Trabajan en la restauración del jardín botánico Yvyrá Pytá

El jardín botánico Yvyrá Pytá ubicado en la zona urbana de San Pedro representa un fragmento importante de pulmón verde, necesario de conservar. Dicho espacio durante años fue maltratado con prácticas de cuidados inadecuados que llevaron a que sufra serios daños. Para mitigar el efecto negativo, la Comisión del Jardín Botánico lleva adelante un plan para restaurar las manzanas que lo componen. Una de las actividades consistió en la plantación de 40 nuevas especies nativas.

“Esto surge también porque veníamos de dos años de sequía que afectó un montón al espacio, se notaba la erosión en el suelo, muchos árboles se fueron cayendo porque la misma erosión dejaba las raíces expuestas. Árboles donde anidaban aves que en ese momento eran materia de investigación. Por ello surge este proyecto de restauración en el que estamos trabajando desde hace un tiempo”, explicó a El Territorio Cecilia Orozco, presidenta de la comisión.

Desde el jardín botánico se ejecuta un valioso proyecto de restauración de las manzanas involucradas dentro del espacio verde, que comenzó como un trabajo de hormiga con la identificación de las especies. Además, realizaron un minucioso trabajo de las zonificación y plan de gestión y análisis de los sectores donde pueden ser plantadas nuevas especies arbóreas. Con dicha etapa, la propuesta tomó estructura para que el año pasado implementen en el lugar prácticas de curva de nivel.

Esta técnica, que se puede decir es una de las acciones más relevantes dentro del plan de restauración, fue incorporada dentro del jardín como una herramienta de restauración del suelo y captura de agua. Los conocimientos para llevarlo a la práctica fueron transmitidos por medio de una capacitación brindada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).

Con la información adquirida, han marcado tres curvas de nivel dentro de la manzana I considerada como “zona de recreación”. Con el propósito de restaurar el suelo y evitar la pérdida de la capa superficial del suelo, que es justamente la que proporciona nutrientes y el agua que necesitan las plantas y ocurren cuando el agua de la lluvia escurre de manera perjudicial. Esa etapa de trabajo en terreno es llevado a cabo entre la comisión directiva e integrantes del movimiento social Polo Obrero.

“Nosotros hacemos la parte de infraestructura, organización y delimitación e integrantes del Polo Obrero que desde hace un tiempo se dedican a la limpieza de predio, comenzaron a cortar el pasto sólo en los lugares donde les indicamos. La idea es que donde se marcaron las tres curvas de nivel no se corte el pasto para que haya una restauración de esta zona. Es un trabajo importante porque de lo contrario estaríamos retrocediendo un montón”, detalló Orozco.

En ese marco surgió el enriquecimiento de dicha manzana con la plantación de nuevas especies por medio del interés por parte de integrantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos y Judit Franco de la Facultad de Ciencias Forestales quienes propusieron la idea ya que disponían de plantines de árboles nativos que estaban dispuestos a donarlos para el espacio. También donó plantines Robledo y el vivero Ñandé.

Fue así que, con entusiasmo y alegría, en la mañana del viernes último el grupo invitó a la comunidad sampedrina a sumarse a la iniciativa y concretaron la plantación de cuarenta plantines, entre árboles y frutales, como ser pitanga, ubajay, timbó, combata blanco, guayubira, araucaria, yvirá pitá y cedro.