensor particular de Mareco.

Entrevista exclusiva

 La noche del jueves, antes de entregarse, Mareco se contactó con este diario para dar una entrevista exclusiva y contar su versión de los hechos. Reconoció que estuvo ligado al contrabando de cigarrillos, aseguró no estar arrepentido y que sólo lamenta no haberse entregado antes.

 “De lo único que me arrepiento es de no haberme presentado antes, porque quién trabaja honestamente hoy. El que tiene un negocio informal vende sin factura, lo mismo que yo hacía. No estoy arrepentido de lo que hice porque yo no vendí droga. Jamás vendí droga. Ahí sí estaría arrepentido porque hubiera hecho daño a un montón de personas. Por eso no me siento con cargo de conciencia; pero necesito paz por mi familia y decidí entregarme”, reflexionó.

 “Mi intención siempre fue ponerme a derecho, presentarme, pero por recomendación de mi anterior abogado, que me decía ‘podemos arreglar así, podemos apelar’, fue pasando el tiempo y los años. Aparte de que nadie quiere estar preso”, reconoció.

 En varias ocasiones hizo mención a sus hijos, un varón de 9 y una chica de 15, quienes son hipoacúsicos y muy apegados a él.

 Al respecto, mencionó que “los chicos van creciendo y el nene me dice ‘papá, cuándo me vas a llevar a la escuela’, y eso me parte el alma. Estos siete años y pico fueron estar preso en mi propia casa porque nunca pude disfrutar libremente de muchas cosas. Por eso hasta acá llegué y decidí ponerme a derecho”.

 Durante la entrevista rompió en llanto varias veces, sobre todo al hablar de sus hijos, lo que describió como “angustia y desesperación por lo estamos viviendo como familia. Incluso, me fui a la psiquiatra en Posadas porque no podía dormir y sólo tomando pastillas pude recuperar un poco el sueño”.

 Estimaciones realizadas durante los procedimientos ejecutados entre 2016 y 2017 señalaban que, sólo con el contrabando de cigarrillos, la banda alcanzaba a obtener ganancias de 700.000 pesos por semana.

 En los operativos en diversas propiedades y a manos de varias fuerzas de seguridad los investigadores incautaron una innumerable cantidad de pruebas, desde cajas de cigarrillo, vehículos con pedidos de secuestro por robo, neumáticos de contrabando, armas de fuego y libros con anotaciones contables.

 Tal como publicó este matutino oportunamente, en el expediente también constan escuchas telefónicas donde los implicados aparecen pautando las compras de las mercaderías de contrabando, organizando la logística de los traslados, acordando lugares de acopio y evidenciando nexos con uniformados corrompidos que alertaban sobre procedimientos en sus contra.

 Las complicaciones de la pandemia dilataron el proceso, pero casi todos los implicados estuvieron presos y ya recuperaron la libertad.

 La investigación Federal

 En el mismo expediente de Jorge Mareco estuvieron imputados su hermana Ramona Beatriz Mareco (47), su esposo Darío Enrique Posdeley (44) y su cuñado Marcelo Darío Villalba (40). En marzo del año pasado los últimos tres acordaron un juicio abreviado por penas de cinco años de prisión.

 Según la Justicia, el accionar del clan Mareco quedó al descubierto en enero de 2016, cuando Joaquín Mareco -hermano de Jorge- se tiroteó con la Policía mientras guiaba el paso de una camioneta cargada con cigarrillos de contrabando en la zona de Colonia Oasis.

 Así se inició una pesquisa que derivó en un expediente paralelo al tiroteo, en el cual se investigaba los delitos de asociación ilícita y encubrimiento de contrabando, aunque en la etapa de recolección de pruebas también surgió que los involucrados realizaban maniobras económicas para reingresar el dinero de origen delictivo al circuito legal.

 La causa avanzó hacia todo el grupo familiar e incluso salpicó a integrantes de diversas fuerzas de seguridad comprados a cambio de información.

 La investigación de Gendarmería determinó que la familia se encargaba de obtener cargas de cigarrillos provenientes de Capitán Meza y otras localidades paraguayas del departamento de Itapúa, ingresarlas a la provincia a través de puertos clandestinos ubicados a la vera del río Paraná y luego distribuirlas por las rutas 7 y 8 -principalmente- hacia distintas ciudades de Misiones e incluso cruzarlas a Brasil.

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