Chipero y médico, en un intercambio de solidaridad

 Manuel Aranda tiene 16 años y hace cinco le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin o cáncer linfático. El adolescente es hijo de una familia de escasos recursos de la localidad de Santa Ana. Sus padres son vendedores de chipa, pero la madre tuvo que dejar de lado la labor que es el medio de vida familiar para cuidar de Manuel y sus otros hijos más pequeños.

El ida y vuelta de la familia -que no tiene mucho poder adquisitivo- les genera un gran gasto de dinero, pero aún así no bajan los brazos y José -el papá del chico- sale de la casa cada día, pasa por la cooperativa de chiperos, carga su canasto con el producto y se dirige al peaje de Santa Ana a venderlas y así llevar a casa la comida diaria.

En una de esas jornadas, el padre de familia se encontró con un médico que no contaba con dinero en efectivo para pagar el peaje. Fue así que José se ofreció a abonar el costo del pase sin saber quién era la persona con la que él se solidarizó.

Pasaron alrededor de dos meses y en uno de los cruces del hombre al que el chipero ayudó lo vuelve a encontrar a José, al verlo le entrega un monto de dinero e intercambian agradecimientos con un abrazo. Fue en ese momento que el padre de Manuel le comenta sobre lo bien que le hacía la ayuda, ya que tiene un hijo con cáncer.

El hombre resultó ser el médico Martín Alcaraz, un conocido trabajador de la salud en la zona Centro y Sur de Misiones.

Solidaridad

El Territorio dialogó con el médico quien comentó: “El cáncer es una enfermedad de la que nadie está libre, ese día que José me comentó lo que padecía su hijo me sentí identificado con el dolor de ese padre y de esa familia, ya que perdí a mi madre hace 30 años por un tumor cerebral y sé lo que vive la familia con algo así”.

Y siguió: “Por eso decidí difundir en las redes sociales el caso de Manuel para buscar la ayuda de toda persona de buen corazón y, dentro de mis posibilidades como médico, también para hacer más llevadera la vida de esa familia. Creo que Dios por algo genera situaciones así. Es importante ser solidarios”.

Por su parte, José, el padre del adolescente en tratamiento, explicó: “Mi hijo cumplió 16 años en enero, cuando tenía 10 años se quejaba de una hinchazón y dolor en una axila, lo llevamos al médico, le hicieron varios estudios y le diagnosticaron cáncer, fueron dos meses de llanto familiar, hasta que necesariamente tomamos fuerza para luchar junto a él”.

Detalló que parte del tratamiento fue en Buenos Aires donde logró una mejoría, pero actualmente tiene ganglios en la garganta.

“Como si fuera una angina y debe comenzar nuevamente con las quimioterapias. Nosotros somos de condición humilde pero no vamos a bajar los brazos, por eso encontrar al doctor Alcaraz fue milagroso, porque él empezó a hacer conocer el caso de mi hijo y estoy muy agradecido. El pronóstico de salud de mi hijo es incierto. Hoy (por ayer9 debía empezar con las sesiones pero como está con las defensas bajas hay que esperar a que esté un poquito mejor”, cerró el angustiado padre.

La vías de ayuda para Manuel son las cuentas de Mercado Pago con el alias jose2125.