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Ñande Reko Rapyta (Nuestras raíces)

Don Hermann

viernes 26 de mayo de 2023 | 6:00hs.
Don Hermann

Misiones, tan única, tan particular, tan… Misiones, es el resultado del mestizaje cultural de incontables etnias que aportaron sus bagajes ancestrales; la sumatoria de esas particularidades, en un proceso casi de hibridación generó la identidad misionera que portamos, dinámica, abierta, en constante construcción.

Para que este sincretismo se produzca cada aporte mantiene sus raíces y se combina de manera armónica y equilibrada con los demás, prescindiendo de la voluntad humana pero íntimamente relacionada con la sociedad de la que es producto, así vivimos por acá, así pudimos superar el complicado proceso que significó la inmigración y la asimilación de miles de personas y cientos de culturas, en un espacio geográfico tan acotado, tan prometedor y tan lejos de todo.

Cuando relatamos esos tiempos, predomina la costumbre de minimizar las dificultades, o por lo menos, atenuarlas y sobredestacar las bondades de los que vivieron entonces; en esta ocasión trataremos de conocer a Don Hermann, un intelectual, periodista, escritor, historiador, economista y pionero del turismo que sus colegas no reconocen.

Su nombre era Hermann Federico Arturo Hassel, nació en 1902, en Riga -Livonia (Letonia), Alemania-, una antigua villa vikinga del siglo XI que fue protagonista de la Primera Guerra Mundial y sus horrores; allí hizo sus primeros estudios, en Berlín completó su educación y en 1922 llegó a Argentina con sus padres y hermano; se establecieron en Buenos Aires primero, al tiempo los hermanos viajaron a Hohenau -Paraguay-  y por algunos años atendieron una farmacia.

A finales de la década de 1920 llegó a Misiones y fue acogido por la comunidad de compatriotas que vivían en Posadas, trabajó con los Barthe, fue administrador del Hospital Regional durante un tiempo, hizo y deshizo hasta que encontró el camino del periodismo; en 1928 fue del grupo fundador del Club Alemán de Posadas y se desempeñó como secretario en la primera etapa de la institución.

En 1932 publicó el primer número de un quincenario llamado “Paraná Post” en idioma alemán, durante siete años, dos veces al mes, sus paisanos esperaban ávidos el ejemplar que los acercaba, de alguna manera, a la patria tan lejana y a los que habían quedado allá.

La revista se trasformó el Alto Paraná Kalender -Deutsche Kalender-, un almanaque, como se estilaba entonces, dedicado al quehacer de esa zona y Paraguay, orientado a la difusión de la actividad agropecuaria e industrial de los colonos alemanes, impreso en idioma madre también y fue una contribución importante para el movimiento provincialista de esos días; los artículos de Federico Mayntzhusen, Paul Heck, Alberto Roth, Adolfo Neuteufel, Carl Emil, Federico Schmitd, Gustav Hahn, Victor Kudlik, Hans W. Kemspi, Aníbal Cambas, el sacerdote Kreusser, el pastor Lienck, entre muchos otros llenaron sus páginas.

Inquieto, curioso y empático integró la comisión técnica que sugirió el tipo de aeronave que debía adquirirse para uso sanitario en Misiones, en el año 1936, con Luis Quaranta, Edmundo Barreiro y Antonio Canneva; así se dotó de un servicio fundamental a los misioneros.

Casi en paralelo publicó una de las primeras Guías de Turismo de la región, en castellano, experiencia que retomó tres décadas más tarde.

En 1940 se casó con Ida Sommerfeldt -un 27 de enero- en San Ignacio y ese mismo año fue parte del grupo fundador de la Junta de Estudios Históricos de Misiones y miembro hasta su fallecimiento, se dedicó al Archivo trabajando en equipo con Carlos Silveira Márquez y Felipe Cury; enfrente del viejo edificio “de los Cuarteles” cedido para funcionamiento de la Junta, en una pequeña casita se reunía con Mayntzhusen y Neuteufel, para plasmar los resultados de las investigaciones realizadas en la Misiones profunda, los escritos solían ser publicados en los “Calendarios”, ilustrados con fotografías que despiertan admiración hasta hoy.

Sus hijos Guillermo y Enrique crecieron en medio de “estos mundos” que su padre alimentaba y transitaba; el primero recuerda las Pascuas de su niñez, cuando Hermann escondía un centenar de huevos previamente decorados, y sobrinos e hijos debían encontrarlos, la tarea iniciaba a continuación del almuerzo familiar, en general recién al anochecer aparecía el último, el que había recogido más ganaba un gran huevo de pascua de chocolate; entonces una segunda instancia era disputada, romper cada huevo enfrentando los extremos, quien lo lograba primero accedía a otro huevo de pascua tradicional; ese alemán grandote, de casi 1,90 volvía a ser un niño, en cada Pascua, en tiempos donde los adultos eran adustos y los recuerdos traumáticos de la guerra habían marcado para siempre sus vidas.

En esa forma tan Hassel de ser, aplicaba una penitencia a sus hijos digna de ser imitada, frente a un mal comportamiento los sentaba en su escritorio y debían leer en voz alta un par de capítulos de alguna obra clásica como El Quijote o La Divina Comedia, parece que el resultado fue positivo para la cultura de los chicos, pero deficiente para las calmar las travesuras

En 1960 publicó el “Almanaque Histórico Turístico de Misiones”, en nuestro idioma, en alemán, inglés, guaraní y portugués, el carácter histórico - cultural de sus páginas fue pionero en pensar al turismo como herramienta para la difusión del ancestral patrimonio misionero; durante dos años llegó regularmente a los lectores; este matutino resaltó del impreso la presentación, calidad de impresión, la diagramación y el nivel del contenido.

Hermann murió en 1965, a poco de publicar la última Guía de Turismo; dos décadas después, el 3 de octubre de 1994 se descubrió una placa en la Plazoleta “República de Alemania” de Posadas, en homenaje a su trayectoria y entrega, el único reconociendo que Misiones y esa colectividad le hizo por su entrega como ciudadano argentino, por su pregonar, estudios y dedicación.

Este alemán, que jugaba con sus visitas y un cuadro de Paul von Hindenburg sosteniendo que era su pariente; que cada madrugada misionera lo encontró cumpliendo el atávico rito de preparar mate, respetando cada detalle, los tiempos de la infusión, a veces compartiendo el momento con uno de sus hijos, en general, la soledad de las sombras que se diluían frente al amanecer que avanzaba fue testigo de su respeto y amor por esta tierra y sus raíces; no solo se adaptó, sino aportó y dejó simiente, y su misionerismo es innegable.

Gracias, Guillermo Hassel. ¡Hasta el próximo viernes!

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