"Me voy a morir cuando me tenga que morir", decía la periodista asesinada a su abogada

Silvia Adriana Casarrubia, abogada de la comunicadora asesinada el fin de semana en Curuzú Cuatiá, recordó que su clienta "subestimaba las amenazas que recibía".
martes 23 de mayo de 2023 | 16:18hs.
"Me voy a morir cuando me tenga que morir", decía la periodista asesinada a su abogada
"Me voy a morir cuando me tenga que morir", decía la periodista asesinada a su abogada

Silvia Adriana Casarrubia, abogada de la periodista Griselda Blanco (44), quien el fin de semana último fue encontrada asesinada en su domicilio de Curuzú Cuatiá, admitió que su clienta la contactó por recibir amenazas.

"Griselda Blanco me contacta por una carta documento que le manda un comisario que se llama Nicolás Romero, que fue denunciado por acoso sexual cuando era comisario de Sauce, y lo trasladan a Curuzú. En ese tiempo ella hace notas advirtiendo esta situación, indignada por supuesto. Recibe carta documento por parte de su abogada, solo a ella, porque los machos actúan cuando pueden y contra quien pueden. Porque a otros medios que lo denunciaron no mandó carta documento. Y este es un sistema patriarcal donde a quienes acosan, a quienes violan, por poco más se los premia. Lamentablemente es así", expresó indignada la abogada en un audio dirigido a la prensa.

Amenazas y más amenazas

Casarrubia continuó: "La cuestión es que ella me pide ayuda para viralizar la situación porque me decía que era amenazada, que la policía constantemente la amedrentaba, le querían hacer decir quién les daba las informaciones cuando ella denunciaba otras cuestiones. Ella siempre estaba poniendo en conocimiento del público a través de sus vivos en Facebook irregularidades de quien sea. El último fue la muerte de una chica por mala praxis en el hospital Irastorza, aparentemente. También hubo mucho enojo con eso. Se metió con el fiscal de Monte Caseros, cuidado por la policía también, por irregularidades en su gestión. Después fue citada por la Fiscalía de Monte Caseros, y ella no quería ir. Yo le dije que la iban a citar de nuevo, pero le pedía que se cuide. Ella es como que tomaba todo con onda, con humor... Para mí, subestimaba todo, las amenazas. O las trataba de forma más como si fueran bromas".

En esa línea la abogada hizo referencia al caso del comisario acusado de abuso sexual, a la muerte de la joven Débora Serrano por mala praxis en el Hospital Civil Fernando Irastorza de Curuzú, y también al Fiscal de la localidad de Monte Caseros, a quien Girselda Blanco denunció por irregularidades en su gestión. "Ella decía 'me voy a morir cuando me tenga que morir', pero yo le pedía que se cuide, porque es un pueblo chico, y en un pueblo chico cualquiera es psicópata, tiene poder, e impunidad, y hace lo que se le da la gana", recordó la abogada.

Abogada Silvia Casarrubia.

 

Sin señales

Además, la letrada desestimó la participación de Armando Jara, ex pareja de Griselda Blanco, en el crimen. "Lo detuvieron a su pareja, el señor Armando Jara, también periodista, de quien ella aprendió el oficio. Y según sus hijos, él estaba como todos consternado. Si bien ellos iban y venían (como pareja), él no tenía ninguna denuncia en su contra, lo cual es difícil pensar que Griselda, que denunciaba todo, que ejerciera un acto de injusticia contra ella por su forma de ser misma", dijo.

Afirmó que la fallecida estaba "muy golpeada, ensangrentada. No estaba colgada, estaba tirada en el piso. Ejercieron mucha violencia contra ella. Y este señor, según los hijos estaba muy consternado. Esperaremos igualmente las pericias, porque ahora todos los medios dicen que detuvieron a su pareja y ya es femicidio. Esperaremos las pericias pero no tenía ningún tipo de señales de defensa, o de rasguño, o golpes, o los nudillos ensangrentados, Jara no tiene nada. Eso está en investigación", añadió.

No obstante, la defensora dijo: "Actuó muy bien la fiscal María José Barreiro Sahagun, que aplicó el protocolo de Minnesota haciendo intervenir a la Federal. Todos los audios que yo les mandé a los hijos urgente indicaban una actividad hostil y amenazante por parte de la policía que siempre la estaba hostigando, siempre la amedrentaba. Entonces ella estaba preocupada por eso. Si ustedes ven los videos de ella, siempre lo dice y lo expone, muestra el temor a que le pase algo".

Más aprietes

Recordó que Griselda "no se callaba, cosa que en Corrientes es muy difícil de ver, hay muy pocos periodistas que hacen lo que hacía Griselda, porque acá la mayor parte del periodismo está cooptado por la pauta oficial, y se convierte en un periodismo panfletado oficialista que no se mete con el poder, no se mete con las injusticias, o cuestiones que no le toquen al poder. Así que ella era un caso raro en esta sociedad correntina".

"Lamentablemente terminó como ella pensaba que podía terminar, que nadie lo esperaba. No podemos permitirlo, no podemos resignarnos y decir 'bueno, fue femicidio, y listo', y no se investiga más. No, Corrientes merece que la gente sepa la verdad. Y la verdad es llegar al fondo de la cuestión. Y espero que la justicia llegue", puntualizó Casarrubia.

 

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