Avanza la reconversión de la vieja usina, joya histórica y futuro centro cultural

Sumergirse en la ex Usina Sulzer de Posadas es una experiencia sensorial que te transporta 40 años atrás cuando La Tablada generaba energía para cerca de 11 mil usuarios. Varios niveles por debajo del actual curso del río, un gran rectángulo cubierto de hormigón armado y una sucesión de pórticos, rememoran un orden clásico, geométrico y moderno para sucesivas construcciones que alumbraron la capital misionera en la década del 60. Allí, al finalizar la avenida Almafuerte cuando antes todo era ribera del Paraná y ahora la majestuosa Costanera impone la impronta de portal turístico del NEA, se construye un gran Centro Cultural, base de un polo artístico de libre acceso para la población.

El techo fue reemplazado y se instalará el sistema de recuperación del agua de lluvia para abastecer al lago artificial.

Maquetas, presentaciones virtuales, planos y fotografías te acercan hacia una futura Usina del Arte, con salas polivalentes para exposiciones, microcines, gradas móviles, amplios sectores técnicos e ingresos diferenciados para artistas. Sumará espacios de conferencias, un museo donde se exhibirán los gigantescos motores, un puente peatonal que atravesará de este a oeste, terraza gastronómica y un entorno natural que combinará agua y verde.

Un lago artificial rodeará el edificio dejando una perspectiva de Usina suspendida arriba de un espejo de agua y cientos de especies arbóreas, complementarán el microclima de mixturas culturales y naturaleza.

La expectativa que genera una obra que tiene como bandera el rescate y conservación de un patrimonio de los posadeños, eleva las emociones cuando se ingresa al edificio en plena intervención. Operarios y máquinas de la Municipalidad, la Dirección General de Arquitectura y Vialidad Provincial forman parte de un ejército de salvación de la Usina Sulzer. El objetivo es respetar el diseño original e incorporarlo a la oferta de atractivos de la Costanera.

La joya arquitectónica conservará su fachada original. Foto: Natalia Guerrero

Estimar un plazo de entrega de obra colisiona con la ingeniería montada para drenar el agua que inundó la Usina por décadas. "Acá estamos a cota 75 y el río está en cota 84. Con tubos, cámaras en diferentes desniveles, caños de absorción y una bomba que constantemente envía el agua hacia el Paraná se trabaja todos los días", explicó a El Territorio Sergio Bresiski, director general de Arquitectura de la Provincia. No obstante, el optimismo de Diego Paredes, secretario de Planificación Estratégica del municipio apunta "a fines de este año la obra debería estar culminada".

El tratamiento costero que ejecutó Yacyretá dejó a la Usina por debajo del nivel del embalse y los anegamientos fueron constantes. Por ello el proyecto incluye una solución con la construcción de un lago que acumulará 500 milímetros de agua de lluvias, además de las que se recibirán por vertientes y trasvase del río.

Camiones que entran y salen todo el tiempo, retroexcavadoras, soldadores e imponentes motores suizos Sulzer componen una escenografía dentro de un predio de casi 3 hectáreas. En las profundidades de la Usina, el agua todavía se mezcla con restos de gasoil que se perciben por colores y olores. Más abajo aún, la sala de máquinas y conductos cubiertos de barro catapultan imaginariamente hacia pasadizos que le daban vida a una generadora de energía de antaño.

La maquinaria original de la Usina será parte del museo. Foto: Natalia Guerrero

"Cuando era estudiante de Arquitectura, este edificio siempre fue de mi interés y todos los que estamos ahora involucrados en la obra, tenemos puesto el corazón como posadeño", admite Bresiski. "Incluso el encargado de la obra, el arquitecto Daniel Cella fue mi profesor en la facultad", agregó.

Uno de los motores diésel ya se ubica en el costado del edificio y el otro está en pleno proceso de desarme para su posterior montaje en otro extremo. Ambos serán exhibidos como pieza de museo, "lo que permitirá que las nuevas generaciones que ahora observan como Posadas avanza hacia la energía sustentable con los paneles solares, comparen todo el gasto de combustible y contaminación que generaban esas máquinas", dijo Bresiski.

Una recopilación de fotos históricas es el permanente apoyo para "interpretar el edificio de una manera muy sana", reconoce el funcionario. Lo que los arquitectos mencionan como la cáscara exterior, la piel de la construcción está intacta. "Uno de los primeros pasos fue lavar todo con una hidro que funciona con arena para rescatar su piel original", explicó. Exteriormente avanzan con materiales para homogeneizar la fachada, antes de recibir las capas de pinturas.

Por detrás del imponente hormigón, estructuras de hierro refuerzan todo el rectángulo, respetando el diseño que recuperará los vidrios que tenía en su composición original. La grúa que utilizaban en la Usina formará parte de las diferentes adaptaciones que tendrán los espacios dedicados al arte y la cultura.

Desde la zona del Consejo de Educación nacerá un puente peatonal que atravesará por dentro a la Usina del Arte, permitiendo balconear todo el centro cultural y conectarse con la terraza gastronómica.

Desmontan motores en el hall del próximo Centro Cultural. Foto: Natalia Guerrero

El techo fue reemplazado por completo y contará con un "sistema de reutilización de agua de lluvias mediante una gran pileta que rodeará el edificio y lo dejará suspendido como si estuviera en el agua y a la vez servirá para riego", explicó Diego Paredes.

El Centro Cultural fue concebido "para complementarse con el Parque del Conocimiento. Estará más cerca del centro de la ciudad y permitirá compartir actividades complementarias en la Costanera relacionadas al esparcimiento y el deporte", aseguró el secretario municipal.

El hilo conductor es el rescate y conservación del edificio, "como paralelamente se avanza en el hotel Savoy", mencionó Paredes. "Por resolución técnica y posicionamiento, es la obra pública por excelencia y que posicionará aún más a Posadas", añadió Bresiski.

La joya arquitectónica que resistió el paso del tiempo en la Costanera, se reconvertirá en un faro de la cultura, una pieza de museo que nos recuerda los años que Posadas vivió de espaldas al río. La Usina Sulzer que inyectó luz eléctrica a miles de hogares, se perfila como una gran generadora de arte y conocimiento.

Un espacio de acceso libre a la cultura

En junio de 2020 ingresó a la Cámara de Representantes el proyecto de ley para declarar Monumento Histórico Provincial a la fachada del edificio de la Usina Eléctrica Sulzer de Posadas.

En esa iniciativa, el diputado Carlos Rovira impulsó la creación del Centro Provincial de la Cultura Usina Sulzer en la órbita del ministerio de Cultura.

El objetivo del espacio es promover las artes visuales, musicales, literarias, escénicas, circenses, digital, electrónico, y electroacústico. Se vinculará con la antropología, sociología, arqueología, arquitectura y patrimonio histórico, diseño, museo, radio y televisión educativa, artesanías y otras disciplinas.

Persigue garantizar acceso libre a la cultura de todos los ciudadanos.

La usina a través del tiempo

La construcción de la Sulzer
En la obra de la Usina Sulzer, intervinieron, entre otros, los ingenieros Eugenio Beghé, Gustavo Acerete, Celso Riú, Rubén Alvarenga, Juan Bilbao y los arquitectos Francisco Di Giorgi y Héctor Mascarino.

Sistema interconectado
En septiembre de 1996, Posadas queda integrada al Sistema Interconectado Nacional y la Estación Transformadora se monta en San Isidro, paraje de la ciudad.

El traslado de la Sulzer
En 2014 se firma un acta complementaria entre la EBY y Emsa que tenía como fin la construcción de un nuevo edificio para la prestataria eléctrica en la zona de La Tablada, a cambio del predio de la Usina Sulzer. Esas obras nunca se realizaron.

Centro Cultural Usina Sulzer
En junio de 2020 el presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Rovira, presentó un proyecto para crear el Centro Cultural Usina Sulzer con el fin de promover las artes audiovisuales, artes musicales, literatura, educación.